ABC (Córdoba)

Yaku Pérez, el líder indigenist­a que tiene las llaves del poder

▶ Su postura en caso de una segunda vuelta puede decidir quién será el vencedor

- T. FLORES

Pese a ser un día único en su vida, Inés Guartambel no alteró sus actividade­s. Se levantó temprano y fue a cuidar sus animales, en las tierras que rodean a su casa, en la parroquia Tarqui, a 15 kilómetros de Cuenca. Allí, junto a sus familiares que ordeñaban a las vacas, estuvo hasta que llegó a buscarla su hijo Yaku Pérez, candidato presidenci­al por Pachakutik, el brazo político de la Confederac­ión de Nacionalid­ades Indígenas del Ecuador (Conaie). Para ir a recinto electoral, en la parroquia Tarqui, se les unieron las hijas del candidato, Ñusta y Asiry.

A las 10 de la mañana fueron todos al colegio Fausto Molina, en el centro parroquial de Tarqui, para estar juntos este momento histórico. Inés lucía la pollera típica de las campesinas de la zona y el sombrero de paja toquilla. Se mostró dichosa. Su hijo, el candidato a la presidenci­a, también se mostró optimista. Hasta la víspera de los comicios, estaba en tercer lugar en todas las encuestas, aunque no podían ser difundidas, ya que una ley electoral lo prohíbe. Pérez anunció que de llegar a Carondelet (sede del gobierno) hará una limpia, llevando chamanes.

«Ha de estar con el aire muy pesado», dijo, y reiteró su decisión de pedir a la Corte Constituci­onal una consulta popular nacional para que sea obligatori­o la consulta previa ciudadana antes de la explotació­n minera en todo el territorio.

Si Yaku obtiene un buen porcentaje y hay segunda vuelta, su posición será clave para el futuro político de Ecuador. En principio podría pensarse que está más cerca de las posiciones de Arauz, pero Yaku Pérez no oculta su animadvers­ión por el «correísmo» que este representa.

Pérez ha estado varias veces en la cárcel por defender el agua y oponerse a la minería; cuatro de ellas durante el gobierno de Correa, aunque una fue por oponerse a la reelección indefinida que pretendía el exmandatar­io, cuyo gobierno también encarceló y expulsó del país a su pareja, la académica franco-brasileña Manuela Picq.

Habla de eliminar varias institucio­nes del Estado, reducir a la mitad el número de asambleíst­as (hoy 137), trabajar con los empresario­s y está abierto a firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos, lo que le aleja de la izquierda tradiciona­l ecuatorian­a.

Sus cercanos dicen que nunca se enfada lo que es atribuido a que medita y hace yoga. En 2013 perdió a su esposa, enferma de cáncer; con ella tuvo dos hijas, que se han involucrad­o de lleno en la campaña. Se volvió a casar con Manuela Picq, en una ceremonia ancestral, pero el Registro Civil no reconoció la unión. Junto a ella, que vino de Estados Unidos, donde ahora reside, han protagoniz­ado vídeos que han colgado en Tik Tok, que han recibido críticas, «por banalizar la política», pero que le han supuesto muchos seguidores en las redes.

Yaku Pérez ha estado cuatro veces en la cárcel durante el gobierno de Rafael Correa

Su disposició­n a firmar un acuerdo comercial con EE.UU. le aleja de la izquierda tradiciona­l

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