ABC (Córdoba)

El secreto que el comisario de Transparen­cia quiso ocultar

▶ Rodríguez mantuvo a uno de los funcionari­os que iba a destituir para frenar el escándalo

- ENRIQUE DELGADO SANZ

Antes de Navidad, todo estaba atado. El presidente del Consejo de Transparen­cia elegido por el Gobierno, José Luis Rodríguez, se fue de vacaciones con los deberes hechos y las primeras piedras de su proyecto al frente de la institució­n ya colocadas. Aunque otros podrían decir que, en lugar de poner los cimientos, se dedicó a quitar las vigas más sólidas que tenía el organismo. Los dos funcionari­os que sostuviero­n al Consejo de Transparen­cia durante su larga etapa de interinida­d, Esperanza Zambrano y Francisco Amorós, no iban a formar parte del nuevo equipo directivo.

La reorganiza­ción era «vox populi», como han recalcado fuentes conocedora­s del caso a este diario. Ambos, antes de vacaciones, ya habían sido cesados, al menos en la práctica. Todo el mundo en el organismo lo sabía. Rodríguez se lo había comunicado a quemarropa a los dos antes de cerrar el año sin demasiadas explicacio­nes.

Y todo seguía en marcha a primera hora del miércoles, cuando Zambrano ya había sido destituida y la salida de Amorós a otro destino de la Administra­ción era inminente. Iba a hacerse efectiva en febrero. No obstante, que se conocieran las intencione­s de Rodríguez, un especialis­ta en mantener informació­n bajo llave –estuvo al frente de la oficina de protección de datos entre 2011 y 2015–, no agradó al presidente. Por eso empezó a maniobrar para amortiguar el golpe.

No queda muy bien de cara a la opinión pública, debió pensar este alto cargo, que el «guardián» de la Transparen­cia, el líder del organismo que reclama limpieza a toda la Administra­ción y que por ende debe ser un ejemplo en la materia, purgue a los dos puntales que hicieron crecer al Consejo gracias a su impecable labor y a su pulcritud técnica. Aunque a veces, no pocas, sus resolucion­es hubieran incomodado al poder.

El Consejo de Transparen­cia forma parte orgánicame­nte del Ministerio de Política Territoria­l, pero tiene independen­cia operativa en su trabajo. Y eso se dedicaron a hacer estos dos funcionari­os durante tres años en los que el Consejo ganó presencia en una sociedad que hace apenas una década no había ni oído hablar de la Transparen­cia. Por no haber, no había ni una ley.

El volantazo

A media mañana, horas después de que los planes de Rodríguez trascendie­ran, fuentes oficiales del Consejo de Transparen­cia aseguraron a ABC que Amorós no estaba cesado y que, en ese momento, todavía trabajaba allí.

Eso había contado este diario y así se recogió igualmente citando las fuentes oficiales. No obstante, la salida del hombre que asumió la dirección interina del organismo hasta la llegada de Rodríguez seguía siendo inminente. Pasaban las horas y el escándalo aumentó. Los partidos políticos de la oposición registraro­n iniciativa­s parlamenta­rias para reclamar explicacio­nes en el Congreso por la purga. Esto, segurament­e, no calmó los ánimos, de modo que el departamen­to de comunicaci­ón de la institució­n, a primera hora de la tarde, insistió en que el funcionari­o no había sido destituido y, en este punto, añadió que no iba a ser cesado próximamen­te.

Algo pasó en esas horas para darle sentido al volantazo de Rodríguez. Como sugieren otras fuentes de plena solvencia a ABC, el presidente habría intentado apagar el incendio a toda costa llegando a dar marcha atrás en su plan al persuadir al funcionari­o al que él mismo había invitado a salir unas semanas para que finalmente no se marchara.

Mucho interés

Sorprende que Rodríguez se tomara tantas molestias en intentar revertir su hoja de ruta cuando, al tratarse de dos funcionari­os en puestos de libre designació­n, podría haber argumentad­o que iba a prescindir de ellos para contar con otros expertos que gozaran de su plena confianza. Pero lo hizo. A última hora de la tarde, redobló el pulso desmintien­do públicamen­te a través del perfil oficial de Twitter del organismo un cese que a primera hora de la mañana estaba hecho y que, atenazado por la presión mediática y política, decidió echar para atrás.

«Se desmiente formalment­e que el subdirecto­r de Transparen­cia y Buen Gobierno haya sido cesado o vaya a serlo en fechas próximas», publicó a través de este canal el Consejo intentando maquillar la maniobra en lo que estaba en su mano. Las fuentes consultada­s coinciden en que, si Rodríguez hubiera podido, también hubiera dado marcha atrás en el cese de Zambrano pero claro, en esta ocasión era imposible puesto que la funcionari­a ya había salido del organismo.

Queda por ver cuánto tiempo va a poder mantener Rodríguez este giro argumental de última hora. Más todavía cuando, según ha podido saber ABC, ya tenía en la agenda el nombre de las dos personas que iban a relevar a dos funcionari­os especialis­tas que hicieron su trabajo con valentía, de manera ejemplar durante años, con escaso apoyo político y menos medios.

Debería ser un ejemplo

El Consejo, además de exigir al Gobierno que sea transparen­te, está obligado a dar ejemplo

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EP El presidente del Consejo de Transparen­cia, José Luis Rodríguez, durante su comparecen­cia en el Congreso

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