El mercado en 165 millones de euros
u nombre es Euan, pero todos le llaman cariñosamente Blair Júnior. Nació en Londres en 1984, trece años antes de que el «nuevo laborismo» liderado por su padre llegara al poder con una aplastante victoria electoral. El hijo mayor del ex primer ministro británico Tony Blair y su esposa, Cherie, pasó su adolescencia en la residencia oficial de Downing Street, donde pocas veces posó en las escaleras junto a sus padres y sus hermanos, Nicholas y Kathryn. Luego llegaría el pequeño Leo, en 2000, con la familia ya fuera de la política. Euan estudió en The London Oratory School, en Fulham, una escuela católica para chicos. Aunque tenía claro que las finanzas eran su pasión, se matriculó en Historia en la Universidad de Bristol e hizo un máster en Relaciones Internacionales en Yale (EE.UU). Su primer contacto con la banca fue en Morgan Stanley. Protagonizó un único pero sonado escándalo juvenil a los 16 años, cuando fue arrestado por estar borracho mientras celebraba los exámenes finales de Secundaria. Fue carne de tabloide a pesar de que sus padres convocaron al entonces director de la Comisión de Quejas de la Prensa, Guy Black, para pedirle protección. La Comisión defendió la libertad de prensa y Blair Júnior aprendió la lección. Euan maduró pronto, optó por mantener un perfil bajo y labrarse un futuro fuera de la atención de los focos. Se casó en 2013, y muy bien por cierto, porque Suzanne Ashman, su novia de toda la vida, es hija del multimillonario empresario automovilítico Jonathan Ashman, creador y promotor de TCR. Hace tres años, la lista «Forbes» la incluyó como una de las financieras más influyentes de Europa con apenas 30 años. La boda tuvo lugar en la iglesia de Todos los Santos en Wooton Underwood, y el cóctel se sirvió en la mansión que la familia Blair posee en ese mismo barrio. Los recién casados estrenaron una casa georgiana –valorada en cuatro millones de euros– en el lujoso barrio de Marylebone, en pleno centro de Londres.
SAlternativa universitaria
En 2016, siguiendo la política de su padre de que «la universidad no es el único camino al éxito y que había que crear una alternativa de calidad», lanzó su compañía WhiteHat –ahora rebautizada como Multiverse–, que ayuda a 2.000 jóvenes que no pasan por las aulas. El negocio consiste en ofrecer prácticas remuneradas en las principales compañías del país a cambio de formación en función de sus habilidades. Desde el portal inmobiliario Zoopla, el gigante del entretenimiento Warner Bros, Google, Facebook, los bancos Starling y Santander o la petrolera BP, muchas empresas han creído en el proyecto de Blair Júnior, inspirado en un modelo de prácticas.
Esta semana, Multiverse hizo públicas sus cifras de negocio: como resultado, la empresa se ha valorado en 165 millones de euros, de los cuales 82 corresponden a Euan, uno de sus principales accionistas y CEO de la compañía. Multiverse ya ha anunciado que utilizará los 36 millones captados de nuevos inversores para contratar a 200 empleados más en el Reino Unido y abrir una sucursal en Nueva York. La prensa británica destaca que el hijo mayor del ex primer ministro laborista es ya más rico que su padre, cuya fortuna asesorando a líderes extranjeros y multinacionales le han reportado alrededor de 67 millones de euros, según ha publicado «The Telegraph». También su madre, Cherie, abogada y juez a tiempo parcial, atesora un gran patrimonio inmobiliario valorado en 40 millones de euros. En una entrevista reconoció que su necesidad de ganar más y más dinero se debe al hecho de criarse en una familia de clase trabajadora.
Pero Euan no es el único hijo rico y con éxito de los Blair. El segundo, Nicky, de 35 años, es un afamado agente de fútbol; Kathryn, la única hija, siguió los pasos de su madre y se convirtió en abogada. El pequeño, Leo, de 20 años, es estudiante y miembro del Partido Laborista. Tony Blair está muy orgulloso de sus hijos, cuya educación ha costeado con su trabajo. Lo reconoció en la misma entrevista a «The Sunday Times» en la que aseguraba que «desde que en 1997 me metí en política, no he hecho ninguna tarea del hogar. Ha sido durante el confinamiento cuando por primera vez he cocinado una tortilla para mi hijo pequeño». Unas declaraciones por las que le llovieron muchas críticas. No le afectaron mucho: piensen que por cada tortilla que no ha cocinado por dar una charla ha ganador un dineral.