Castigo menor para Leo Messi: solo dos partidos de sanción
Desde la lesión de Casillas, que provocó el fichaje de Diego López en el mercado invernal de 2013, hasta el adiós de Keylor Navas, en el verano de 2019, la portería del Real Madrid ha sido una montaña rusa. Ahora suma ya temporada y media de calma, gracias a la indiscutible titularidad de Courtois y el considerable salto entre el belga y el segundo portero de la plantilla, pero durante esos seis años y medio hubo vaivenes de todos los colores.
Uno de ellos se produjo con el fichaje de Andriy Lunin, oficializado el 22 de junio de 2018. Seis meses antes, el Madrid tuvo atado a Kepa, que llegaba libre, pero Zidane frenó su fichaje y el español acabó renovando por el Athletic para irse después al Chelsea a cambio de 80 millones de euros. Era la época en la que para el Madrid era innegociable tener dos porteros de máximo nivel, y un tercero joven y con prometedor futuro que pudiera foguearse en otros equipos de Primera. En ese perfil encajaba Lunin, que por entonces tenía 19 años y era pretendido por un buen ramillete de grandes equipos europeos. El Madrid se adelantó a todos sus competidores y acabó abonando ocho millones y medio de euros al Zorya Luhansk: «Llevaban tiempo siguiéndole y tenían muy buenos informes. Un portero alto, ágil y dotado técnicamente, pero el fichaje de Courtois no le ayudó», explica un agente que conoce de primera mano todos los movimientos en la portería del Madrid durante esos años tan agitados.
El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha sido benévolo con el argentino Leo Messi, al que ha aplicado la mínima sanción posible tras la tarjeta roja que vio el pasado domingo en la final de la Supercopa de España ante el Athletic Club en el estadio de La Cartuja (Sevilla), castigándole con dos partidos de suspensión.
La presidenta del Comité y jueza única, Carmen Pérez, ha estimado que el golpe que el argentino le propinó a Asier Villalibre cuando éste le hacía una obstrucción para impedirle que se acercara al área del equipo vasco fue para quitárselo de encima y no una agresión, lo que le hubiera supuesto un castigo de un mínimo de cuatro encuentros.
El órgano sancionador de la Federación Española ha tenido en cuenta el historial del argentino, que sufría su primera expulsión en el fútbol español desde que milita en el primer equipo del FC Barcelona. Messi no es un jugador violento, no tenía antecedentes y, por tanto, no es reincidente en la conducta que provocó la roja.
Esta ha sido una de las tesis que ha argumentado el Barcelona en sus alegaciones para minimizar el impacto de la expulsión, junto al redactado del acta («Messi golpeó a un contrario con el brazo haciendo uso de fuerza excesiva estando el balón en juego, pero no a distancia de ser jugado», describió Gil Manzano), en la que no habla de agresión, y unas imágenes en las que se aprecia que no hay impacto en la cara de Villalibre, quien comete falta previa.
Cornellá y Elche
El Barcelona está valorando no recurrir el fallo de Competición teniendo en cuenta que se le ha aplicado el menor castigo posible y que los dos partidos que no podrá disputar son, en teoría, asequibles para el equipo azulgrana. El rosarino no jugará mañana ante el Cornellá (Segunda B) los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ni el domingo el partido de Liga ante el Elche.
LEO MESSI