Europa negocia un pasaporte común de inmunidad para los vacunados del Covid
▶La Comisión exigirá a los países que al menos el 80% de la población de más riesgo esté vacunada el próximo mes de marzo
La Comisión Europea aprobó ayer una recomendación a los países miembros para intensificar la lucha contra la pandemia, empezando por pedirles que aceleren la distribución de la vacuna. De esta manera, espera que en marzo la hayan recibido al menos el 80% de las personas más vulnerables, es decir, los mayores de 80 años, y el 80% de los profesionales sanitarios y de servicios que atienden las residencias. Y para el verano de 2021, se pide que al menos el 70% de la población adulta esté vacunada de manera que se pueda empezar a hablar de inmunidad colectiva. La Comisión también ha pedido que los países se pongan de acuerdo antes de fin de mes para tener al menos «un enfoque común» respecto a los certificados de vacunación, para que puedan usarse rápidamente en los sistemas de salud dentro y fuera de la Unión Europea.
En este contexto, algunos dirigentes europeos, como el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, piden que se establezca una especie de pasaporte de inmunidad dentro de la UE, pero otros como el presidente francés, Emmanuel Macron, creen que si no es obligatorio vacunarse no sería posible implantar una fórmula de este tipo. En general, a pesar de las prisas de la Comisión, el debate se considera prematuro, teniendo en cuenta el ínfimo porcentaje de la población ya vacunada. Sin embargo, la discusión y la división que conlleva se están infiltrando en la agenda europea, a pesar de las cuestiones políticas, legales y éticas que plantea. Los ministros de Asuntos Europeos empezarona hablar de ello el lunes en la reunión que preparaba la cumbre (telemática) de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra este jueves y en la que sin duda este será uno de los asuntos centrales.
En la reunión de hace dos días, los ministros no entraron en muchos detalles, señal de que dejan la discusión para los jefes, pero en la carta de invitación a esta reunión que les envió ayer el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se refería al tema de una forma tan elusiva que hace prever que será difícil que se pongan de acuerdo. La carta de Michel alude a la cuestión con una fórmula muy cauta y se refiere textualmente a que «el proceso de vacunación abre el debate sobre la certificación». Por ello, anuncia a los presidentes que en la reunión se abordará «la idoneidad de un enfoque común para la certificación, así como, si corresponde, en qué circunstancias se podrían utilizar los certificados».
Certificación
La palabra «certificación» evita expresamente cualquier connotación relativa a un pasaporte o una identificación concreta, que llevaría a consideraciones legalmente muy espinosas.
La Comisión, sin embargo, cree que sería útil algún tipo de documentación estadística orientada lo más científicamente posible, pero dentro de las leyes de respeto a la vida privada. «Lo más importante ahora es recopilar los datos para evaluar la efectividad de las vacunas y el proceso de vacunación», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, después de la reunión ministerial del lunes.
Para el ejecutivo comunitario, se trataría de modelo provisional de certificado «técnicamente desarrollado respetando la privacidad» y que pueda contribuir al conocimiento científico y a mejorar la actuación médica. La presidenta de las Comisión, Ursula von der Leyen, es directamente partidaria de elaborar «un sistema que demuestre médicamente que las personas han sido vacunadas».
La idea de Mitsotakis es favorecer la recuperación del turismo, que es la principal industria de su país, con un «pasaporte» que debería permitir a las personas vacunadas viajar libremente. Es el caso de España que aboga al menos por «un reconocimiento mutuo de los certificados de vacunación». En Polonia ya se ha previsto un «pasaporte» para que los vacunados sean eximidos de cuarentena en caso de contacto con un positivo. Sin embargo, los Gobiernos de Francia o de Alemania, donde hay una relevante oposición a la vacunación no ven con buenos ojos esta idea del «pasaporte de vacunación», porque abre la puerta a la discriminación entre los que han sido vacunados y los que no lo están, que a su vez no se distinguiría entre los que no han querido hacerlo o no pueden por razones médicas, por no hablar de a qué recintos daría acceso o no ese documento.
La ministra belga de Exteriores, Sophie Wilmès, insiste en que este certificado «no puede violar las libertades individuales ni la movilidad transfronteriza. Este documento no puede dar lugar a una discriminación entre ciudadanos europeos cuando el acceso a la vacuna no está generalizado».
Ayer se reunieron (también telemáticamente) los ministros de Economía y entre otros aspectos también hablaron del impacto que esperan que tenga la vacunación en la reconstrucción de la economía europea. La presidenta de la Comisión, por su parte, dijo que «la vacunación es esencial para
No todos los países están de acuerdo en esta idea que puede afectar a las leyes de privacidad
Los presidentes lo discutirán en la cumbre de mañana, pero la Comisión urge una decisión este mes
Cuando haya dosis para todos
salir de esta crisis. Ya hemos obtenido suficientes vacunas para toda la población de la Unión Europea. Ahora tenemos que acelerar la entrega y acelerar la inmunización. Nuestro objetivo es que el 70% de nuestra población adulta esté vacunada para el verano. Esto podría marcar un punto de inflexión en nuestra lucha contra este virus. Sin embargo, solo pondremos fin a esta pandemia cuando todos en el mundo tengan acceso a las vacunas. Intensificaremos nuestros esfuerzos para ayudar a nuestros vecinos y socios de todo el mundo a vacunarse».
Si se cumplen estos objetivos probablemente el debate sobre ese certificado o el pasaporte de inmunidad en Europa se convertirá en innecesario. Pero es muy probable que los viajeros del resto del mundo necesiten un certificado internacional de vacunación para entrar en la UE durante mucho tiempo.
Contratos
Por otro lado, la Comisión Europea ha aceptado que parte del contenido de los contratos que ha firmado con los proveedores de vacunas esté disponible para que los eurodiputados lo puedan leer.
Ante la insistencia de los parlamentarios, la semana pasada se pudo poner a su disposición un primer contrato con la Comisión en una sala de lectura, pero con tantaos obstáculos que ayer la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides se ha comprometido a ampliar al acceso a otros aspectos de los contratos, asumiento que «la prioridad es lograr más vacunas».