China utiliza Hungría como puerta para expandir su influencia en Europa
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«He preguntado a los expertos si la vacuna china causa más daño que el coronavirus y me dicen que no hay problemas de seguridad», ha comentado Viktor Orban en la radio húngara. Con sus palabras, además de criticar la lentitud de la campaña de vacunación europea, el primer ministro presionaba públicamente a la autoridad reguladora húngara: «Realmente espero que la autoridad dé una respuesta clara en unos pocos días. Tenemos varios millones que recibir mañana por la mañana».
Tras cerrar la compra de dos millones de dosis de la vacuna rusa Sputkik V, que después pudo hacerse efectiva por problemas de producción, el Gobierno húngaro ha allanado mediante decreto la compra de la china Sinopharm. El ministro de Gobernación, Gergely Gulyás, ha llegado a un acuerdo con el fabricante chino que se inscribe en una relación diplomática y comercial privilegiada con el gigante oriental. La vacuna no es lo único que China quiere hacer llegar a Europa a través de Hungría, país clave en la nueva ruta comercial que está a punto de modificar los mercados europeos.
A finales de 2021, un área de 125 hectáreas, a un kilómetro de la frontera húngara con Ucrania, estará funcionando ya la terminal ferroviaria más grande y moderna de Europa, según anuncian desde Budapest. En 2022, llegarán los primeros trenes desde China después de cruzar Rusia y Ucrania. «Esta terminal será mucho más grande que las de Polonia o Bielorrusia, pueden circular hasta cuatro trenes a la vez y será la puerta de entrada de entrada occidental a la nueva ruta de la seda», ha declarado a la prensa europea Janos Thalosi, consejero delegado de EastPuerta Oeste.
El multimillonario ruso-húngaro Ruslan Rahimklov aprovecha la postura pro-Pekín para realizar una inversión de gran relevancia comercial y geoestratégica. China continúa así la expansión de una línea