Cabildos en tiempos del Covid
NERO y febrero son los meses en que se sabe que la Cuaresma y la Semana Santa ya no son un recuerdo lejano. Están tan cerca como para preparar enseres y perfilar las cuadrillas de costaleros, pero también es el momento de rendir cuentas. Es el tiempo de los cabildos generales, las asambleas de los hermanos en que se aprueban las cuentas del ejercicio anterior y se presentan presupuestos y proyectos para el futuro.
En tiempos del Covid esto está cambiando. En otoño, la Agrupación de Cofradías escribió una circular a las hermandades en la que recomendaba no hacer reuniones en las casas y hasta sugería pedir al Obispado dispensa de la obligación del cabildo general ordinario, que está en las reglas y en la normativa diocesana.
Palacio, en cambio, no está concediendo dispensas, sino recomendando que estas citas, a las que están convocadas todos los hermanos, se realicen en las iglesias donde tienen su sede canónica las cofradías. «Pueden buscar el mejor momento siempre de acuerdo con la distancia interpersonal, ya que en Córdoba lo más normal, en citas ordinarias, es que ronden el medio centenar de personas. La mayoría de las iglesias pueden ofrecer acogida a los que asisten a los cabildos generales sin problemas de que no pueda haber seguridad entre ellos.
No han sido, con todo, suficientes garantías para las hermandades de la Buena Muerte y del Prendimiento, que han decidido aplazar los cabildos generales. La cofradía de San Hipólito tendría que haber celebrado su asamblea esta mañana. Otras corporaciones podrían estar pensando en esta misma solución, pero no será una cancelación total, sino que habrá que buscar un nuevo momento.
El Obispado, recordó Vidal, admite el aplazamiento, pero también pide a las hermandades «que lo hagan en cuanto sea posible», por ser imprescindible. Es decir, cuando la evolución de la pandemia haga ver que lo peor de la tercera ola del Covid ha pasado y se pueden reunir con más seguridad que en este tiempo en que las cifras son cada vez más altas.