Son socialistas y comunistas, y sí, actúan como tales
Y AVANZAN, CADA DÍA
NO podemos pasarnos de revoluciones. Al fin y al cabo somos un país europeo. El dopaje del BCE evita que nuestro bono valga menos que un billete del Monopoly y las ayudas de la UE suponen la única esperanza. Sin el aval de Europa ya estaríamos groguis. Así que no podemos gobernar con un autoritarismo sobrado a lo Erdogan, ni montar un tinglado abiertamente socialista tipo Chávez. Europa no lo consentiría. Pero sí podemos dar pasos. De hecho, lo estamos haciendo. La clave es avanzar a lo Simeone, partido a partido, sin asustar, vendiéndolo todo con vaselina gracias al dominio mediático. Habrá «un cambio en la arquitectura institucional en nuestro país», como les acaba de soltar el presidente a los embajadores españoles. A modo de careta, unos pocos ministros del «establishment» –Margarita, Calviño, Planas–, pero sin dejar nunca de avanzar.
...Y avanzan. Claro que sí. Acaba de entrar en vigor una Ley de Educación sin más objeto que mermar el peso del catolicismo e ir formando buenos ciudadanos progresistas. Impuesta a la brava, sin la preceptiva opinión consultiva. Quieren acogotar la independencia judicial, incapaces de soportar que existan magistrados liberales y sentencias que no se pliegan a sus necesidades partidarias. Hemos llegado al extremo de que ayer el Poder Judicial alertó formalmente de que PSOE y Podemos están vulnerando el Derecho de la UE. En el mundo económico han traído inseguridad jurídica, con medidas socialistas contrarias a la propiedad privada, como la norma colada de rondón que concede barra libre de facto a los okupas. Lo público es bueno y noble. Lo privado –los empresarios– es el enemigo al que hay que vigilar y explotar fiscalmente. La prensa libre interfiere en el proyecto. Así que ya tenemos la más descarnada manipulación de TVE (hasta han metido un magazine de una hora antes del Telediario consagrado a defender la causa de la manera más burda y panfletaria). Han creado un órgano de control «contra la manipulación informativa», que permitirá que Sánchez decida quién manipula. Han purgado, como acaba de revelar ABC, a la cúpula del Consejo de Transparencia, pues había osado investigar el uso privado que hace Mi Persona de los aviones públicos y el pago con fondos del Estado de las vacaciones de sus amigos. Critican desde el Gobierno el orden constitucional, que por cargo deben defender, con un vicepresidente que abiertamente va a por la monarquía y un presidente que ningunea al Rey. Se alían con partidos separatistas, mientras mantienen un cerco contra formaciones constitucionalistas, a las que desprecian con asco. Trabajan por un orden nuevo, de menos libertad y más intervención.
Simplemente son socialistas y comunistas, y gobiernan como tales. Ladrillo a ladrillo, el muro crece. Si continúan una legislatura más, un día nos despertaremos en un país irreconocible. La democracia liberal no está garantizada, hay que oxigenarla y protegerla. Y a este Gobierno le gusta poco. ¿O nada?