Un mandato para la necesaria reunificación
Fin de etapa Lo más significativo del discurso de Biden fue la frase: «Lideraremos no solo por el ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo»
Donald Trump y su esposa, Melania, salen de la Casa Blanca para tomar el helicóptero que les llevaría a la base de Andrews, donde les esperaban sus familiares (a la derecha)
El día amaneció frío y gris en Washington, y al mediodía el sol brilló. Coincidió con el momento en que Joe Biden se convertía oficialmente en el 46º presidente de los Estados Unidos. La ceremonia de ayer en la escalinata del Capitolio se desarrolló dentro de la más pura tradición y ortodoxia y al mismo tiempo pasará a la historia por lo atípico y singular.
La fanfarria interpretada por los marines, el desfile de banderas, la procesión de personalidades, Lady Gaga entonando el himno nacional, el juramento de la vicepresidenta, y como colofón el juramento presidencial. Todo ello aconteció en el mismo orden, con el mismo rigor como ha venido sucediendo por décadas. Y sin embargo esta toma de posesión será histórica tanto por el acto en sí mismo como por la singularidad derivada de la situación política y social.
La ausencia del presidente saliente representa una descortesía política –inédita desde que Andrew Jackson no acudió a la toma de Ulysses Grant– y al mismo tiempo un gesto altamente representativo de la actual situación política que se vive en Norteamérica. Ver el Mall de Washington vacío, artificialmente poblado con 200.000 banderas norteamericanas, es el reflejo de una sociedad maltratada por una pandemia que golpea a los Estados Unidos con millones de infectados y unos 400.000 fallecidos.
El ya nuevo presidente fundamentó su discurso de aceptación en la necesaria unidad, en la reunificación de todos los americanos en su afán de ser el «presidente de todos los estadounidense» indistintamente de cual fuere su afiliación política.
Las referencias a los acontecimientos del Capitolio fueron puntuales y referenciales tan solo para enfatizar que «Lo más importante de una democracia es la unidad». Fue un discurso realista en el que se desgranaron temas fundamentales de su campaña como la igualdad, el racismo, el cambio climático… incluyendo una explícita referencia geopolítica al mencionar que «Repararemos nuestras alianzas».
Probablemente lo más significativo de su discurso fuera una frase que no por conocida y repetida deja de tener vigencia al sintetizar al mismo tiempo sus aspiraciones de futuro y la historia de los últimos cuatro años: «Lideraremos no solo por el ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo».
INSTITUTO FRANKLIN-UAH