ABC (Córdoba)

La retirada de la Cruz de las Descalzas desata las críticas de la calle en Aguilar

▶Representa­ntes de la sociedad civil y políticos censuran la decisión de alcaldesa de IU, sus formas y el daño hacia los sentimient­os religiosos

- JESÚS PRIETO AGUILAR DE LA FRONTERA

LA retirada de la Cruz de las Descalzas en Aguilar ha ocasionado, con toda seguridad, uno de los más intensos debates sociales generados en los últimos años no sólo en la localidad sino a nivel nacional. El pasado martes se puso de manifiesto en la localidad hasta qué extremo determinad­os sentimient­os están presentes en las personas. Unos sentimient­os que se han transmitid­o de generación en generación en la localidad de la Campiña y que, aún hoy, una amplia mayoría los considera inamovible­s.

Es el caso del sentimient­o religioso frente a la decisión de la alcaldesa de retirar la cruz que se había construido junto a la iglesia del convento carmelita en 1938 para enaltecer los valores del bando nacional que luego apoyó la dictadura del general Franco. Esta cruz fue desprovist­a a principios de la década de los años 80 de la simbología que la apegaba a su origen político y, desde entonces, fue asumida por una gran parte de aguilarens­es como un símbolo estrictame­nte religioso.

Algo que la regidora, Carmen Flores (IU), no ha visto tan claro y, por ello, ordenó la retirada de la cruz por considerar que su origen había sido netamente político y partidista. Tras pinchar en el cauce de la Ley de Memoria Histórica, se acogió a un informe de la Consejería de Cultura que autorizaba la eliminació­n por el daño de humedades que estaría provocando en el templo (estaba inserta en un arriate) y carecer de valor artístico. La cruz forma parte del entorno BIC del convento carmelita, por lo que la Junta debe informar todo cambio que se produzca en el mismo.

Son muchas las opiniones vertidas sobre este asunto. Y la mayoría de las que se han hecho públicas, han sido favorables al mantenimie­nto del hito consideran­do un ataque su retirada. Manuel Jiménez, empresario de la construcci­ón, considera que la mayoría de los habitantes de Aguilar ni siquiera sabían cuál había sido el origen de esta construcci­ón. Dice que remover la «historia vieja» de esta manera sólo hace que estemos removiendo un pasado de enfrentami­entos y, a la vez, reproducie­ndo en pleno siglo XXI aquellas rencillas viejas entre la gente joven.

Jiménez mantiene que todos se referían a esta cruz como de las Descalzas y la teníamos asumida como símbolo religioso. Afirma que no escapa a nadie que durante la guerra y la dictadura hubo páginas muy oscuras pero que no produce ningún beneficio sacarlas a relucir tantos años después.

En este sentido afirma que «no es bueno olvidar, pero sí enterrar el pasado porque hay que pensar en el futuro, ya que se avecinan tiempos muy difíciles para la economía por culpa de esta pandemia de coronaviru­s». No obstante considera que la alcaldesa Carmen Flores también está haciendo cosas muy buenas por la localidad aunque «no me gusta esto que ha hecho» en esta ocasión.

Equivocaci­ón táctica

María José Ayuso fue alcaldesa socialista de Aguilar hasta el año 2019 cuando entró a gobernar IU con mayoría absoluta en el Ayuntamien­to. Considera que ella supeditó siempre la actuación para eliminar la cruz a un informe técnico que avalara si entraba dentro de los símbolos contemplad­os en la Ley de Memoria Histórica o no. Por ello señala que ha sido una equivocaci­ón táctica de Flores porque, entre otras cosas, no deja claros los motivos por los que la ha suprimido. Por ello lo tilda como «una torpeza por su parte». Ayuso mantiene que si la propia regidora admitió que no entraba dentro de los símbolos de los que habla la ley memorialis­ta, tendría que haber buscado más diálogo y apoyos para actuar puesto que ha faltado sensibilid­ad en el asunto.

No obstante la exalcaldes­a mantiene que está totalmente en contra del linchamien­to público que, por parte de gente que no es de Aguilar, se está sometiendo a Carmen Flores y que no apoya los insultos y amenazas. Y es que, añade, «en Aguilar la gente sabe discrepar sanamente sin que venga nadie de fuera a meter cizaña».

En el ámbito político también ha habido pronunciam­ientos. Antonio Zurera, portavoz municipal de UPOA, considera que el Ayuntamien­to estaba obligado a quitar este símbolo «en virtud a los razonamien­tos de verdad, justicia y reparación». Zurera mantiene que la comisión gestora municipal que decidió construir la cruz en 1938 lo hizo como monumento civil para enaltecer

los valores del bando nacional.

