La altura del moño
Las desfachateces de algunos no parecen tener límites, como sus demostradas limitaciones gramaticales, entre otras, con esas puñeteras haches (¿Con hache o sin «ache»?). Y es que el moño, por lo visto, no confiere mayor altura, ni intelectual, ni física. Ahora afirma que al cobarde con nombre de personaje de Harry Potter y que, al parecer, vive a cuerpo de rey, quizá gracias a las ayuditas de los contribuyentes, se le puede equiparar a los millones de exiliados tras la guerra civil. Sí, a esos exiliados que pasaron más «ambre» (¿o se escribe hambre?) y penurias que todos los aspirantes juntos a golpistas, demostrando uno de ellos su gran valentia mediante ciertas incontincias de partes bajas tras los chillidos histericos de alquna que otra Marta. pertenecientes a Patrimonio Nacional, es decir propiedad de todos los ciudadanos españoles. Y me imagino que cuando el colega no quiere facilitar dicha información es porque las vacaciones tuvieron que ser a tutiplén, o sea que quiere decirse que no estuvieron precisamente comiendo productos de marca blanca del cualquier supermercado. La desvergüenza de un presidente elevada al cubo.
Este escándalo, porque no se puede denominar de otra forma, fue destapado por el ABC, el pasado mes de octubre, y desde entonces y pese a las reiteradas peticiones de información por parte de dicho rotativo a Moncloa, sobre las mencionadas vacaciones, la respuesta ha sido surrealista, por decirlo de una forma suave. Parece ser que la Secretaria General de la Presidencia del Gobierno, responde a las reiteradas peticiones del citado periódico con fecha 30 de diciembre, que en Moncloa «no consta, si el presidente se llevó a sus amigos de vacaciones al Palacio de las Marismillas».
Pues bien, el que suscribe le contesta a tan ilustre sra., secretaria, que como comprenderá me importa tres pepinos, donde veranee Pedro, con quien vaya o a quien invite, por mi como si lo quiere hacer con la mona Chita. Ahora eso si siempre que se lo pague de su sueldo, que por cierto ya quisiera más de uno tenerlo. Pero mientras dichas vacaciones hayan sido pagadas con dinero público, Moncloa tiene que informar de lo que han costado las mismas, tiempo de duración de estas, número de personas que han estado disfrutando de estas, etc. Eso es lo que se hace en cualquier Democracia medianamente seria, y no me vengan con el cuento de que eso entra en la esfera privada del presidente. A colación de este tema que estamos tratando, recuerdo que, cuando el fallecido Ronald Reagan, era presidente de los EE.U.U, realizó un viaje oficial, en dicho viaje le acompaño su esposa Nancy, sin embargo, como su cónyuge no tenía por qué acompañarlo en el mismo, el Congreso del citado país le obligo a devolver el importe de los gastos de su mujer. Pero aquí Pedrito, se ha creído que este es su reino y su feudo, olvidándose completamente de que es simple y llanamente un servidor público del pueblo soberano, que es quien manda. Y para terminar le doy un consejo a este ególatra, dedícate a gobernar que para eso te pagamos e intenta resolver los gravísimos problemas que padece España. Ya llegará la hora en que las urnas por el bien de este país, dicten sentencia.