La pandemia no impide que Ecuador vote en una jornada sin incidentes
▶Según las últimas encuestas, es muy probable que tenga que celebrarse una segunda vuelta, en abril, al no lograr ningún candidato más del 40% de votos
Tiene 78 años y no quiso dejar de votar en esta crucial elección. Luz María llegó temprano a la Universidad Técnica Salesiana, en Cuenca, a 450 kilómetros al sur de Quito, acompañada por su hija Fernanda. Cuenta que le pidió que la recogiera temprano para evitar las largas filas, pero «todos han madrugado». Lleva dos mascarillas, porque ha escuchado que así se protege mejor del coronavirus, que azota al país y al mundo. Se puede intuir que lo dice con una sonrisa, porque sus ojos brillan. Y, alzando sus manos, agrega: «Tenemos que defender el agua».
En Cuenca, una ciudad atravesada por cuatro ríos, también hubo una consulta popular para decidir si se permite la explotación de minería metálica en las zonas de recarga hídrica. Fue un motivador adicional para ir a votar en esta capital de la provincia del Azuay, de donde provienen tres de los candidatos presidenciales: Yaku Pérez, de Pachakutik; Ximena Peña, de Alianza País, el movimiento que llevó a Rafael Correa al poder, pero que ya no le pertenece, y Paúl Carrasco, de Juntos Podemos.
Venciendo el miedo, los ecuatorianos salieron, ayer, en forma masiva, para elegir al nuevo presidente que gobernará los próximos cuatro años; una Asamblea Nacional de 137 miembros y cinco parlamentarios andinos. Salvo algún incidente en Portoviejo, como la detención de un hombre tras haber sido denunciado por tener papeletas de votación en una carpeta; otra denuncia de una mujer, quien dijo que le entregaron una papeleta marcada en favor de un candidato; así como los empujones al ingreso a la Universidad de Guayaquil, porque la gente se cansó de hacer una fila interminable, la jornada fue de calma.
El clima primaveral en toda la Sierra,
y el típico calor en la Costa, acompañaron las votaciones. En Quito, sobre todo en el sur de la ciudad, la concurrencia fue masiva y la gente hizo filas por largo tiempo, aunque no siempre se guardó la distancia social.
Dos modelos distintos
Con toda la complejidad de una campaña con fuertes restricciones, por las medidas de bioseguridad impuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), en los mensajes y en los discursos de los candidatos, quedó en evidencia que en la elección de este domingo en Ecuador se jugaban dos visiones distintas sobre la política, la economía y las libertades. Una defendida por Guillermo Lasso y, con matices, también por Yaku Pérez, y algunos de otros 16 candidatos, que se muestran abiertos a la inversión, defienden la dolarización y promueven las libertades, entre esas la libertad de expresión sin una ley restrictiva como la Ley Mordaza, parcialmente morigerada en el Gobierno de Moreno.
Y la que representa Andrés Arauz, el delfín de Correa, que quiere reinstalar el socialismo de siglo XXI. «Elegimos entre el retorno al populismo que destruye las economías y condena a los países a la eterna pobreza, o la gestión económica y fiscal responsable», comenta Jaime Carrera, reconocido analista. «En esta elección está en juego la democracia y la prosperidad», sintetiza Simón Ordoñez Cordero, analista político, tras sufragar al norte de Quito. Él considera que la presencia masiva de la gente en las urnas, en todo el país, a pesar de la pandemia, refleja que los ecuatorianos asimilaron que la decisión está en sus manos. «He visto mucha gente de la tercera edad», agrega, y acota que los anuncios de un alto ausentismo no se habrán dado.
En Guayaquil, junto a su esposa, votó Guillermo Lasso, candidato de la Alianza CREO-Partido Social Cristiano; mientras que Andrés Arauz, el candidato del movimiento Unión por la Esperanza (UNES), quien no pudo sufragar porque está inscrito en México, donde estudia, acompañó a votar a su abuela, en Quito. «Con emoción y orgullo acompañé a votar a mi abuela Flor. Me siento tranquilo y motivado por la asistencia de la ciudadanía a la cita electoral. Es un día de fiesta, de unidad nacional y de esperanza, para poder recuperar el futuro para la patria», escribió el candidato correísta en su cuenta de Twitter.
El cierre de los colegios fue a las cinco de la tarde, hora local, por lo que al cierre de esta edición no se conocían los datos. El Consejo Nacional Nacional, con base en un proceso de «conteo rápido de votos», tenía previsto anunciar los resultados preliminares de las votaciones tres horas después del cierre de los colegios.
Segunda vuelta
La casi totalidad de las encuestas apuntaban hace días a que los ecuatorianos tendrán que volver a las urnas el 11 de abril, para definir al próximo presidente. Para evitar una segunda ronda, el ganador debería obtener más del 40% de los votos válidos y sacar 10 puntos porcentuales a quien va segundo. Por eso, durante la campaña se ha alentado el «voto útil» en favor de los que estaban mejor situados en las encuestas: Arauz y Lasso. El temor del ausentismo sobrevolaba, sobre todo de los mayores de 65 años, más vulnerables al contagio, y porque para ellos el voto es voluntario. Su población suma 1,6 millones. El Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) informó de una participación «alta» a primeras horas de la mañana del domingo. Desde las redes sociales, Lasso estuvo animando a votar durante toda la jornada, mientras seguían postulando sus promesas de campaña.
En la última encuesta publicada, aparecía como favorito el correísta Arauz, con una intención de voto de 37,6%- 21,9%; frente al 30.09%-21,03%, del conservador GLasso; y el 17%- 11,9% del indigenista Yaku Pérez.
Una mujer denunció haber recibido una papeleta que tenía un candidato ya marcado
Arauzm, que no pudo votar ayer por estar inscrito en México, acompañó a las urnas a su abuela