«El Covid es el despertador de la transformación digital»
Presidente del Instituto para el Desarrollo de Internet ▶ Exdirector de Yahoo y Google España, nos urge a subirnos al tren de la revolución tecnológica. Ahora o nunca. Háganle caso. Que de esto sabe un rato
El futuro de la humanidad viaja sobre veloces autopistas digitales. Y el señor que tienen en la imagen es uno de sus más experimentados pilotos. No en vano ha dirigido en España dos de las grandes compañías tecnológicas del planeta: Yahoo y Google. Ahora conduce un nuevo proyecto para acelerar el proceso. Es presidente del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), una escuela de negocios para formar a altos directivos en habilidades digitales con sede en Madrid, Barcelona, París, México y EE.UU. Acaba de publicar «Por una España digital». Estas son sus recomendaciones para no quedar descolgados de la locomotora que se avecina.
—¿Imagina la pandemia sin internet?
—Habría minado la moral de mucha gente. La capacidad de tener relaciones ha sido el salvavidas para que todos nos mantengamos conectados.
—Nos salvó del aislamiento.
—Si se lo preguntamos a los jóvenes lo vemos más claramente. Han seguido manteniendo sus relaciones con los amigos, su presencia en redes y, lo que es más importante, en algunos colegios que ya estaban preparados se han sumado a la formación «online» de forma natural.
—¿Hemos superado la prueba?
—Hemos pasado la primera prueba de la yincana, que son diez. Ahora a nadie le sorprende hacer una reunión por Zoom, Google Meet o Skype. Las compañías se han ido poniendo las pilas y las personas también. Los deberes que teníamos que haber hecho cinco años atrás ahora se han hecho a la fuerza. Hay gente esperando a que pase el Covid para volver
El gurú de la revolución digital sigue leyendo libros en papel. «Son una maravilla», dice. «Generan un placer que no te da el formato digital». Parece mentira que estas palabras hayan brotado de un señor que mira el móvil 500 veces al día y pasa media vida conectado a un dispositivo tecnológico. El último que leyó en pasta de celulosa se titulaba «Homo deus. Breve historia del mañana», del carismático Yuval Noah Harari. Hijo del catedrático cordobés de Economía y experto en empresa familiar José Javier Rodríguez Alcaide, estudió en ETEA y ya en el último curso fue fichado por Procter and Gamble. Su siguiente trabajo consistió en vender Mister Proper y Fairy. Nada hacía sospechar que pronto se iba a convertir en uno de los nuevos ejecutivos de la revolución digital. atrás. Ya no hay vuelta atrás.
—El Covid ha sido una oportunidad para el salto digital.
—Ha sido un despertador. Lo que hay que hacer es ser persistente para seguir formándose. Es un mundo dominado por China y EE.UU., que son dos potencias económicas y digitales.
—¿En qué va a cambiar el mundo?
—En muchas cosas. Esta pandemia nos va a hacer reflexionar sobre cosas tan sencillas como qué poder tiene que tener un Estado y cuánta soberanía tenemos que ceder ante la tecnología.
—Usted ha dicho: «La tecnología está cambiando el curso de la historia». ¿Para mejor?
—Para mejor y para peor. En la pandemia, ha permitido que nos sintamos conectados. Y ha permitido, por ejemplo, que Corea tenga cero contagios. Allí los ciudadanos han sido capaces de ceder la soberanía sobre sus datos al Gobierno para que controle dónde están y que cada uno se convierta en un rastreador.
—¿La tecnología frena el Covid?
—La investigación y el uso de recursos para generar vacunas y biotecnología obviamente han ayudado a frenarlo. Nunca en tan poco tiempo ha habido un desarrollo de una vacuna y con tanta colaboración de conocimiento científico en la misma dirección.
—¿Qué ha fallado en Radar Covid?
—Ha fallado todo. Primero, la determinación a publicitar esta herramienta. Segundo, que no había acuerdo entre las comunidades autónomas. ¿Por qué? Porque va en contra de los derechos fundamentales. Estamos atacando el derecho a la movilidad y a la privacidad.
—O sea: aquí hay más aprecio por los derechos fundamentales que en Corea.
—Sí. Pero, a lo mejor, tenemos menos aprecio por la vida.
—Dígame un efecto adverso de la fiebre telemática.
—Hay muchos. Quizás el más importante es la dependencia de las redes sociales y la sobreinformación. Eso nos lleva a la simplificación de los mensajes y hace que el mundo se polarice. Por eso, hemos tenido a Trump, a Boris Johnson y a políticos que son bastante radicales. La falta de pensamiento crítico es uno de los problemas de la humanidad.
—La sobreinformación no nos deja ver el bosque.
—Claro. Es mucho ruido. Jamás ha habido tanta información. El 99% de la información que hemos generado los seres humanos ha sido en el último año y medio. Este problema se mitiga educando a la gente. Por eso estoy volcado en la formación: porque soy un optimista tecnológico.
—¿Y cómo podemos aprender a seleccionar la información?
—Con pensamiento crítico. Con educación. Mirando varios puntos de vista.
—¿La educación online es educación?
—Claro. Es tan educación como la presencial. Ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Una buena educación «online» es una ventaja competitiva. Creo en la educación presencial pero con un sistema muy distinto.
—¿Qué hacemos con los niños que no levantan la vista del móvil?
—Si me da una respuesta se lo agradecería. Es una lucha constante. Lo primero que tenemos que hacer los padres es no estar constantemente mirando al móvil. Es un mal ejemplo. Debemos buscar momentos para estar juntos.
—Tiene 12 aparatos conectados a internet, repasa el correo en el coche, en el AVE, se reúne por web cam y mira el móvil 500 veces al día. ¿Qué le falta para ser un androide?