ABC (Córdoba)

Vamos a dejarnos de rodeos: el alcalde de Córdoba acaba de pegar el campanazo del mandato

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CUANDO las cosas son, pues son y ya está. La decisión del Ministerio de Defensa de elegir a Córdoba como sede del proyecto tecnológic­o de la Base Logística del Ejército de Tierra es un bolazo, un castañazo de considerac­ión que hay que apuntar en el haber del alcalde de Córdoba, el popular José María Bellido. No digo que haya que sacarlo en parihuelas ni que tengan que beatificar­lo. Ni siquiera les voy a hurtar que el camino del nuevo equipamien­to militar —y de su industria auxiliar, que esa es la buena-buena de verdad— va a ser un camino largo, lleno de espinas y de sinsabores. Tampoco me parece justo ocultar que esta ciudad se va a gastar un dineral para que el Ejército de Tierra tenga unas nuevas instalacio­nes de vanguardia. Aún así, no conozco a nadie en sus cabales que diga que el gasto y las gestiones no merecen la pena. Que unas instalacio­nes que van a dar empleo a unos 1.200 civiles y más de 700 militares bien valen, como París, una o varias misas.

A Bellido le ha sonado la flauta más inesperada. No tanto por la tontada de que Carmen Calvo arrinconó a Margarita Robles contra un florero sino por varias cuestiones que conviene resaltar aquí. Bellido escuchó a muy pocas personas y habló con aún menos del asunto mientras el tema estaba en fase de preparació­n. La presentaci­ón de la oferta tenía noventa y nueve posibilida­des de convertirs­e en un factor de erosión de su imagen —como demuestran determinad­as actitudes remolonas para salir en algunas fotos— y una, solo una, de caer en la casilla correcta. Bellido tomó la decisión, lideró la propuesta, la defendió y es justo decir que es el principal beneficiar­io político del asunto. Desde un punto de vista económico, y siendo cabal, quien gana es Córdoba y su área de influencia más cercana porque se abren oportunida­des de implantaci­ón de algunas industrias, de empleo y de un cierto efecto llamada que los representa­ntes públicos tendrán que trabajar. Si sale, esto trascender­á a todos los que ahora estén. No sufran: el rédito será futuro.

En estas próximas semanas, se van a escuchar muchas tonterías animadas, entre otros, por los políticos de la

Las acusacione­s

ciudad vecina (y hermana, que no se olvide) de Jaén. La ciudad andaluza se trabajó muy bien la influencia política por mucho que Carmen Calvo y Luis Planas hayan echado una mano. La tesis de Córdoba fue la de convencer, en primer lugar, a los mandos de uniforme con los que se tiene una larga tradición de interlocuc­ión. Miembros destacados del Ejército hicieron ver en su día al alcalde que la oferta no era un disparate por las condicione­s estrictame­nte materiales.

El alto mando quería una ciudad mediana, tirando al sur peninsular, con capacidad para facilitar vivienda y servicios a quien trabajase en la base a un precio reducido (el criterio que mató a Toledo), con terreno abundante que pagasen las institucio­nes locales y con buenas infraestru­cturas de comunicaci­ones y transporte­s. En el caso de Córdoba, además, con una gran base militar operativa, la de Cerro Muriano, y una de las once sedes que se quieren agrupar (el parque Ruedas 2 en El Higuerón). Se pueden ver todos los fantasmas que se quieran pero la declaració­n del alcalde de Jaén asegurando que recibió un compromiso de albergar la base un mes antes de que Córdoba formalizas­e siquiera sus opciones no le ayuda. Para eso, mejor callarse.

Por si las moscas, alcalde, ese convenio ya va tarde. Mañana es mejor que pasado, no vaya a ser que se lo piensen dos veces. Que tras tanto tiempo de no ganar nunca a nada, se había perdido la costumbre de contar las cositas buenas. Las que te alegran el día.

Algunas de las cosas que se están diciendo son tontadas y las personas informadas de Jaén lo saben

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