Efecto imán para la logística, examen para la empresa
La nueva base logística del Ejército de Tierra en Córdoba se va a convertir en el mascarón de proa de un sector, el logístico, que llevaba décadas necesitado de un impulso como éste, aunque ni los más optimistas podían pensar que fuese de esta dimensión. A la par, la gran industria y empresa cordobesa empieza a hacer cábalas sobre las repercusiones de una decisión que puede marca las próximas décadas para un tejido productivo excesivamente terciarizado. En las horas posteriores a la noticia, las reacciones y los análisis se van sucediendo. Voces autorizadas de la actividad del transporte y la distribución apuntan que la ubicación de este complejo de más de 80 hectáreas en la ciudad se convertirá en un «efecto imán» que podrá atraer a más firmas del sector e incluso afines a toda la rama del transporte, tan en boga en los tiempos de pandemia. Eso sí, urge cerrar infraestructuras pendientes como la Variante Oeste, la estación de El Higuerón o el mismísimo aeropuerto .... Y la llegada de un centro tan importante y moderno a Córdoba elevará la marca reputacional de la ciudad en estas claves económicas. De la misma manera, las grandes industrias y enseñas cordobesas lanzan una serie de recetas de las que ya deben ir tomando nota. Llega un gran cliente como es Defensa, pero a la par muy exigente. Y atrae a un cluster de empresas con las que pueden surgir numerosas posibilidades de trazar alianzas para prestar servicios a este complejo militar. Es por ello que los llamamientos de representates patronales y de firmas importantes apunten la necesidad de trazar redes de actuación, fomentar la formación profesional y brindarse como socios locales a muchos proveedores actuales del Ejército de Tierra que pondrán el foco en estas futuras instalaciones. Un examen, a todas luces, para un tejido empresarial huérfano de estímulos y que aquí tiene una enorme oportunidad para salir más fuerte en tiempos de zozobra.