Resultados empresariales
Está a punto de terminar la temporada de publicación de resultados de 2020 de las compañías cotizadas españolas. Y en general los resultados están sorprendiendo positivamente. Las caídas de ventas no están siendo tan abultadas como podríamos haber pensado hace unos meses y las previsiones que están dando para el año que acabamos de estrenar son razonablemente optimistas. Evidentemente hay sectores que no han levantado cabeza de momento. No puede ser de otra forma. Ahora, el impacto de la crisis en las cuentas de resultados de muchas compañías con exposición al ciclo económico ha sido mucho menor de lo que podríamos haber imaginado solo hace unos meses.
La naturaleza de la crisis por un lado y la rápida respuesta que se ha dado desde el ámbito de la política monetaria y fiscal por otro han hecho que lo que estamos viendo no tenga nada que ver con lo que hemos visto en situaciones anteriores. El patrón de comportamiento no es ni por asomo comparable. Y hay dos sectores que de forma muy clara evidencian que las consecuencias no son, ni probablemente van a ser, las de ciclos anteriores.
Sin ir más lejos, la crisis ha pasado de puntillas por las cuentas de resultados de las promotoras inmobiliarias. Ni en sus mejores sueños en abril del año pasado los que se dedican al ladrillo hubieran soñado con el año que han terminado teniendo. Detrás de esto no solo está que esta crisis es distinta, corta y profunda, pero que va a tener pocas secuelas por las respuestas que se han articulado, sino que también el propio sector se encontraba en un momento completamente distinto al ciclo anterior. De hecho, la gran recesión en España (2008-2015) fue consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y esta vez la película no tiene nada que ver.
El reflejo de lo anterior está siendo que los bancos no están sufriendo nada comparable a lo que sufrieron entonces. De hecho, en prácticamente todos los casos, los bancos españoles, sin tener en cuenta las provisiones especificas que les ha obligado a dotar el Banco de España, han tenido mejores resultados que el año pasado. Y en principio si nada se tuerce no deberían necesitar mayores provisiones si se cumplen los escenarios de recuperación económica. Así las cosas, lo que estamos viendo es que, por primera vez en muchos años –probablemente solo los viejos del lugar lo recuerdan–, los bancos están anunciando planes de recompra de acciones. BBVA en España y BNP en Francia han roto la baraja, pero otros los seguirán pronto. Creo que la última vez, que yo recuerde, que un banco anunció un programa de estas características fue a finales de los noventa –Bankinter en concreto–.
Las cosas no son como las pintaban, aunque la Bolsa todavía no parece terminar de creérselo. Llegará.
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