Amortigua la caída de ventas el año Covid
▶Tras estallar la pandemia cifró la pérdida en hasta el 35% con el canal Horeca como gran damnificado, y acaba en un 12%
La crisis sanitaria de la Covid-19 supuso el año pasado el cierre del canal Horeca (hostelería, restauración y catering) y la suspensión de diversos eventos festivos, lo que supuso un duro golpe para la Denominación de Origen Protegida (DOP) de MontillaMoriles, aunque los datos finales indican que las bodegas y las cooperativas lograron superar el ejercicio de un modo más satisfactorio del esperado.
El secretario general del Consejo Regulador, Enrique Garrido, afirmó a ABC que «el año pasado no puede ser calificado como positivo para nosotros, pero sí es verdad que hemos parado el golpe de mejor manera que el resto del sector vitivinícola español». Las previsiones de Montilla-Moriles cuando se decretó el estado de alarma en marzo era que las ventas de sus productos se redujeran en 2020 entre un 25 y un 35 por ciento. Sin embargo, según aseguró este directivo, la facturación final sólo ha bajado un 12 por ciento gracias al buen comportamiento de la distribución alimentaria. «Tenemos muchas esperanzas en que este año se produzca la recuperación de nuestra zona una vez que la hostelería vuelva a tener una situación normalizada», recalcó Garrido.
Un aspecto especialmente negativo es que el número de hectáreas ha continuado cayendo el pasado ejercicio, así como la cifra de agricultores que se dedican a la vid en el Sur de la provincia. Organizaciones agrarias como Asaja llevan tiempo señalando que los precios que perciben los viticultores son mucho menos atractivos que los de otros productos, como es el caso del aceite de oliva, además de que se trata de un cultivo que requiere más cuidados y atención que otros.
El Consejo Regulador acaba de publicar su informe de balance de 2020, un documento que recoge un pormenorizado análisis de la situación del sector. Según este estudio, el número de hectáreas existentes el pasado año en los 16 municipios que forman parte del marco se quedó en las 4.782. Se trata de 32 menos que en 2019, lo que en términos relativos supone un leve descenso del 0,6 por ciento.
Estos dígitos son los más bajos en toda la serie histórica, al mismo tiempo que es la tercera vez que, de manera consecutiva, la superficie de viñedo en la DOP se queda por debajo de las 5.000 hectáreas. La tendencia en los últimos años ha estado marcada claramente por la pérdida de explotaciones de un cultivo con un gran arraigo histórico en Córdoba. En 2006 el marco estaba constituido por un total de 7.733 hectáreas, 2.951 más que en la actualidad. Esto supone que en un ciclo temporal de 13 años ha desaparecido cerca del 40% del viñedo. La comparación es peor aún si se toma como referencia el momento más álgido de Montilla-Moriles a finales de los años 70 y principios de los 80 del pasado siglo cuando se rozaban las 20.000 hectáreas productoras de vino.
Superficie por zonas
Este escenario ha venido acompañado de una reducción de los agricultores que apuestan por este cultivo. Las estadísticas oficiales indican que el año pasado había contabilizados un total de 1.775 productores dentro de la DOP. En relación a 2019 hay 41 menos (-2,2%) y con respecto a hace un lustro hay registrados 390 menos (-18%).
El informe ofrece datos de cada una de las localidades que se integran en la zona de protección. La población líder tanto en superficie como en el número de viticultores es Montilla, que en 2020 contaba con un área de 1.844 hectáreas y se contabilizaban 690 viticultores.
Depósitos de las Bodegas Hermanos del Pino Le siguen a cierta distancia Aguilar de la Frontera, con 787 hectáreas y 294 productores; Moriles, con 395 hectáreas y 116 recolectores; Montemayor, con 350 hectáreas y 208 agricultores; y Cabra, con 331 hectáreas y 69 empresarios agrarios.
El presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja, Juan Manuel Centella, aludió a dos factores que explican la
o en Montalbán, dentro del marco Montilla-Moriles