ABC (Córdoba)

Trump, único presidente recusado dos veces en el «impeachmen­t»

▶ Diez republican­os y 222 demócratas se unen para volver a condenar al presidente

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

Por primera vez en la historia, un presidente ha sido recusado por segunda vez en el Congreso de Estados Unidos mediante el proceso del «impeachmen­t». En una decisión insólita, diez diputados republican­os anunciaron que se unían a los demócratas para censurar a Donald Trump en la Cámara de Representa­ntes, el paso previo a la destitució­n definitiva, que ahora recae sobre el Senado. El mandato de Trump acaba el 20 de enero al mediodía.

La resolución del «impeachmen­t» afirma que «el presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de EE.UU. y sus institucio­nes. Amenazó la integridad del sistema democrátic­o, interfirió en el traspaso de poderes y puso en peligro otra rama de gobierno. De ese modo, traicionó la confianza depositada en él como presidente, en perjuicio manifiesto del pueblo de EE.UU.» El único cargo contra el presidente es de «incitación a la insurrecci­ón».

Al final, 232 diputados de 433 votaron a favor de condenar a Trump, con cuatro abstencion­es, todas republican­as. Es crucial que se hayan sumado a los 222 demócratas un grupo de diez republican­os rebeldes que se han plantado ante Trump, comandados por Liz Cheney, hija del exvicepres­idente Dick Cheney, quien dijo antes de votar para censurar a Trump que «encendió las llamas de este ataque». Cheney, que va ganando enteros para liderar el partido en el futuro, añadió: «Nunca ha habido una traición mayor por parte de un presidente de EE.UU. a su cargo y su juramento a la Constituci­ón». Se le sumarán otros conservado­res como John Katko, de Nueva York, y Adam Kinzinger, de Illinois.

Después, el líder de la minoría republican­a en la Cámara, Kevin McCarthy sorprendió a su grupo al admitir que Trump «es responsabl­e» del ataque de la semana pasada al Capitolio, pero imploró a sus colegas que no lo recusen con solo una semana de mandato por delante. «Recusar al presidente en tan poco tiempo es un error», dijo al pleno.

Aun así, McCarthy admitió que «el presidente es responsabl­e del ataque del miércoles al Congreso por parte de aquellos agresores. Debería haber repudiado inmediatam­ente a esa turba cuando vio lo que estaba pasando. Estos

hechos requieren acciones inmediatas por parte del presidente Trump: aceptar su parte de responsabi­lidad, calmar el malestar que se está gestando y asegurarse de que el presidente electo Biden pueda comenzar con éxito».

Defensa de la democracia

La líder demócrata y presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, intervino en el pleno, diciendo que «esos insurrecto­s no eran patriotas». «Pero no apareciero­n de la nada. Fueron enviados aquí por el presidente con llamamient­os a pelear a muerte. Las palabras importan. La verdad importa. Rendir cuentas importa», continuó Pelosi, y agregó que «el presidente veía a los insurrecto­s no como enemigos de la libertad, lo que son, sino como el brazo ejecutor de un objetivo terrible, el objetivo de perpetuars­e en el poder, anular la voluntad del pueblo, acabar, por medio de un enfrentami­ento feroz y sangriento, casi dos siglos y medio de nuestra democracia».

A diferencia del «impeachmen­t» del año pasado, iniciado por las presiones de Trump a Ucrania para que el Gobierno de ese país investigar­a unos polémicos negocios millonario­s de la familia de Joe Biden, en esta ocasión la Casa Blanca no ha armado una defensa legal. Es más, la Presidenci­a está en silencio, sin haber trabajado una ofensiva para proteger al aún presidente.

Tampoco está muerta de entrada la destitució­n en el Senado, como ocurrió en 2020. La razón es que en otra decisión insólita en un tiempo ya de por sí sorprenden­te, el equipo del poderoso líder republican­o en el Senado, Mitch McConnell, ha filtrado a varios medios norteameri­canos que este no va a bloquear el juicio político, y que deberá leer los cargos con atención. No parece perdonarle McConnell a Trump que les costara no sólo la Cámara y la Presidenci­a, sino también el Senado en la segunda vuelta de las elecciones en Georgia mantenida el día antes del saqueo del Capitolio. Eso sí, McConnell tampoco va a acelerar el proceso. Este miércoles, su gabinete ha dicho que el senador no va a iniciar el juicio político en los próximos siete días, lo que implica que si Trump es inhabilita­do será después de abandonar el cargo.

Mientras la Cámara debatía el «impeachmen­t», el presidente, expulsado de sus redes sociales, ha emitido un comunicado por medio de la Presidenci­a: «A la luz de los informes de que va a haber más manifestac­iones, insto a que NO haya violencia, NO se vulnere la ley y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo represento, y no es lo que EE.UU. representa. Hago un llamamient­o a TODOS los estadounid­enses para que ayuden a aliviar las tensiones y calmar los ánimos. Gracias»

El martes, la Cámara aprobó una resolución instando al vicepresid­ente, Mike Pence, a que declarara a Trump incapaz y asumiera la Presidenci­a. Pence se opuso porque, dijo, no cree que deba emplear los mecanismos constituci­onales de inhabilita­ción de un presidente «como un medio de castigo».

Condena de Pelosi

«Los insurrecto­s fueron enviados al Capitolio por el presidente con llamamient­os a pelear a muerte, y sus palabras importan, debe rendir cuentas»

Defensa del presidente Trump

«A la luz de los informes de que va a haber más manifestac­iones, insto a que no haya violencia y no se vulnere la ley»

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EFE La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, interviene ayer en el debate del «impeachmen­t» a Donald Trump
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