Marilar Aleixandre
Isabel Burdiel «Si algo fue coherente y progresista en Pardo Bazán fue su feminismo, moderno y radical»
Murguía –marido de Rosalía de Castro y uno de los autores del movimiento galleguista del Rexurdimento– que era una persona que tenía cierta misoginia, por decirlo suavemente, y han reverberado hasta ahora». «El nacionalismo, lo que puede ser la intelectualidad gallega, opone a Rosalía frente a Pardo Bazán», cuando en su opinión «Emilia tiene que ser considerada patrimonio de la cultura gallega, igual que consideramos a Valle-Inclán o Torrente Ballester», porque «Galicia está en el centro de sus emociones y de su literatura», aunque ideológicamente «estuviera identificada con el proyecto de nación española y no con el nacionalismo gallego emergente».
«Murguía, que era una persona extremadamente machista, le juró odio eterno porque no soportaba que llamara dialecto al gallego», apunta José María Paz Gago. Aquello «era una cosa de la época», y «hoy doña Emilia no tengo dudas de que reconocería al gallego como lengua». «El mismo Carballo Calero admite un estudio de la escritora como el primero serio que se hace sobre la poesía de Rosalía».
Murguía se despachó contra Pardo Bazán en una serie de artículos en «La Voz de Galicia», «Cuentas ajustadas y medio cobradas» (1876), «una vendetta que produce sonrojo por la extrema violencia emocional y el extremo machismo», según Burdiel. Hoy, Emilia y Rosalía «son necesariamente compatibles», creadoras «de una modernidad arriesgada y valiente». Aleixandre va más allá. «Hay párrafos de Pardo Bazán que los podría haber escrito Rosalía», añade, «y esa contraposición con Rosalía no debe seguir». La polémica está lejos de apagarse. Y todo, por Meirás.