‘Top Gear’ vuelve más familiar y políticamente correcto
Blaze estrena en España la temporada número veintinueve del clásico programa sobre coches que exporta la BBC
A Chris Harris (46), el veterano conductor del aún más longevo ‘Top Gear’, no le importa lo que piensen los grandes fabricantes de coches. «Soy muy directo y he discutido con casi todos ellos. No tengo ningún reparo en decir que un coche es una mierda», comenta por videollamada a ABC con motivo del estreno, anoche (23.00), de la temporada 29 en Blaze. Para este ‘youtuber’ reconvertido en presentador de televisión es más fácil decirle a un mandamás que su coche no es bueno que a alguien que se ha gastado los ahorros en él. Siempre serán peor los fans descontentos con este clásico de la televisión pública británica tras el despido de Jeremy Clarkson por llegar a las manos con un productor.
Los tiempos han cambiado: «No solo en televisión; también en la sociedad. Hay bromas que hace cinco años quizás ahora no se deberían hacer. El uso del lenguaje y el comportamiento están cambiando rápidamente. No siempre para mejor. Supongo que eso lo hace más familiar. La manera en que hablamos es más amable que nuestros
EE.UU. 1986. Cine negro. 114 min. Dir.: David Lynch. Con Kyle MacLachlan, Isabella Rossellini, Dennis Hopper, Dean Stockwell.
22.00 TCM
Paddy McGuinness, Chris Harris y Andrew Flintoff antecesores». Con Clarkson al volante, les acusaron de racismo varias veces. Palabrotas censuradas sigue habiendo. «Hablamos como queremos, pero no las decimos aposta. El ‘beep’ es más gracioso. De niño intentaba adivinar la perversión. ‘Top Gear’ tiene la reputación de ser lo más pícaro en BBC. Siempre estamos en el límite», defiende Harris.
La receta es muy sencilla. «Los coches siempre dan de qué hablar y producen emociones. Son muy fáciles de grabar; hacen ruidos maravillosos y lucen estupendamente. Son como los animales salvajes. Durante el confinamiento,
Negra en muchos sentidos, esta película consagra ante la crítica al posmoderno cineasta David Lynch, que rebaja su salario con el afán de personalizar el proyecto.
Obsesionado por rasgar el terciopelo que cubre a la sociedad estadounidense, el director de Montana retuerce las reglas del género de intriga a partir del hallazgo de una oreja humana en el pasto. Entre tanto siniestro personaje, la banda sonora de Angelo Badalamenti parece uno más. Película hipnótica, onírica, irónica. Obtuvo una nominación en la categoría de mejor director en 1986, premio que ganó Oliver Stone por ‘Platoon’. la relación de la gente con los coches se hizo más melancólica, pues no podían conducir mucho y soñaban qué hacer con ellos», asegura Harris.
Le gustaría que hubiera más información y menos espectáculo: «Hay una guerra entre yo, un friqui, y los productores, gente lista, que no les interesa tanto los coches, pero saben cómo hacer buena televisión y qué quiere el público mayoritario. Yo haría una hora de programa sobre el funcionamiento de un coche, pero la realidad es que solo diez personas verían eso. Así que lo que tienes que hacer son estupideces», se resigna.