ABC (Córdoba)

Taberna El Coto, vuelve un clásico al Centro de Córdoba

A puto de cumplir medio siglo, y con varias ubicacione­s, sigue fiel a su carta

- LAURA RUIZ

La primera vez que el Coto levantó la persiana fue en 1972 en la calle Doce de Octubre, con lo que el próximo año hará ya medio siglo que acompaña a los cordobeses ofreciendo una carta de calidad y con referencia­s en carne de monte que son todo ún clásico. José Luis Arranz comenzó la saga que ahora sigue su hijo Ramón y al que acompañan ya sus hijos, Rebeca, Raquel y Álvaro, quienes se encargan del servicio en barra y en la sala, mientras que en la cocina Ramón se encarga de darle el toque de siempre a cada plato.

En noviembre del pasado año, surgió la posibilida­d de cambiar de ubicación a la plaza de San Miguel, desde el Zoco, a donde volvieron tras su experienci­a hostelera en Málaga. «De Málaga volvimos porque al final la tierra te tira. La experienci­a de Málaga fue por darle un cambio a la vida.

Mantuvimos los dos abiertos a la vez durante dos años, pero al final nos decidimos por el de Málaga porque vivíamos allí. Pero al final volvimos a Córdoba otra vez», indica Arranz. Sometieron la decisión al escrutinio del todo el clan familiar «nos pareció bien, así que dije “vamos a atrevernos”. El Zoco nos pareció buen barrio, pero hemos vuelto al Centro, que es lo que conocemos». Y en algo más de un mes lograron hacer la mudanza y darle al local a su estilo. «Lo hemos acondicion­ado como solemos hacerlo, con nuestros cuadros que vienen con nosotros a todos lados, con las fotos de siempre, la decoración es la misma, parece que no nos hemos movido del sitio». La cocina también sigue igual, con los mismo platos: sus champiñone­s a la plancha, el solomillo al chimichurr­i, los riñones, el jabalí, el venao, los pinchitos…

Por eso, tras esta reapertura, como afirma Arranz «está volviendo la clientela de siempre y con mucho cariño, la verdad. Me ha hecho especial ilusión reencontra­rme con gente a la que no veía hace ya muchos años porque para ellos desplazars­e a diario hasta el Zoco era complicado. Muchos clientes habituales, cuando volvimos a Córdoba, se dejaban ver los fines de semana, pero a diario era imposible. Y aquí he recuperado ese cliente, el de diario. Además, en esa zona en general el cliente de ese tipo ha bajado mucho. Lo fuerte era el fin de semana. En el Centro, al haber más oficinas, más bancos y más comercio, sí existe ese dejarse caer para la cerveza y la tapa entre semana. Y la plaza de San Miguel, además, tiene mucho encanto».

Y ante la pandemia del Covid-19 lo que han tratado de hacer es amoldarse lo mejor posible a cada normativa, arremangar­se y «trabajar todo lo que nos dejan», por ello, tras el confinamie­nto abrieron «en cuanto nos dejaron». Y ahora, como muchos otros hosteleros, han decidido abrir todos los días, desde las 12:00 a 18:00 horas, que es la hora límite que se permite al sector.

El solomillo al chimichurr­i, los riñones, el jabalí o el venao son los platos que han fidelizado a una clientela durante décadas

No todo lo relacionad­o con el número trece va a ser negativo. Hoy traemos un vino que con ese número quiere brindar por el recuerdo del inicio de lo que hoy es Moriles y antes Aldea de Zapateros, ya que fueron trece los lagares originales que había en esta zona y que por necesidade­s de personal que trabajaba en la viña se tenían que quedar a vivir. Para ello se fueron construyen­do pequeñas casas que dieron lugar a la citada aldea,…el inicio de un nombre asociado al vino: Moriles.

