El almacén central del Ejército
El proyecto pretende aplicar la tecnología logística más avanzada a la realidad de las Fuerzas Armadas
órdoba, la ciudad que nunca gana, consiguió ayer cantar bingo cuando sonó el teléfono del alcalde, José María Bellido (PP), y al otro lado del teléfono estaba la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. La opinión técnica de las Fuerzas Armadas y la creación de una oferta solvente convenció al Ministerio de Margarita Robles para señalar a la ciudad con el dedo del Estado en la mayor base militar que se construirá en años, la que pretende unificar casi todas las unidades que se dedican a la provisión de material al Ejército de Tierra pero también a unidades ligadas al Euroejército o a la OTAN.
De todas las unidades logísticas actuales, solo quedaría una fuera de Córdoba, la que se dedica al mantenimiento de helicópteros, que se pretende dejar en Colmenar. El resto vendría a la capital a completar el parque Ruedas 2, que se encuentra en El Higuerón, y que va a ser el germen del nuevo desarrollo logístico y militar. Son los centros de mantenimiento de armamento y artillería, de sistemas acorazados, de sistemas antiaéreos, de ingeniería, de transmisiones, de hardware y software, los equipamientos de reparación de vehículos, el parque de Intendencia y el Laboratorio Central del Ejército. Desde los que se ocupan de probar el armamento que se usa en las unidades operativas hasta los técnicos que están pendientes de que funcionen los tanques.
La mera instalación militar es un pelotazo para el empleo. Los datos son conocidos. 350 millones, 1.600 empleos directos de personal militar y civil, así como cientos de trabajadores de lo que es más relevante: empresas industriales y de servicios ligadas a un potente «hub» de carácer mixto. En una provincia donde la industria tiene un papel muy pequeño, lo que aquí se propone es una gran base militar que tenga anexo un espacio donde se implanten empresas que trabajan para el Ejército al desarrollar de forma conjunta o ser sus proveedores. Esa es la gran noticia en una provincia que tiene severos problemas para encontrar fuentes de empleo cualificado y estable.
El Ejército de Tierra lleva una década larga trabajando en lo que llama un proyecto tecnológico porque no se trata de construir un mero almacén. El proyecto, según se ha explicado a la industria en los encuentros que se han celebrado hasta la fecha, pasa por crear un centro de investigación y desarrollo. La intención es incorporar un estándar tecnológico mucho más alto que el actual en unas instalaciones unificadas de cara a proporcionar una respuesta pronta en la prestación de servicios y en el reparto de mercancías.
La clave es que la forma de trabajar del Ejército en esta materia incorpore la tecnología que ya es usual en las grandes empresas privadas. Desde la inteligencia artificial y el «big data» hasta los procedimientos robotizados. Se incluyen en esta cuestión desde el control de almacenamiento, el cálcu
lo de rutas o el desarrollo de servicios de autodiagnóstico de un armamento que es cada vez más sofisticado. Una de las cuestiones que hay que tener en cuenta es que, formalmente, la base será del Ejército de Tierra pero que estará abierta a la totalidad de las Fuerzas Armadas y a ejércitos aliados. Un ejemplo de ello es el robot autónomo que se pretende adquirir en el nuevo centro de mantenimiento de Acorazados que tenga la capacidad de mover armamento muy pesado para reducir los tiempos que se precisan para realizar las operaciones.
En el plano estrictamente físico, la base debe contar con elementos clave como un cuartel general, una superficie para el desarrollo de operaciones, ITV propia, infraestructura diagnóstico, pista de pruebas, galería de tiro subterránea para armamento, zona de servicios, edificios para el alojamiento de trabajadores civiles, instalaciones deportivas y guardería. El proyecto comprende una reorganización masiva de personal civil y militar que ahora mismo presta servicio en otras bases y que incluye perfiles profesionales de todo tipo: desde ingenieros hasta electricistas y mecánicos tanto procedentes de la escala militar como de las empresas que trabajen junto al Ejército de Tierra en estas cuestiones.
El Ministerio de Defensa lleva mucho tiempo trabajando en la propuesta concreta. Primero, por medio de una planificación estratégica que se llamó Colce (las siglas de Concentración de Órganos Logísticos del Ejército de Tierra). Posteriormente, mediante la actualización de los postulados de ese documento estratégico, que firmó Mariano Rajoy, mediante la aplicación del plan Fuerza 2035, la nueva estructura del Ejército de Tierra. Además, se ha trabajado con una consulta especializada con el objetivo de disponer de un diseño de lo que se necesita de cara a buscar el mejor emplazamiento. Una cuestión que se ha puesto de manifiesto en los encuentros celebrados por Defensa en esta cuestión es que no se podía crear un proyecto que se quedara obsoleto en el momento de abrir sus puertas. La apuesta por la tecnología es, en este caso, sincera.
Con ser relevante disponer de una base militar que concentre otras instalaciones,
Sofisticación
El plan se basa en incorporar la robótica o la inteligencia artificial en los procedimientos
Actuaciones
Defensa lleva años trabajando en el proyecto para delimitar qué necesita para el futuro
Industria auxiliar
La clave para Córdoba es la llegada de empresas que venden sus servicios a las Fuerzas Armadas
lo que más conviene a Córdoba es la creación de un polo de empresas industriales que den servicio. Y esta es la razón de fondo por la que los ayuntamientos de distintos puntos de España empezaron la carrera por atraer la base militar. El Ejército de Tierra se considera muy importante pero se abre una nueva realidad que es que las Fuerzas Armadas necesitan multitud de artículos y servicios que tenderían a implantarse, con el tiempo, en zonas cercanas a las nuevas infraestructuras.
El general responsable de la logística del Ejército, Enrique Ruiz Alonso, realizó unas declaraciones a la publicación especializada «Infodefensa» en donde relataba qué sectores podrían verse beneficiados por estas nuevas instalaciones. Son los siguientes: «infraestructuras, seguridad, electrónica, comunicaciones, logística, textiles, industria auxiliar y componentes de vehículos». Millones de euros anuales en contratos que el Ministerio de Defensa quiere aprovechar para que reviertan en el territorio.