«Este año, el sanitario que no está trabajando para la Junta es porque no quiere»
▶Las oposiciones son el camino más recto para entrar en la Administración, pero hay más «puertas» a un contrato público en Andalucía
La Junta estableció el año pasado un sistema de contratación «puntual y extraordinario» debido a la pandemia. Los puestos urgentes que había que cubrir sin demora por la emergencia –sobre todo en el ámbito sanitario— se otorgaban al primero que mandaba un correo electrónico en un plazo determinado. El sistema, que luego la Justicia tumbó dando paso a un procedimiento más ordinario donde interviene el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), supuso además que quienes entonces entraron a trabajar temporalmente en la administración andaluza han accedido ahora a las bolsas de interinos.
Eso ha provocado protestas de quienes ya están en esas listas para optar a un empleo público. Según indicaron desde el colectivo, que se incorpore a «los eventuales del email» les restaría opciones de un buen empleo. Además, estos aspirantes a un puesto en la Junta señalaban que ellos habían entrado en esas bolsas por procedimientos ordinarios o aprobando oposiciones, no por un correo electrónico. Desde la Junta defienden que quienes accedieron a un contrato por email lo hicieron en un proceso «de emergencia» pactado con los sindicatos en el contexto de la pandemia y que esas personas se incorporan a las bolsas de empleo para respetar sus derechos adquiridos.
Ese debate sobre el acceso a un puesto de trabajo en la Junta despierta una pregunta: ¿cómo se entra a trabajar en la Junta? Caminos hay muchos, aunque unos están muchos más claros que otros. Desde marzo del año pasado hay formas de acceso a la Junta que se han complicado y otras se han simplificado. En el primer grupo están las oposiciones, que se han visto alteradas por culpa de la pandemia. De hecho las del grupo C, que tienen hasta 45.000 aspirantes se han visto pospuestas hasta en dos ocasiones y no está claro que se vayan a celebrar en febrero, su tercera fecha anunciada.
Mientras, los procesos extraordinarios o llamamientos por la crisis sanitaria se han multiplicado, aumentando las posibilidades de trabajar para la Junta.
Cinco partes
Lo primero que hay que saber es que la Administración andaluza tiene cinco «patas»: Educación, Sanidad, Administración General, Justicia y entes instrumentales, conocidos como la administración paralela. Cada una de ellas tiene sus condiciones y formas de acceso. Es un mar algo tormentoso por el que los empleados públicos y opositores navegan con soltura pero que puede ser un lío para el público general.
Hay una norma general: el camino más recto para un puesto en la Junta son unas oposiciones. Pero es mejor analizar caso a caso.
Sanidad
En Sanidad, la puerta principal de acceso es el concurso-oposición. Así se entra a la Junta como estatutario fijo, categoría laboral de los empleados públicos de este sector. En este grupo están los trabajadores más demandados durante la pandemia. Tanto que la propia Junta ha reconocido problemas para encontrar personal al que contratar.
Además, quien tiene un título sanitario puede apuntarse a las bolsas de la Junta desde donde llaman para contratos puntuales y que se ordenan todos los años en octubre con los méritos de los aspirantes. El problema, señalan desde el sindicato de Enfermería Satse, es que las bolsas no se actualizan hace años y «ahora mismo están usando las de 2018». En Sanidad, debido a la pandemia, ahora mismo hay más empleo que trabajadores. Tanto es así que fuentes sanitarias señalan que «este año, el sanitario que no está trabajando para la Junta es porque no quiere».
Agotadas las bolsas ordinarias, se puede conseguir un trabajo en Salud a través de «listados adicionales» donde solo se barema por experiencia y exámenes superados. Si esta lista se agota también, se recurre a ofertas específicas de cada centro (para contratos de un mes como máximo). Y aún se puede recurrir al SAE para otras ofertas e incluso a procesos extraordinarios como los activados por la pandemia, aunque esto es algo que solo usan las agencias sanitarias.
Educación
Para ser profesor en Andalucía con plaza propia hay que pasar unas oposiciones que se celebran en años alternos. Primero se hace Primaria y, el año siguiente, Secundaria y resto de cuerpos. Quienes no consiguen plaza pasan a la bolsa, de donde se va llamando para las posibles vacantes.
Pero a veces esa bolsa se agota y se convoca una bolsa extraordinaria. Ha pasado este año, cuando las listas «han corrido rapidísimo», señalan desde la sección educativa del sindicato Csif. «Este ha sido el año para entrar a la Junta», indican. El esfuerzo que ha hecho el Gobierno andaluz tanto en este ámbito como en el sanitario ha provocado que, por primera vez casi desde que se recuerda, haya más ofertas que candidatos en algunos cuerpos.
Tanta necesidad hay de docentes que se han habilitado incluso convocatorias extraordinarias para personas que no tienen la formación pedagógica que de normal se exige a los profesores. Estos trabajadores, en todo caso, van al final de la lista cuando entran en bolsa, nunca por delante de quienes cumplen todos los méritos ordinarios.
Administración General
En la Administración General de la Junta —todo lo que no es sanitario, educativo o de Justicia—, se entra por oposición. ¿Pero hay más puertas? Las hay. El personal laboral se divide en cinco grupos. El uno y dos requieren estudios universitarios y para optar a un puesto se ha de pasar un concurso-oposición. Para el tres, cuatro y cinco, solo un concurso de méritos. Estos puestos se publican en un «concurso de acceso» a laboral fijo, el equivalente en el mundo laboral a las oposiciones para funcionarios.
Cuando las bolsas de estas categorías se agotan, se hacen llamamientos genéricos para laborales temporales y funcionarios interinos a través del SAE. Y si aun así hay necesidad de personal, se activan los procedimientos extraordinarios, como es el caso del habilitado por la Junta por la pandemia a través de un correo electrónico.
Entes instrumentales
Por último, quienes quieran trabajar en la Junta pueden optar a un puesto en los entes instrumentales. Son las fundaciones, empresas públicas y demás empresas dependientes de la Junta que se conocen generalmente como la «Administración paralela».
Aquí, señalan fuentes sindicales, hay de todo porque cada ente gestiona sus recursos humanos. Los puestos se anuncian, por norma general, en las web de cada uno y, en algunos casos, en el Bo
Sistemas diferentes
Cada rama de la Junta tiene un sistema propio de acceso, señalan fuentes internas de la Junta
Capítulo aparte
La administración paralela publica y gestiona sus ofertas laborales y procesos de selección
letín Oficial de la Junta de Andalucía. En este caso, el sistema de acceso es menos estándar y tanto los baremos para puntuar a los aspirantes como las pruebas que hay que pasar dependen de la organización de cada empresa, fundación o instituto público, indican los sindicatos. Quienes consiguen un contrato, en todo caso, nunca son funcionarias sino personal laboral de cada agencia.
Justicia
En este caso son trabajadores que gestiona la administración andaluza pero los selecciona el Estado. Se trata de empleados públicos «mixtos» que pasan por unas oposiciones nacionales pero que luego ejercen en Andalucía. En este caso la vía de entrada es más sencilla: oposiciones que conducen a la condición de funcionario, de laboral, o llevan a las bolsas de trabajo.
Conseguir un contrato en la Junta no es siempre sinónimo de estabilidad. También hay refuerzos de hasta seis meses de duración o empleos de sustitución que acabarán siendo ocupados por un funcionario, advierten desde la Junta. La única garantía que hay de un puesto «para toda la vida» es sacar una plaza en unas oposiciones.