Cuando sumar, multiplica
Hay propiedades tan básicas en las matemáticas que ni siquiera tienen acomodo en la política de hoy. La suma no lleva más que a la multiplicación y nunca resta. Tan simple para un niño, pero tan complejo para quienes viven de la aritmética electoral y la división, dejando restos catastróficos. Córdoba se ha perdido muchas clases de matemáticas. Sus políticos han sido incapaces durante décadas de abandonar los intereses del aparato y las componendas para centrarse en lo que tenían delante: una ciudad con un empaque histórico sin igual y sumida en un futuro oscuro. Que si la «anomalía histórica» de Anguita. Que si Alfonso Guerra cambiaba Córdoba por Sevilla. Que si cogobiernos como pinzas, que si socialistas y populares orillando al «Califato rojo», que si la izquierda de «progreso» asfixiando la derecha... Así siempre. Moneda de cambio y malquerida. Pagaban los mismos: los cordobeses. En cuarenta décadas han pasado muchos trenes por el Llano del Pretorio..., y el AVE se quedó porque no había más narices orográficas de que pasara por ahí. Hace una década, un atisbo de luz llenó la ciudad de autoestima. La anhelada Ciudad Europea de la Cultura para 2016 retomó sencillos fundamentos de las matemáticas parvularias: sumar no resta, sino que multiplica. Mas aquella ilusión colectiva fue cortada de raíz tras el estrépito de una derrota que nos devolvía a la realidad de que la política acaba dividiendo sin remisión. Sin embargo, en el punto crítico de una pandemia que puede dejar a Córdoba en los huesos, el Ejército, ligado a la genética de esta ciudad cuyo corazón urbano lo preside uno de los más insignes militares de la historia de España, el Gran Capitán, abrió la puerta de la esperanza con un inesperado proyecto que puede cambiar el curso de los acontecimientos. El Ministerio de Defensa designó ayer a Córdoba como sede de su macrobase logística del siglo XXI. Tanto como aglutinar los doce centros (uno de ellos ya en El Higuerón) repartidos por todo el país y dedicados a la operativa de todas las unidades terrestres. Una inversión estimada en 350 millones de euros que dará empleo directo a 1.600 personas y conllevará la creación de toda una industria auxiliar enrededa en la investigación y la tecnología de unas tropas modernas que amplificará los réditos de esta decisión crucial. Cuando todos han sumado, está claro que Córdoba ha salido ganando.