Filomena
Bonito nombre el que le han puesto a una de las peores, por no decir la peor borrasca que ha asolado nuestro país, durante varios días, desde hace muchos años. Madrid debido a la nieve acumulada quedo completamente colapsada, como ocurrió también en varias provincias, pero como siempre ocurre, que las lamentaciones vienen después de la cornada, y, esta vez no iba a ser una excepción, a las diferentes administraciones tanto central, como autonómicas, como locales, la citada borrasca les ha cogido con las bragas bajadas. Estamos de acuerdo que ha sido una nevada histórica. Ahora bien, lo que no se puede admitir bajo ningún concepto es que pese a que el Servicio de Meteorología, diera con varios días de antelación que Filomena iba a hacer historia, los gobernantes que tenemos se quedaran en babia, viéndolas venir, ¿el resultado cual ha sido?, pues todos los sabemos miles y miles de conductores atrapados en sus vehículos, calles completamente intransitables, caídas de ramas de árboles, las urgencias de los hospitales colapsadas y un largo etc. Pero como siempre nuestros eficaces gobernantes, el ministro de Interior y el de Transportes, salen en su cadena de televisión favorita, la cual le sirve de portavoz, para darnos una cháchara, de lo bien que lo están haciendo y de los competentes que son. El que suscribe cuando los vio por primera vez a estos charlatanes de feria, pues han estado unos días saliendo, me pregunte lo siguiente ¿sabiendo como sabían lo que se nos venía encima, porque demonios no se movilizo al total de la UME, al Ejército de Tierra, y si hubiera hecho falta, hasta la Legión?, pues yo se lo voy a decir, porque son una pandilla de incompetentes, que no saben dónde tienen la mano izquierda de la derecha. Y que me dicen de nuestros amigos los Picapiedras, Pedro y Pablito, pues que los mismos han estado desparecidos en combate, durante esta crisis. No pongo en duda que esta borrasca ha sido terrible, pero si se hubiesen puesto en marcha unas medidas preventivas, el daño hubiese sido considerablemente menor. Pero para desgracia de España tenemos el peor Gobierno que puede tener una Nación en tiempos de crisis, sean están de las clases que sean. Y así nos va. cara algo que ha hecho, dicho o ha dejado de hacer o de decir. Se le increpa, se sermonea a esa persona, recriminándole algo. Si el reproche se hace bien sirve de ayuda al reprochado, se le corrige, y puede ser el punto de partida para que mejore en aquello que es objeto del reproche. Sin embargo, en muchas ocasiones, con el reproche a la otra persona se le hace daño ya que, en la práctica, es una agresión disfrazada de palabras. El reprochado, en estos casos, reacciona con enfado o defendiéndose de lo que se le dice. Y la relación entre esas dos personas se deteriora precisamente por la falta de una buena comunicación ya que, en el fondo, el que reprocha lo que pretende es descargarse emocionalmente de una situación y manipular al otro con la intención que haga lo que quien critica desea. El problema es cuando el reproche se convierte en un hábito que puede acabar con una relación de persona, al colocarse el que reprocha en una posición de superioridad, señalándole al otro su falta o su incapacidad. Palabras como «ya estás otra vez igual» o «me pones de los nervios» no ayudan en nuestras relaciones con los demás. Por eso, es mejor utilizar otras como «por favor, gracias o lo siento» que convierten la queja en una petición, concretando aquello que nos molesta del otro para que cambie o expresando emociones personales en vez de culpabilizarle, tales como «me pongo nervioso cuando haces esto» o «la próxima vez me gustaría hicieses esto así» Si aprendemos a corregir bien, dejaremos de reprochar a los demás. Las relaciones humanas ganarán en transparencia y sinceridad y nuestras familias y la sociedad viviremos con más amor. Vale la pena.