Bello se convierte por un día en el «polo norte» de España
▶ Este pequeño pueblo de 220 vecinos registró la mínima más baja de toda España Vivir a temperaturas bajo cero
Bello, una pequeña localidad turolense situada junto a la Laguna de Gallocanta, se convirtió ayer en el «polo norte» de España en esta ola de frío que ha llegado tras el temporal Filomena. Los vecinos se afanan desde hace días por quitar las tremendas capas de nieve helada que cubren el pueblo y calentar las tuberías para evitar reventones. Y es que hasta el agua corriente se ha congelado en algunos puntos del pueblo.
Desde hace días, el paisaje de Bello parece una helada estepa siberiana. La vista se pierde en llanuras totalmente blancas, con gruesas capas de nieve que también han tomado el caserío de este pequeño pueblo que tiene unos 220 vecinos empadronados, pero en el que realmente viven de continuo un centenar. La mayoría, de avanzada edad. «Ayer lanzamos bandos pidiendo que la gente no salga de casa. Tenemos todas las calles heladas», explicó ayer a ABC el alcalde Jaime Barrado.
En una localidad en la que «más del 80% del vecindario tiene más de 75 años», la nieve helada obliga a organizarse colectivamente para atender a todos los hogares. Por ejemplo, cuando el alcalde atendía a ABC se disponía a acercarle con su tractor una carga de leña para la calefacción de un vecino que no podía salir de casa. Pese a todo, esta «Siberia maña» se las ha arreglado por sus propios medios para hacer frente a la situación. No han pedido ayuda ni a los militares de la UME ni a los bomberos. En Bello se han organizado en grupo con tractores y maquinaria del municipio para limpiar calles, todo vecino que puede pone de su parte, y, para evitar riesgos, se ha improvisado un «servicio a domicilio» con el que se acerca lo fundamental a las casas de quienes no pueden o no deben (sensatamente) pisar la calle.
«Hacen los pedidos y, en la práctica, les acercan a casa lo que necesitan de la farmacia, de la panadería y de la tienda del pueblo», explica el alcalde, que teme que en los próximos días puedan ir apareciendo problemas por rotura de tuberías y contadores. Para intentar evitarlo, en Bello también se emplean a calentar las tuberías más
expuestas y a las que se puede acceder, incluso con ayuda de sopletes.
Desde que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene registros oficiales, nunca se había registrado una temperatura tan baja en Bello. La anterior databa del 4 de enero de 1971, cuando el termómetro bajó allí hasta los -24ºC. Este martes, a las 4.30 de la madrugada, marcó -25,4ºC.
Aunque es una zona en la que los lugareños están acostumbrados al frío intenso, reconocen que estos días los guardarán en la memoria. Eso sí, el alcalde dice que tuvieron más frío días atrás: «Teníamos más temperatura, unos 10 grados bajo cero, pero entonces soplaba el viento y la sensación térmica era incluso peor que ahora», explica Barrado.
En Calamocha (Teruel), otro clásico de la «nevera» peninsular, alcanzaron ayer -21.3 ºC. Es la más baja en décadas, pero no ha llegado a los -30 ºC que llegó a anotarse el 17 de diciembre de 1963 en la estación meteorológica que entonces estaba ubicada a las afueras de la localidad, en el aeródromo. Desaparecido aquel observatorio, el actual no había registrado hasta la fecha una mínima tan severa como la de ayer.