La lengua española recupera su sitio en la Casa Blanca
▶ Trump eliminó la versión en castellano de la página web al llegar al poder
algunos países de mayoría musulmana, o la paralización de la construcción del muro con México.
Además de estas órdenes, la Administración Biden establece un periodo de cien días en el que se detendrán las deportaciones de indocumentados y en el que se revisará la labor del Departamento de Seguridad Nacional para centrarla en aquellos inmigrantes que son una amenaza para la seguridad nacional o para la seguridad pública y en la vigilancia de la frontera. El congelamiento de las deportaciones contrasta con el papel en este capítulo de la Administración Obama, en la que Biden fue vicepresidente. En sus primer mandato, deportó a 1,6 millones de indocumentados. En su presidencia, Trump se quedó en 935.000, a pesar de sus promesas de deportar a «millones» de inmigrantes.
Otros decretos tienen que ver con la política medioambiental –como el reingreso en el Acuerdo de París para el cambio climático– o el ataque frontal a la pandemia de Covid-19, la crisis más urgente que sufre EE.UU. Ayer presentó la estrategia de su Administración para contener la pandemia, con la que buscará disparar los recursos para vacunación y test, y que incluye el restablecimiento de lazos con la Organización Mundial de la Salud y un mandato para el uso de mascarilla en organismos y terrenos federales y en sistemas de transporte interestatales.
El español se hablaba en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos casi un siglo antes del establecimiento de la primera colonia de ingleses en Jamestwon, en el actual estado de Virginia.
El legado español es profundo y extenso, desde la toponimia de muchas ciudades –en especial, al oeste del Misisipí y en Florida– hasta la celebración de figuras históricas como Bernardo de Gálvez o Fray Junípero Serra.
Hablan español más de 50 millones de estadounidenses, de largo el segundo idioma más hablado en el país, y los hispanos se convirtieron en las últimas elecciones en la minoría con más votos, por encima del electorado negro.
El lugar que ocupa el español en la sociedad estadounidense lo ha recuperado esta semana en la Casa Blanca.
El miércoles, en cuanto Joe Biden juró su cargo como presidente de Estados Unidos, su Administración estrenó web, con nuevo diseño, nuevo logo y con el regreso de su versión en español.
En enero de 2017, Donald Trump lo eliminó de la web de la Casa Blanca. En un principio, su equipo de comunicación aseguró que era una cuestión técnica que se subsanaría. Nunca ocurrió y el español se quedó sin sitio en la web y en las comunicaciones de la Casa Blanca.
«Se habla en inglés»
Era un movimiento acorde al tono de la campaña electoral de Trump, que atacó a los inmigrantes mexicanos desde la presentación de su candidatura y alimentó a sus bases nacionalistas que ven al español como una amenaza.
«Estados Unidos es un país donde hablamos inglés, no español», espetó en un debate en primarias a Jeb Bush, que habla español y cuya mujer es mexicana. También se solidarizó con un restaurante –fue en campaña a comerse un bocadillo– que había sido criticado por colgar un cartel que decía: «Esto es América. Cuando pidas, habla en inglés».
Contra lo que hacen la mayoría de candidatos –también muchos republicanos– , Donald Trump rehusó a utilizar el español en su ascenso al poder.
En su reelección, sí hubo anuncios en español para ganarse el voto de Florida, donde conquistó a buena parte de las comunidades cubana y venezolana.
La web de la Casa Blanca tenía versión en español desde la presidencia de George Bush y ahora lo recupera, con una creciente presencia hispana en la Administración de Joe Biden.
Se nota desde las palabras que pronunció en la investidura Jennifer López a la elección de hispanos para puestos de responsabilidad.
Biden ha elegido a cuatro para su Gabinete, incluidos dos departamentos decisivos: Alejandro Mayorkas será el secretario de Seguridad Nacional y Xavier Becerra, en medio de la pandemia, el de Salud.