PDTE. DE CECO Y CÁMARA COMERCIO
actividad mueven con las compras que realizan para abrir sus puertas.
Ese maná dejó de caer del cielo en el segundo trimestre de 2020, periodo de confinamiento y desescalada en el que la llegada de viajeros fue mínima.
Las vitaminas de la temporada alta para el mercado laboral de la capital eran potentes: en el segundo trimestre de 2019, los contratos de negocios de hostelería y alojamiento fueron 13.660. Supusieron tres de cada diez vinculaciones firmadas en la ciudad. Esa cifra en el periodo que fue de abril a junio de 2020, con el virus azotando, se quedó en 1.385, un 90% menos.
Entrando en los análisis, el del fundador de la consultoría turística Adeitur, y quien fue gerente del Patronato de Turismo de la Diputación (2004/2015), es demoledor. Está «totalmente seguro» de que en esta temporada alta los ingresos que dejarán los turistas se verán «enormemente mermados si se comparan con el mismo trimestre de 2019», cuando se puede estimar que los viajeros que hicieron noche se gastaron cien millones. «Entre los segundos trimestres de 2020 y 2021 no alcanzaremos ni la mitad de ese centenar de millones», sentenció.
Ramos afirma que lo que sucederá con la temporada alta es «un desastre económico», que sólo «puede verse algo aliviado si la demanda de la provincia aprovecha esos meses para visitar la capital». Porque, sigue, «los turoperadores no diseñarán circuitos para este segundo trimestre, con lo que hay que dar por perdida la demanda extranjera». Este escenario adverso, alerta, arrastrará «a otra infinidad de negocios al cierre». Añade que esta mala temporada alta que se avecina, segunda consecutiva, tendrá una consecuencia «clara y desoladora en la capital: un alza del paro que será difícil de frenar en 2021». Por ello, reivindica «la agilización y el aumento de las ayudas».
En la UCO, el profesor de Economía Aplicada Fernando Lara no cambia un ápice el tono del anterior interlocutor. Asegura que el segundo trimestre de 2020 se «perdió completamente y ese mismo periodo para este año tiene muy malas perspectivas. En 2021, la temporada alta será mala». La suspensión de citas como la Feria y la Semana Santa, «La situación apunta a una temporada alta tremendamente mermada. Desgraciadamente, los negocios no tienen necesidad de contratar» sigue, más «las necesarias medidas que afectan a la movilidad» afectarán «gravemente a las actividades turísticas y por lo tanto a los ingresos que generan en la provincia y la capital».
Riesgo de cierres
Lara apunta que será el «segundo año de pérdidas para muchos establecimientos turísticos que ven comprometida seriamente su supervivencia». Recuerda que el peso en la economía de la capital de este sector es «muy elevado», con lo que la mala temporada alta que se avecina supondrá para la ciudad un «impacto negativo muy fuerte». Añade que «nos quedaremos sin buena parte del alivio» que supone la actividad turística en las cifras de contratos y paro del segundo trimestre. «La repercusión en el mercado laboral, que previsiblemente será muy alta, no afectará sólo a los trabajadores de hostelería y alojamientos, sino también a guías, empleados del comercio, del transporte o de la cultura», acaba.
El coordinador del Centro de Análisis y Prospectiva del Turismo de Córdoba (CAPT) de la UCO también augura una «mala temporada alta», pero introduce algún matiz positivo. Rivera avisa de que las previsiones con las que trabajan en el CAPT señalan que el «repunte real» del turismo «no llegará antes del tercer trimestre de 2021». «Todo indica», ahonda, que «la caída de ingresos por esta actividad en Córdoba seguirá siendo muy importante en el segundo trimestre de 2021, por lo que los excepcionales resultados de 2019 [ese centenar de millones que dejaron los viajeros en la provincia de abril a junio de aquel año] sufrirán una regresión significativa».
Matiza que los resultados serán «muy negativos» respecto al segundo trimestre de 2019, pero «mejorarán» los de ese mismo periodo de 2020, cuando «estábamos en estado de alarma». «Es más que previsible que en primavera se relajen las restricciones, por la vacunación y un mayor control de los contagios. Sólo percibiremos una cierta recuperación del turismo doméstico e individual nacional y fundamentalmente de proximidad», dice. Por esto último es «muy previsible que mejore la contratación y se puede propiciar una significativa caída del paro. En cualquier caso, estaremos en niveles de ocupación laboral en hostelería y turismo muy por debajo de las medias de la última década en temporada alta».
Cierra la ronda de análisis el presidente de CECO y la Cámara de Comercio. Apunta a una temporada alta «tremendamente mermada». Y, sigue Díaz, es una «quimera» pensar en aquellos 100 millones que se gastaron los viajeros en 2019. Sus previsiones se basan en un turismo internacional al que no se le espera; un viajero nacional que es «complicado» que protagonice grandes flujos en abril y mayo «si seguimos así con las vacunaciones»; y en un gasto de los cordobeses que disminuirá al no tener lugar la Semana Santa o la Feria. Con todos esos elementos y teniendo en cuenta el peso que tiene el sector turístico en el conjunto de nuestras actividades, el presidente de CECO ve «inevitable» que la economía local sufra un castigo en el segundo trimestre.
Indica que «seguro que en esas fechas de 2021 no se dará el volumen de contrataciones» que se producían antes del Covid, porque «desgraciadamente los negocios del sector no tienen necesidad de contratar». Y mira al 31 de mayo, cuando expiran los ERTE tras otra prórroga del Gobierno. Ese mecanismo ha ayudado especialmente a los negocios de hostelería y alojamiento a evitar una debacle. «Si para entonces la actividad no se va potenciando, tendremos que hablar de mantenerlos para salvar a las empresas y los trabajadores», reflexiona Díaz.
Centro del Turismo (UCO) Según las previsiones que maneja, el «repunte real» de viajeros no llegará antes del tercer trimestre