Un problema de edad
La roja a Del Moral demuestra que los jóvenes están por madurar y los veteranos no deciden como deberían
Al Córdoba no le sale una a derechas. Y no es una simple excusa o una justificación recurrente a la mala fortuna. No hay lugar a ella después de 14 partidos. El equipo blanquiverde está en la situación que está, a dos puntos del tercero con sólo cuatro jornadas por delante, porque se lo ha merecido. Porque no ha dado más de sí. Porque está haciendo las cosas mal. En ataque todo el año y ahora también en defensa. El último ejemplo es cómo debe aprovecharse una superioridad numérica. El bloque cordobesista tiró por la borda 32 minutos con uno más ante el Recreativo Granada para darle la vuelta al marcador la semana pasada. El Sevilla Atlético le dio este domingo una lección y un golpe letal al verse con un jugador más en el campo por la expulsión de Alberto del Moral.
Es un detalle, pero otro detalle más. Otro granito de arena en una montaña que el Córdoba es incapaz de superar: como su incapacidad para hacer más de un gol (dos veces en 17 partidos oficiales) y ayer ni eso; la facilidad para encajar (lleva cinco partidos oficiales haciéndolo desde que rompió la buena racha); la manifiesta incompetencia para ganar a un filial este curso (y ya lleva cinco encuentros de liga sin lograrlo); su gafe absoluto ante el filial del Sevilla (más de 12 años sin ganar allí)...
El Córdoba está en coma tras acumular cuatro jornadas de liga sin ganar y sólo una victoria en los seis partidos de liga que ha jugado en 2021. Maldito parón de Navidad, que ha provocado la crisis blanquiverde después de que ganó dos partidos de liga antes de irse a descansar y una descomunal tercera ola de la pandemia en lo extradeportivo.
Al Córdoba le quedan muchas cosas por solucionar para soñar con un milagro en las últimas cuatro jornadas de liga. El problema ya no es sólo que pierda el ascenso a Segunda en este tortuoso camino, el gran precipicio en el que está el equipo cordobesista es que se está complicando muchísimo incluso estar la próxima temporada en la Segunda B Pro. Es decir, podría sufrir un descenso de categoría enmascarado si no reacciona con urgencia. Es tiempo de reflexión, serenidad y recuperación.
A la plantilla del Córdoba le está pasando factura la edad. Ya es incuestionable. Pero, en sus dos vertientes. Los pecados de la juventud se vieron ayer reflejados en el campo. Alberto del Moral dejó al equipo 21 minutos con diez jugadores y en inferioridad por dos jugadas evitables. Vio la primera por ralentizar un saque de falta y la segunda en una acción que debió dejar pasar con una amarilla en el bolsillo. Es la tercera vez que expulsan al medio renovado esta temporada: una con el filial, otra en Copa y ahora en Sevilla. La consecuencia, además de dejar al equipo con uno menos, es que estará otra vez sancionado por tercera vez. Los jóvenes no deciden. Está claro. Pero no son los culpables.
Los responsables son la mayoría de los jugadores de más de 30 años de la plantilla del Córdoba que tienen los salarios más altos del plantel y no están rindiendo como deberían. Unos porque no entran en el equipo, otros porque cuando entran no desequilibran, otros porque las lesiones le han lastrado y otros porque parece que están más pensando en el futuro que en el presente. La experiencia y la veteranía de este grupo, que debería ser un seguro para salir de esta situación dramática, se ha convertido en otro lastre para un Córdoba incapaz de dar con la tecla.
Y la carta del relevo del técnico ya la gastó hace justo una vuelta de liga. No es la solución tampoco. Pablo Alfaro hace lo que puede. Terrible panorama para acabar la primera fase.
Reiteración
Del Moral, renovado hasta 2023, es expulsado por tercera vez esta temporada en Liga, Copa y con el filial