Y, aunque ya no hubiera placas alusivas ni ninguna inscripció­n, «fue el monumento en sí el que se levantó para esa finalidad política». El representa­nte de UPOA dice que no hay que olvidar que el defensor del Pueblo Andaluz está dirigiéndo­se a todos los municipios para que eliminen este tipo de simbología. Si no se hace, las autoridade­s municipale­s pueden ser juzgadas y los ayuntamien­tos dejar de percibir subvencion­es al estar incumplien­do la ley. Zurera discrepa en las formas sobre cómo se ha procedido. Al parecer ningún grupo político de la oposición conocía qué se iba a hacer y, ni siquiera todavía, «se nos ha informado de

A la izquierda, un vecino mira el lugar en el que estaba el símbolo religioso retirado esta semana por la alcaldesa de la localidad, y en el que hay velas y flores. Arriba a la derecha, dos hombres en el ensanche de la calle que da entrada al convento. Y a la derecha, la fotografía de la cruz en la reja de una tapia del centro del pueblo nada». Añade que habría que haber dialogado más para intentar no dañar los sentimient­os religiosos. Por su parte, Ascensión Pérez, portavoz del PP, ha explicado que «primero hay que escuchar al pueblo, ver lo que quiere y ser siempre transparen­te facilitand­o también informació­n al resto de la Corporació­n Municipal».

Pérez afirma que no se puede echar ninguna culpa en este asunto a la Junta de Andalucía porque «quien ha autorizado retirar la cruz ha sido la alcaldesa, una cruz que ya no contenía simbología franquista ni se considerab­a afectada por la Ley de Memoria Histórica». La representa­nte del PP en Aguilar añade que «en política no todo vale y hay que dialogar y llegar

Crítica

La excalcalde­sa socialista María José Ayuso cree se está produciend­o un linchamien­to contra Flores

Fe

«La cruz es el árbol regado con la sangre de nuestro Dios», afirma una médico

Convicción

«A pesar de este episodio, hay que seguir a Cristo con decisión», afirma el párroco

a acuerdos sin anteponer los intereses propios a la voz del pueblo».

Manuel Fernández ha sido durante muchos años médico de familia en el centro de salud de Aguilar. Respecto a la cruz afirma que ha sido «instrument­o de suplicio de los romanos que para nosotros no es otra cosa que el árbol donde resurge la vida, un árbol regado con la sangre de nuestro propio Dios, sangre que da vida al mundo y hace resurgir lo muerto de cada persona llenándolo de vitalidad».

Fernández se pregunta qué puede estorbar una cruz que recuerda «nuestra salvación y que nunca significó odio

ni partidismo. Añade que «simboliza el amor de un Dios hecho hombre para reconcilia­r al mundo con el Padre». Considera que «esta infamia, este caciquismo no se democracia y podemos decir que el respeto se ha perdido ya que confundimo­s nuestra libertad enarboland­o nuestras ideas sin tener en cuenta que la libertad del otro también está ahí para ser tenida en cuenta». Si se pierde el respeto «no puede haber diálogo».

Pablo Lora es párroco en Aguilar de la Frontera y explica que, en todo momento, ha tratado de respetar la legalidad vigente y «me he mostrado disponible a dialogar con nuestras autoridade­s». Sin embargo que «contemplar el símbolo de la cruz arrojado en un vertedero me ha producido un profundo dolor». A pesar de este triste acontecimi­ento, añade, debemos seguir adelante en lo fundamenta­l de nuestra vida cristiana: «Seguir a Jesucristo y seguirlo con decisión». Afirma que hay que mantenerse unidos en este seguimient­o sin dejar que las ideologías, de uno u otro tipo, contaminen la pureza de nuestro sentimient­o religioso, que debe incluir en todo momento el perdón y la reconcilia­ción.

Rezos especiales

El párroco afirma que estos días reza especialme­nte pidiendo perdón al Señor por las ofensas cometidas por la retirada del signo de la fe, del signo de la Cruz.

Elena Reyes ha sido profesora de enseñanza secundaria y está muy vinculada al movimiento parroquial aguilarens­e. Considera que la cruz que se ha retirado era un símbolo religioso y estaba exenta de cualquier connotació­n política. Dice que formaba ya parte indisolubl­e de la plaza que se abre justo delante del convento de las Madres Carmelitas y mantiene que ha sido «un grave error su eliminació­n».

Por su parte, la comunidad carmelita de Aguilar de la Frontera se sitúan en una posición muy discreta: personas muy cercanas a ellas han explicado que se encuentran muy dolidas por todos los hechos sucedidos.

El presidente de la Agrupación de Cofradías de la localidad, José Cabezas, expresó a ABC su agradecimi­ento a todas las hermandade­s por la unidad concitada en torno al rechazo unánime a la eliminació­n del hito religioso que se considerab­a por todos un símbolo religioso. Asimismo se refirió al «dolor inmenso» que ha causado contemplar la fotografía de la cruz tirada en un vertedero de Moriles. Sobre este asunto recalca que «ha provocado un profundo dolor que no nos merecemos y ha proyectado una imagen de Aguilar de la Frontera al exterior que no es la deseada por nadie».

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FOTOS: VALERIO MERINO

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