El obispo: «El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor»
El obispo, Demetrio Fernández, en su carta pastoral de esta semana, difundida ayer, aludió a que en sus visitas a pueblos se reúne con jóvenes y mayores y de vez en cuando le preguntan por la sexualidad. Hay pudor, pero no le da miedo: «Los cristianos afrontamos estos temas sin rehuirlos, pero sabemos que nuestra propuesta es contracultural en la sociedad de nuestro tiempo».
También, dice, era contracultural cuando San Pablo escribió el texto que se lee este domingo, primero del tiempo ordinario: «El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor… ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?... Huid de la fornicación… ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?... Por tanto, glorificad a Dios con vuestro cuerpo». La fornicación, sigue en su carta, «es la búsqueda egoísta de sí mismo y del placer sexual a cualquier precio». En su carta, habla de que «el seguimiento a Jesús se bifurca en la vocación a la vida consagrada y en la vocación al matrimonio». Cualquiera de los dos es «seguir al Señor en cuerpo y alma», porque un matrimonio «bien fundado tiene que constituirse sobre una madurez humana afectivo-sexual, en un camino progresivo de donación corporal como expresión de la donación de la persona, que está dispuesta a sacrificarse por la persona amada», afirma, para después recordar que también el cuerpo del célibe «es templo del Espíritu Santo».
Por ello, acaba con una llamada que ha hecho otras veces: «Jesús llama a seguirle. Para eso, es necesario madurar en la afectividad-sexualidad, porque el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor».