Mejor que vacunarse con la sputnik
No pinta bien para ERC. También lo saben en el PSC, que a la disolución del «efecto Illa» suman la caída en intención de voto de los comunes de Jéssica Albiach, que de un 9,7 por ciento pasa a un 8,9 por ciento. Los tres partidos que entre 2003 y 2010 formaron dos tripartitos (Pasqual Maragall y José Montilla) pierden fuelle, a diez días de las elecciones catalanas, para reeditar un nuevo tripartito, al que, por otro lado, tanto PSC como ERC niegan, en público y en privado, tener intención de repetir.
«Lo peor es que hay mucho indeciso, más de un 26 por ciento, y en la última semana los que no saben qué votar suelen apostar por opciones sentimentales y radicales», señalan en el PSC, para alertar de que no solo Junts sube, también Vox y la CUP.
En cualquier caso, el resultado de la batalla entre Junts y ERC tendrá efectos directos en la estabilidad del Gobierno de España en el Congreso. «Si no ganamos las elecciones, lógicamente estamos dispuestos a investir a un presidente independentista que comparta un programa de mínimos con Junts. Por encima de todo hay el proyecto común», indicó ayer Carles Puigdemont –que encabeza la lista de Junts por la provincia de Barcelona– en una entrevista para Rac1.
El mensaje es claro y directo. Si Junts queda por detrás de ERC y ambos suman, con o sin la CUP, las condiciones de Borràs a Aragonès, para evitar tener
Si el bloque secesionista suma, no importa ser primero el 14-F sino ganar en este espacio ideológico
Junts, sin la responsabilidad de la Generalitat, en manos de ERC, tensionará y debilitará a estos
EL CIS ya está inmunizado contra su propio descrédito y contra cualquier crítica que lo retrate como el enésimo organismo del Estado al servicio exclusivo del PSOE. A Toshack le resbalaban los reproches como el agua por el plumaje de un pato. A Tezanos, también. Se intuye, por la descomposición de Ciudadanos, que Salvador Illa será el principal premiado en las urnas porque la dispersión del voto de Arrimadas entre socialistas, PP y Vox retornará en mayor medida a la misma izquierda de la que nació. Hasta este nuevo Iceta reconvertido en ministro multitarea (menos bailar le han puesto a hacer de todo) se ha disculpado por que el PSC llegase a incluir en su programa electoral el «derecho a decidir». Ha sido una rectificación tardía y a regañadientes, quién sabe si sincera, para suavizar el perfil de aquel PSC visionario de las «ocho o nueve» naciones que ahora quiere transformarse en reclamo para el votante frus
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