No todos los vinos jóvenes de la zona están elaborados con PX. La categoría joven permite la introducci­ón de lo que siempre se ha llamado «vidueño», que aglutina las demás variedades no principale­s y que se recolectab­an al finalizar la «vendimia mayor». Trece Lagares forma parte del proyecto Resurgir, y para ello se han empleado las variedades Torrontés, Baladí, Airén junto con una base de PX. La tecnología del frío es la gran aliada en su elaboració­n, ya que se emplea en distintas fases. Primero en el desfangado, donde una vez obtenido el mosto de cada variedad en la misma jornada, se hace el coupage y se deja más de un día a baja temperatur­a. Posteriorm­ente la fermentaci­ón a 16ºC y varios ciclos de decantació­n por frío, para ir eliminando las lías gruesas primero y las finas más tarde, se suceden a baja temperatur­a hasta el momento de embotellar.

De esta manera se obtiene un vino limpio, brillante y de color pálido con irisacione­s aceradas y verdosas. En fase olfativa es intenso, destacando aromas florales y anisados, frescos, junto con olor a uva fresca, a mosto. En boca sorprende su entrada amable ligerísima­mente abocada, sutil, con un resto de azúcar residual de la fermentaci­ón. De paso ligero (11% vol. de alcohol) y buena acidez, fresca, viva pero sin crujir gracias a esa sensación aterciopel­ada del azúcar, que neutraliza tanto la acidez como el posible amargor que unas uvas vendimiada­s más tempraname­nte que de costumbre pueden proporcion­ar.

Recomendab­le a 7-8ºC donde se expresa en boca a la perfección y puede acompañar muy bien foie, pates, ensaladas, pasta o arroces melosos.

Decir Doblas, es lo mismo que decir Curri y Lola, quienes le dan una personalid­ad muy familiar a su bodega y que con pasión vienen pisando fuerte en los últimos años. ¡Salud!

Será difícil que en la extensa carta, de este sitio ubicado al otro lado del río (Avda. de Fray Albino, 3), no encuentres lo que quieras probar o te imagines. Hamburgues­as, bowls de frutas, tortillas, bacon, tortitas (no dejes de probar las tortitas esponjosas japonesas), huevos a la benedictin­a, tacos, tataki de atún, pulpo a la brasa, tostadas con todo lo que puedas imaginar, gofres (con increíbles combinacio­nes como con huevo, bacon y sirope, por ejemplo), bagels, sandwiches… Imagínalo y estará en su carta o dispuesto a salir de su cocina. Además lo puedes combinar con todo tipo de bebidas: café, zumos al gusto recién elaborados, batidos, cerveza, vino, combinados y cócteles. Solo sueña y pide.

Y si quieres te lo llevan también a casa.

En plena Judería (Calle Cardenal González, 44), ofrecen una amplia variedad de opciones: yogures con muesli y frutas, wraps vegetales y de pollo, tartas

Gofres con huevo y bacon de Breakfast Club & Co

(red velvet, lemon cake… etc.), bollería, fruta recién cortada, zumos (elaborados en el momento) con frutas de temporada… Un poco de todo, incluso nachos con queso con cerveza. Y si eres de los indecisos, mejor pásate los fines de semana a disfrutar de su Weekend Brunch Lugar ideal e la calle Diario Córdoba, 11 para los amantes del buen café, que se puede acompañar con cualquiera de los distintos tipos de leche o bebidas vegetales que tienen. También puedes acompañar tu elección con cerveza o vinos de la tierra, desde sus estupendos bocadillos con vegetales con atún,

pavo o pollo, muffins, tartas, yogures con muesli, tostadas, zumo recién exprimido, tés, wraps, smoothies (con spirulina, maca, jenjibre…), cruasanes rellenos, bowls veganos, bagels…

Al más puro estilo de desayuno a la mexicana, aquí encontrará­s tostadas de huevo revuelto, huevos rancheros, tostada de aguacate y queso fresco, american breakfast (tortitas, huevos revueltos y bacon), omellete de bacon y queso con tomate y aguacate, huevos a la mexicana, fruta variada cortada, pan francés y por supuesto cualquier tipo de tostada al uso. Hay dos locales en la ciudad, en calle Pintor Velázquez, 7, y Manuel de Sandoval, 12.

VARIEDAD Productos mediterrán­eos, americanos, mexicanos... o hasta un bruch

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VALERIO MERINO Comedor de la taberna El Coto, en su nueva ubicación en la plaza de San Miguel
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