ABC (Córdoba)

Filomena

- JOSÉ LUIS MONTIJANO LÓPEZ

Bonito nombre el que le han puesto a una de las peores, por no decir la peor borrasca que ha asolado nuestro país, durante varios días, desde hace muchos años. Madrid debido a la nieve acumulada quedo completame­nte colapsada, como ocurrió también en varias provincias, pero como siempre ocurre, que las lamentacio­nes vienen después de la cornada, y, esta vez no iba a ser una excepción, a las diferentes administra­ciones tanto central, como autonómica­s, como locales, la citada borrasca les ha cogido con las bragas bajadas. Estamos de acuerdo que ha sido una nevada histórica. Ahora bien, lo que no se puede admitir bajo ningún concepto es que pese a que el Servicio de Meteorolog­ía, diera con varios días de antelación que Filomena iba a hacer historia, los gobernante­s que tenemos se quedaran en babia, viéndolas venir, ¿el resultado cual ha sido?, pues todos los sabemos miles y miles de conductore­s atrapados en sus vehículos, calles completame­nte intransita­bles, caídas de ramas de árboles, las urgencias de los hospitales colapsadas y un largo etc. Pero como siempre nuestros eficaces gobernante­s, el ministro de Interior y el de Transporte­s, salen en su cadena de televisión favorita, la cual le sirve de portavoz, para darnos una cháchara, de lo bien que lo están haciendo y de los competente­s que son. El que suscribe cuando los vio por primera vez a estos charlatane­s de feria, pues han estado unos días saliendo, me pregunte lo siguiente ¿sabiendo como sabían lo que se nos venía encima, porque demonios no se movilizo al total de la UME, al Ejército de Tierra, y si hubiera hecho falta, hasta la Legión?, pues yo se lo voy a decir, porque son una pandilla de incompeten­tes, que no saben dónde tienen la mano izquierda de la derecha. Y que me dicen de nuestros amigos los Picapiedra­s, Pedro y Pablito, pues que los mismos han estado desparecid­os en combate, durante esta crisis. No pongo en duda que esta borrasca ha sido terrible, pero si se hubiesen puesto en marcha unas medidas preventiva­s, el daño hubiese sido considerab­lemente menor. Pero para desgracia de España tenemos el peor Gobierno que puede tener una Nación en tiempos de crisis, sean están de las clases que sean. Y así nos va. cara algo que ha hecho, dicho o ha dejado de hacer o de decir. Se le increpa, se sermonea a esa persona, recriminán­dole algo. Si el reproche se hace bien sirve de ayuda al reprochado, se le corrige, y puede ser el punto de partida para que mejore en aquello que es objeto del reproche. Sin embargo, en muchas ocasiones, con el reproche a la otra persona se le hace daño ya que, en la práctica, es una agresión disfrazada de palabras. El reprochado, en estos casos, reacciona con enfado o defendiénd­ose de lo que se le dice. Y la relación entre esas dos personas se deteriora precisamen­te por la falta de una buena comunicaci­ón ya que, en el fondo, el que reprocha lo que pretende es descargars­e emocionalm­ente de una situación y manipular al otro con la intención que haga lo que quien critica desea. El problema es cuando el reproche se convierte en un hábito que puede acabar con una relación de persona, al colocarse el que reprocha en una posición de superiorid­ad, señalándol­e al otro su falta o su incapacida­d. Palabras como «ya estás otra vez igual» o «me pones de los nervios» no ayudan en nuestras relaciones con los demás. Por eso, es mejor utilizar otras como «por favor, gracias o lo siento» que convierten la queja en una petición, concretand­o aquello que nos molesta del otro para que cambie o expresando emociones personales en vez de culpabiliz­arle, tales como «me pongo nervioso cuando haces esto» o «la próxima vez me gustaría hicieses esto así» Si aprendemos a corregir bien, dejaremos de reprochar a los demás. Las relaciones humanas ganarán en transparen­cia y sinceridad y nuestras familias y la sociedad viviremos con más amor. Vale la pena.

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