ABC (Córdoba)

«El Melillero», acusado de intento de asesinato, en huelga de hambre

- J.J. MADUEÑO /C. MORCILLO MÁLAGA / MADRID

«El Melillero» no ha tardado ni 24 horas en dar la nota en prisión. Nada más entrar en la cárcel de Alhaurín, el individuo detenido por rociar con ácido a su exnovia y a una amiga se ha declarado en huelga de hambre como protesta comunicánd­olo a la dirección del centro penitencia­rio. La razón es que se le trasladó a un módulo de régimen cerrado, habilitado para los internos que deben cumplir la cuarentena por el Covid19. Y como no le gustó la decisión, optó por la huelga. Además se le ha aplicado el artículo 75.1 del régimen penitencia­rio para protegerlo, dado que el caso es muy mediático y en la cárcel cumplen condena presos de Cártama y Casabermej­a que podrían provocar algún incidente, según fuentes penitencia­rias.

La decisión del «Melillero» coincide con la que adoptó ayer el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 3 de Málaga. Considera que el ataque con ácido sulfúrico a Sandra y Cristina el pasado martes en Cártama fue presuntame­nte «premeditad­o». Es la razón por la que ha calificado inicialmen­te los hechos como «un intento de doble asesinato» y no de tentativa de homicidio, como decidió el juzgado de guardia de Fuengirola este lunes, tras lo que se inhibió a favor de la juez de violencia de género, que atisba otro tipo de delito más grave.

El «Melillero» aún deberá comparecer ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer para la ratificaci­ón del ingreso en prisión y para conocer la calificaci­ón penal provisiona­l. El lunes sólo contestó a las preguntas de su abogada para negar que cometiera la agresión, algo que no le libró de ingresar en prisión provisiona­l comunicada y sin fianza.

Pena mucho más dura

El cambio del tipo delito supone que se enfrente a una pena mucho más dura por supuestame­nte rociar a su exnovia y a una amiga de ésta con ácido. Fuentes expertas en derecho penal explican que la tentativa de homicidio supone para el acusado una pena de cinco a siete años, mientras que la de asesinato puede elevarla a 16 años de cárcel.

De confirmars­e el doble intento de asesinato, se enfrentarí­a a 16 años de cárcel por cada una de las dos agresiones, por lo que se podría elevar la solicitud a 32 años. Algo que conocerá cuando comparezca ante la magistrada. Además, este martes la juez de violencia de género mandó a prisión al último de sus colaborado­res.

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