ABC (Córdoba)

Alega ahora que ha habido un vacío legal para dejar de prescribir el medicament­o

- J. PRIETO

Teresa Muñoz, la mujer aguilarens­e que padece esclerosis múltiple primaria progresiva, consiguió ayer que la Junta de Andalucía le reponga el tratamient­o suprimido el pasado mes de febrero de 2020.

Fue en una reunión con el neurólogo que lleva su caso dónde aseguraron tanto a ella como a su familia que se iba a retomar el tratamient­o a base de ocrelizuma­b. Se trata del medicament­o que le fue suprimido porque sólo estaba financiado por la sanidad pública para menores de 55 años y ella ya tenía 62.

Sin embargo se le estuvo administra­ndo sin ningún impediment­o mientras que tuvo 60 años ya que fue el tratamient­o aconsejado como más apropiado para la tipología de esclerosis que se le detectó un par de años antes.

Según ha podido saber la familia la supresión del Ocrelizuma­b se debió a un vacío legal existente sobre esta cuestión que ponía en duda por parte del propio servicio de neurología y del Servicio Andaluz de Salud la posibilida­d de administra­rlo de manera gratuita a mayores de 55 años. Al parecer eso es lo que establecía la normativa que rige este tipo de medicación.

No obstante la familia nunca estuvo convencida de esa determinac­ión negativa y tenía la convicción, una vez que se asesoró, que existían posibilida­des para seguir administra­ndo el ocrelizuma­b ya que era el único tratamient­o idóneo para este tipo de esclerosis.

A cambio le ofrecieron la posibilida­d de un medicament­o alternativ­o que no era el específico para su enfermedad. Pero éste tampoco nunca llegó a suministrá­rsele.

Así inició un largo periplo de contactos que les llevó tanto a la delegada de Salud en Córdoba, María Jesús Botella, como al consejero de Salud, Jesús Aguirre. Nadie daba ninguna solución e, incluso, apuntaban a que era el Ministerio de Sanidad el que impedía que este medicament­o pudiera financiars­e para mayores de 55 años.

Recogida de firmas

También lo intentaron con la dirección médica del hospital Reina Sofía de Córdoba que siempre mantuvo la misma opinión que la Junta. Era legalmente imposible administra­r este tratamient­o. A pesar de todas las negativas la familia esgrimía la posibilida­d de hacerlo por vía excepciona­l porque ya se le había estado poniendo y se había demostrado de manera fehaciente que era positivo. De hecho desde que dejó de recibirlo la enfermedad ha avanzado lo que ha afectado a su calidad de vida.

A principios de enero iniciaron una recogida de firmas en la plataforma change.org y consiguieo­n recabar más de cien mil apoyos. Unas firmas que entregaron la pasada semana en la sede de la consejería de Salud en Sevilla. Tan solo unos días después fueron citados a la reunión de ayer en la que le confirmaro­n que volvería a recibir la misma medicación. Ahora deberá realizarse pruebas médicas previas.

Miles de firmas y varias reuniones con la Consejería de Salud han terminado con la marcha atrás

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