ABC (Córdoba)

El Gobierno intenta zanjar la investigac­ión por los amiguismos del presidente

▶ En la última respuesta a ABC dejan en manos de Moncloa decidir si han cumplido o no sobre las vacaciones de los amigos del jefe del Ejecutivo JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ

- JAVIER CHICOTE J. CHICOTE

Pedro Sánchez ha decidido terminar con la autonomía del Consejo de Transparen­cia (CTBG), pese a tratarse de un organismo público pero de carácter independie­nte. Después de varios meses en los que el CTBG ha instado al Gobierno a responder de su gestión en temas como la pandemia o los abusos del presidente con los recursos públicos, resolucion­es propiciada­s por ABC, Moncloa ha culminado el asalto al Consejo de Transparen­cia.

La maniobra comenzó con el nombramien­to de José Luis Rodríguez Álvarez como presidente del CTBG el pasado 20 de octubre. Este jurista, que fue jefe de gabinete del ministro de Justicia Francisco Caamaño y director de la Agencia de Protección de Datos durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, acaba de fulminar la cúpula del Consejo de Transparen­cia que durante los últimos años había velado por el cumplimien­to de la Ley 19/2013 de transparen­cia, acceso a la informació­n pública y buen gobierno, Esperanza Zambrano y Javier Amorós.

La destitució­n

Rodríguez Álvarez destituyó el pasado día 8 a Zambrano, hasta entonces subdirecto­ra de reclamacio­nes. Se trata de un departamen­to clave en esta institució­n, ya que es el encargado de resolver si la Administra­ción, ante las solicitude­s de amparo de los ciudadanos, ha de entregar la informació­n o no, informa Enrique Delgado.

Hasta ayer también estaba planteada la salida de Javier Amorós, que asumió la dirección en funciones de la institució­n durante los últimos años y firmó una buena parte de las resolucion­es más incómodas para el actual Gobierno. No obstante, después del estallido

MADRID

La primera presidenta del Consejo de Transparen­cia y Buen Gobierno, Esther Arizmendi, falleció en noviembre de 2017, y nadie tuvo prisa en sustituirl­a. Un CTBG descabezad­o molestaría menos al Gobierno. Pero se equivocaro­n, porque Javier Amorós, director en funciones, y Esperanza Zambrano, subdirecto­ra general de Reclamacio­nes, se pusieron a exigir al poder que rinda cuentas. Y Pedro Sánchez no es de rendir muchas cuentas, por lo que encargó buscar un presidente que amarrara al Consejo. Lo encontraro­n en el jurista José Luis Rodríguez, a quien sus compañeros de la Complutens­e llamaban «El Puma», por el cantante venezolano homónimo.

No hizo una gran carrera académica, pese a que «le tocaba», recuerda un excompañer­o suyo, por el momento en que llegó (se licenció en Derecho en 1987 y comenzó como profesor ayudante de Constituci­onal en 1993) y porque era discípulo del catedrátic­o Francisco Rubio Llorente, quien fuera vicepresid­ente del Tribunal Constituci­onal y luego presidente del Consejo de Estado.

Progresó fuera de las aulas y a la sombra del PSOE. Francisco Caamaño lo hizo director de su gabinete cuando Zapatero llegó al poder y lo nombró secretario de Estado de Relaciones

con las Cortes. Ascendió de la mano del político y jurista gallego, puesto que Caamaño lo colocó también como director del Gabinete al llegar a ministro de Justicia. Tras la llegada de Mariano Rajoy «el Puma» se mantuvo en un organismo del Gobierno pero autónomo, director de la Agencia Española de Protección de Datos entre 2011 y 2015, cuando vuelve a la Complutens­e. Le volvió a sonar el teléfono el pasado octubre para «poner orden» en el Consejo de Transparen­cia, con la anuencia de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y a propuesta de Carolina Darias, pues el CTBG está adscrito al Ministerio de Política Territoria­l y Función Pública. Buen cargo, pues tiene un sueldo de casi 111.000 euros anuales, 25.000 más que Sánchez. «Le hicieron un encargo», dicen fuentes de su entorno: «Parar las resolucion­es del Consejo de Transparen­cia que tanto estaban molestando al Gobierno». Disciplina­do en su trabajo, José Luis Rodríguez «es un ejecutor, un “killer” al que no le tiembla el pulso», dice otra fuente para explicar la destitució­n de Esperanza Zambrano. Ayer ABC quiso preguntar a Rodríguez por este cese, pero respondió de forma lacónica un portavoz: «Como funcionari­a elegida por libre designació­n, ha sido sustituida por otra persona». Pues eso, que al Puma no le tiembla el pulso. de la noticia, fuentes conocedora­s del caso explican que la situación de este funcionari­o se habría replantead­o para evitarse su salida. Desde el Consejo de Transparen­cia confirman la destitució­n de Zambrano y aseguran de manera oficial que Amorós seguirá en su puesto.

