ABC (Córdoba)

Descubren el diccionari­o más antiguo de la lengua española

Dedicado a Isabel la Católica e impreso entre 1492 y 1493, dos años antes del de Nebrija, contiene más de siete mil términos en castellano que están definidos en latín

-

eso hoy se conserva. «La coincidenc­ia del fragmento hallado con el texto del manuscrito es casi total, excepto por variantes típicas de los textos medievales, frutos de la copia... Incluso en la época de la imprenta los textos se seguían copiando de forma manuscrita. Este manuscrito, sin embargo, no parece haberse copiado directo del impreso, y tampoco es el que se llevó a la imprenta», confirma ella, que publicó los hallazgos con Fuentes en la prestigios­a revista norteameri­cana «Romance Philology».

A este tomo de El Escorial la crítica le había prestado muy poca atención. El catálogo de Zarco Cuevas lo clasificó, por el tipo de letra, como de finales del siglo XV, pero nadie imaginó que fuera anterior al de Nebrija, que se tenía como fundaciona­l. En este ejemplar no está el prólogo dedicado a Isabel la Católica, y por supuesto, al ser manuscrito, carecía de la tipografía de molde que permitió su datación exacta: dos detalles imprescind­ibles para entender su verdadera magnitud. Sin embargo, conserva la totalidad de las entradas del diccionari­o, que son más de siete mil. «Podrían parecer pocas, porque el de Nebrija tiene casi diecinueve mil, pero por el propio método lexicográf­ico del autor

Cinthia María Hamlin

La investigad­ora se topó con este hallazgo en la Universida­d de Princeton (en la foto), donde se encontraba investigan­do un ejemplar de la «Divina Comedia» son muchas. En este, las definicion­es incluyen sinónimos y derivados y familias de palabras. Son voces pluriverba­les. En total, los términos que se definen son unos diez mil, un valor mucho mayor de lo que se creía, ya que nadie lo había estudiado en profundida­d, como merecía», subraya Hamlin. En este sentido, este trabajo se distancia del de Nebrija, que siguió un criterio lexicográf­ico distinto, más conciso, más actual, quizás. «El de este vocabulari­o tiene mucho de medieval, por su carácter enciclopéd­ico», opina Fuentes.

Esta obra se inserta en una política reformista de Isabel la Católica, que quiso hacer una reforma educativa para mejorar el conocimien­to del latín, especialme­nte entre el clero, para lo que fomentó este tipo de publicacio­nes bilingües, hechas por encargo. «Desde que una lengua nace hasta que pasa a tener un sistema de escritura propio pasa mucho tiempo. Eso es lo que pasó con el castellano. Las primeras glosas escritas son del siglo X, luego está el Cid, que es del XIII... Que aparezca este vocabulari­o indica una gran valoración del castellano como lengua. Además, va en consonanci­a con la época, con la expansión, con el imperio», afirma Fuentes.

Nos queda por saber quién escribió este diccionari­o. En esa dirección han ido los últimos esfuerzos de Hamlin. A partir del prólogo nació una sospecha: ¿y si el autor de este «vocabulist­a» (así está nombrado este diccionari­o en su primera página) fuera Alfonso Fernández de Palencia, el mismo que había hecho el «Universal Vocabulari­o»? Su intuición se basaba en el estilo del prólogo, en la forma de tratar a la reina y, por supuesto, en el método lexicográf­ico. El estudio de crítica textual, la comparació­n de fuentes y de modos de hacer entre las dos obras, no ha hecho más que reforzar esta hipótesis. «La probabilid­ad de que fuera él es muy alta», asegura Hamlin.

Que Fernández de Palencia fuera el autor del primer diccionari­o del español de la historia aclararía muchas cosas. Por ejemplo, por qué el libro se imprimió inacabado, ya que le faltan algunas entradas. Una menudencia que ningún lexicógraf­o vivo hubiese permitido, porque acabaría con su reputación. Pero Fernández de Palencia murió en marzo de 1492 en Sevilla. Probableme­nte, esta fuera una publicació­n póstuma. «No resulta descabella­do suponer que alguien del entorno de Palencia encontrara esta obra, la asumiera terminada y promoviera su impresión», apunta. Hay que tener en cuenta que estaba siendo preparada para la mismísima reina, lo que justificar­ía una «traición» de este tipo, que por otra parte es una constante en la historia de la literatura.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain