Del Falcon a las Marismillas o el comité de expertos
El Consejo de Transparencia ha dado la razón a ABC frente al Gobierno en una larga lista de casos en los últimos años
El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) ha sido, en los últimos años y como mínimo, un dolor de cabeza recurrente para el gobierno que dirige el socialista Pedro Sánchez. Semana tras semana, esta institución, encargada de garantizar que los ciudadanos reciben la información que les corresponde después de solicitarla a través del Portal de Transparencia, ha formulado resoluciones de todo tipo que denunciaban la opacidad del Ejecutivo y con las que le obligaba los distintos ministerios a entregar a los ciudadanos unos datos que previamente la Administración les había negado. En concreto, ABC también tiene una larga lista de casos en los que ha recurrido al amparo de este organismo y el CTBG, después de estudiar el asunto, le ha dado la razón en detrimento de los intereses de La Moncloa.
Uno de los ejemplos más sonados es el que hace referencia al uso que Sánchez ha hecho de los medios de transporte de titularidad pública, entre ellos el avión presidencial –conocido como el Falcon– durante su etapa al frente del Ejecutivo. De hecho, una petición de información realizada a instancias de este diario en este sentido provocó que el Gobierno, tras ignorar la resolución del Consejo de Transparencia, acudiera a los tribunales con el objetivo de seguir manteniendo la información bajo llave.
Son realmente escasos, al menos al compararlos con el volumen total de resoluciones, los procedimientos de Transparencia que llegan a los juzgados, ya que la Administración suele facilitar la información antes o después pese a intentar alargar el proceso al máximo en algunas ocasiones. El Gobierno, tras recibir una sentencia en contra que se reafirmaba, precisamente, en lo dictado por el Consejo, ha ido un paso más allá en este caso al recurrir la decisión de los jueces.
Los invitados
La polémica en relación al uso que hizo el presidente del Gobierno del Falcon viene de lejos. Las suspicacias comenzaron cuando, en verano del año 2018, Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, viajaron una noche a uno de los conciertos del Festival Internacional de Benicasim (FIB). No obstante, los casos vinculados a medios o instalaciones de titularidad pública no acaban ahí. Como ha desvelado este diario,