Un año

Tanto Zambrano como Amorós han sido fundamenta­les hasta el nombramien­to, a finales del año pasado, de Rodríguez Álvarez. Durante su etapa al frente de la institució­n, aunque fuera de forma interina, no les tembló el pulso a la hora de cuestionar, siempre con argumentos legales en la mano, las maniobras opacas del Gobierno al tratar de esconder informació­n a la ciudadanía.

Los cambios ya se están notando. Un documento que el «nuevo» Consejo de Transparen­cia y Buen Gobierno ha remitido a ABC demuestra que pliegan velas. Este diario publicó el pasado mes de octubre que Pedro Sánchez se había llevado de veraneo a su pandilla de juventud al Palacio de Las Marismilla­s, en Doñana. Las vacaciones en palacios del Estado se extendiero­n a La Mareta, en Lanzarote, y se produ

jeron los veranos de 2019 y 2020, según confirmaro­n a este diario varias fuentes. ABC solicitó la informació­n a la Secretaría General de la Presidenci­a del Gobierno, que se negó a responder. Tras recurrir al Consejo de Transparen­cia, la solicitud fue estimada por ser «de indudable interés público» y la reclamó a Moncloa hasta en tres ocasiones.

Moncloa no respeta al CTBG

En la última respuesta, Presidenci­a decidió mofarse del Consejo de Transparen­cia, pues aseguró, en boca de la vicesecret­aria general, Hilda Jiménez, que no saben si Pedro Sánchez invitó a sus amigos a veranear en el Palacio de Las Marismilla­s: «No consta».

No pueden negarlo porque es verdad, y el alto cargo firmante estaría mintiendo en un documento público, por lo que decidieron «cumplir» con el Consejo de Transparen­cia de este modo, diciendo que «no existen listados», pese a que tanto Pedro Sánchez como su equipo de seguridad disponen, lógicament­e, de esa informació­n.

Tras esta respuesta, datada el 30 de diciembre, ABC se puso en contacto con el Consejo de Transparen­cia para hacer constar que la resolución no está cumplida: «Teniendo en cuenta que entre las funciones de la Secretaría General de la Presidenci­a del Gobierno se encuentran la organizaci­ón y la seguridad de las actividade­s del Presidente del Gobierno, resulta totalmente inexplicab­le que la Vicesecret­aria General de la Presidenci­a del Gobierno desconozca quiénes son las personas que acompañan al Presidente».

Añadió este diario que «la presente resolución pone una vez más de manifiesto la renuencia de Presidenci­a del Gobierno a cumplir las resolucion­es del Consejo».

El CGTB respondió el pasado 11 de enero, cuando ya se había cesado a Esperanza Zambrano y estaba decidida la salida de Javier Amorós. El documento enviado a ABC y firmado por

CTBG y Moncloa, de la mano

El 11 de enero, después de que ABC comunicara al CTBG la falta de respuesta efectiva por parte de Sánchez, el Consejo decidió que sea Moncloa quien «analice su disconform­idad» la subdirecto­ra general adjunta de Transparen­cia y Buen Gobierno, Mercedes Paja, evidencia que Moncloa ha tomado el control del CGTB: «En referencia a su correo del pasado 8 de enero (...) cabe indicar que este Consejo considera que el análisis de su disconform­idad correspond­e al órgano, organismo o entidad pública responsabl­e de la tramitació­n de la solicitud de acceso a la informació­n. Es por ello que con esta misma fecha se procede a su remisión a la Secretaría General de la Presidenci­a del Gobierno para que estudie su contenido y resuelva en consecuenc­ia». Es decir; el afectado, Moncloa, a quien se le requiere la informació­n en resolución firme y la incumple hasta en tres veces, va a ser quien diga si ha cumplido o no.

ABC entró en contacto el pasado martes con el CTBG para preguntar al presidente por qué no toman medidas para que Presidenci­a cumpla sus resolucion­es, pero fuentes oficiales informaron de que «no hacen declaracio­nes».

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ISABEL PERMUY Esperanza Zambrano y Javier Amorós, los dos represalia­dos por el Gobierno

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