El «cuello de botella» que lastra el tren del desarrollo andaluz
▶Un lobby de 50 alcaldes presiona a las administraciones para acelerar las inversiones del ramal central Algeciras-Francia Una de indios
Desde Algeciras hasta Francia en tren directo, con doble vía de ancho internacional y electrificada. Es una de las asignaturas pendientes de la red ferroviaria española por la que se lleva alzando la voz en el Campo de Gibraltar durante demasiados años, y una demanda irrenunciable para quienes defienden el ferrocarril como medio de transporte vertebrador e impulsor de la competitividad.
Así lo entienden más de 50 alcaldes de toda España, que se han aliado para conseguir una conexión ferroviaria moderna para el transporte de mercancías en lo que se ha denominado Red de Ciudades Ramal Central, un lobby impulsado por el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce.
El objetivo: la mejora y ejecución de los ramales de los corredores ferroviarios Mediterráneo y Atlántico, incluidos en la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T), una infraestructura de importancia estratégica para la economía nacional.
Entre los alcaldes que forman parte de esta alianza están los de Madrid, Zaragoza, Burgos, Sevilla, Málaga, Córdoba, Granada, Almería, Linares, Antequera o Aranjuez. Todos reivindican una decidida inversión en el tramo ferroviario que parte desde Algeciras para llegar a Francia enlazando con la Red Transeuropea de Transporte.
Esta plataforma persigue por tanto poner el foco en los beneficios que tienen estas autopistas ferroviarias desde los puertos andaluces de Algeciras y Huelva, situados en torno a uno de los cuatro polos del tráfico marítimo mundial, el Estrecho de Gibraltar, para pasar por Madrid y llegar a la frontera con el país vecino.
El alcalde de Algeciras recuerda que hace 102 años el Senado de España aprobó el proyecto de construcción, por cuenta del Estado, de un ferrocarril directo entre el Puerto de Algeciras y la frontera francesa, «y es que al fin y al cabo Europa empieza en Algeciras. Desde 1919, la iniciativa sigue pendiente de completarse y modernizar sus prestaciones para vertebrar el territorio con eficacia», señala, al tiempo que vuelve a reclamar un tren «moderno, accesible, competitivo y a la altura de otras ciudades españolas y europeas. Necesitamos continuar reclamando lo que es de justicia para Algeciras, para el Campo de Gibraltar, Andalucía y España».
La inversión necesaria en el ramal central supera los 1.500 millones de euros, algo que el regidor de Algeciras reconoce que puede parecer mucho pero que asegura «es una cantidad despreciable en comparación con los beneficios económicos, sociales, medioambientales y de empleo que va a traer».
Algeciras, punto nodal
Algeciras es el punto nodal donde convergen ambos corredores. Su puerto es el primero de España en tráfico total y el cuarto de Europa. En 2020, pese al Covid-19 y a la deficiente infraestructura ferroviaria, movió más de 100 millones de toneladas de mercancías y tiene conectividad directa con más de 200 puertos de todo el mundo. «Somos un gran
conector marítimo-portuario pero el talón de Aquiles es la conectividad terrestre», se lamenta Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA) y hermano del alcalde de Algeciras.
Y así, es. Esta tremenda competitividad está lastrada por la falta de una infraestructura ferroviaria moderna para mercancías hasta Madrid, Zaragoza y Francia.
«Con la infraestructura ferroviaria actual cerramos el año pasado con 21.000 contenedores transportados en ferrocarril, pero estamos moviendo unos volúmenes muchísimo más importantes para los que la única alternativa es la carretera. Estos 21.000 contenedores suponen unos 11.000 camiones que de tener la infraestructura ferroviaria adecuada retiraríamos del asfalto, evitando un gran impacto medioambiental y optimizando los costes de la cadena logística», indica.
Gerardo Landaluce también cree firmemente que se trata de una cuestión de Estado: «Es nuestro talón de Aquiles. El puerto es muy competitivo pero es fundamental que, para buscar un equilibrio y favorecer la competitividad de nuestras empresas y del comercio exterior, no sólo de Andalucía sino también de España, contemos con una conectividad terrestre alineada con las necesidades
Una deuda histórica
Hace 102 años que el Senado español aprobó la construcción de este tramo ferroviario
Logística
Apenas cien kilómetros quedan para que los puertos cuenten con una vía y trenes de 750 metros para movilizar mercancías
La perla de la leyenda de los ERE puede que sea la aventura del empresario indio que timó a la Junta sacándole una millonada («caja ERE» y, por descontado, taquilla de la Agencia Idea) prometiéndole un milagro industrial que nunca existió. Esa historia no cabe en esta croniquilla pero sirva de índice del cinismo del indio y de aquella bizcochable Junta, el desplante final de exigirles a los munificentes un compromiso de impunidad a cambio de una colaboración final que tampoco tuvo lugar nunca. A los gestores autonómicos les daba igual, por lo que se ve, que el tinglado del indio estuviera constituido en las paradisíacas Islas Vírgenes y tuviera su sede en Uganda. Un día el indio se piró, dejó amarrada la perra y nunca más se supo. de nuestra conectividad marítima».
Por ello urge a modernizar este «cuello de botella» que supone el primer tramo, la línea ferroviaria Algeciras-Bobadilla. Se trata de 176,2 kilómetros en los que ya se trabaja para adaptarlo al tráfico de mercancías con apeaderos y la electrificación de las vías. Es una línea de ancho convencional que dispone actualmente de una vía única no electrificada.
Según explica Adif, la previsión de inversión a corto plazo estimada ronda los 350 millones para la mejora y renovación integral de la plataforma y superestructura existentes, así como para la electrificación. Algunos de los tramos ya están terminados pero aún queda. Hay autorizaciones medioambientales aún por resolver.
Pero el presidente del puerto de Algeciras resalta que la necesidad no sólo está en lo que representa el «cuello de botella» que es la Algeciras-Bobadilla: «Para lo que es especialmente Algeciras y la vertiente de Andalucía occidental, es fundamental que ese eje vertebrador norte-sur se desarrolle. Y no sólo la Algeciras-Bobadilla, sino todo lo que es la conexión Bobadilla-Antequera-Córdoba-Linares-Baeza-Madrid-Zaragoza y vía Cataluña o País Vasco, frontera francesa».
Y abunda: hay un esfuerzo conjunto de otros puertos de interés general de Andalucía como son los de Huelva, Sevilla o Cádiz. «Una vez que convergemos en Córdoba, ese interés conjunto requiere una infraestructura moderna y avanzada. Eso se traduce en longitud de trenes, que demandamos sea de 750 metros aunque ahora no lo permite el ancho de vía».
«No es sólo una reclamación de los puertos sino también de las terminales logísticas de Andalucía. Esos grandes nodos logísticos tienen que estar bien interconectados por ferrocarril».