ABC (Córdoba)

TODOS AL TREN

El Estado se tambalea, y me temo que sus restos (mandos autonómico­s y así) nos obliguen a marcarnos un satí, o inmolación de sus viudas, que somos nosotros

- IGNACIO RUIZ-QUINTANO

OY lo que queda de un estado de excepción (la excepción, en España, siempre fue la normalidad) de un año cuyos dos últimos meses, por decisión de la Región Más Libre de España, he sido recluido en una esquina y condenado a vivir en un restaurant­e, magnífico, que te ofrece la ilusión de viajar en un tren indio.

—Pues vive usted como un marajá. ¿De qué se queja?

Lejos de mí la funesta manía de pensar, como aconsejan en el pueblo del filósofo Ramoneda, pero la sensación de estar ‘excepciona­lizado’ (¡ilegalment­e ‘excepciona­lizado’!, aunque en España, donde la libertad pasa por ‘mariconada’, eso siempre haya dado lo mismo) no es la de marajá. En mi caso, esa sensación oscila entre verme de Kipling en ‘El hombre que pudo reinar’ y verme de Edgardo en ‘Eloísa está debajo de un almendro’ (Edgardo es un excéntrico exiliado en su cama, decorada como compartime­nto de la Renfe, que viaja en tren con la imaginació­n, el modo, por cierto, más sostenible de viajar, ahora que la estulticia estructura­l de España se ha echado en brazos de la sostenibil­idad).

Por otro lado, el Estado (Leviatán no es un sinónimo, como creen los liberalios) se tambalea, y me temo que sus restos (mandos autonómico­s y así) nos obliguen a marcarnos un satí, o inmolación de sus viudas, que somos nosotros. En la zozobra me acuerdo de Toniolo, el octogenera­io italiano condenado a vivir en perpetuo movimiento ferroviari­o: el Estado no le garantizab­a techo, pero le proporcion­aba un carné para ir en tren de balde. Para él, era un tren a ninguna parte:

—Nunca me he parado a dormir en la estación, sino que viajo también de noche, bajo al final del recorrido y vuelvo a subir en otro tren que parte –dijo Toniolo a ABC.

El tren de Toniolo es la Agenda 2030, nuestra última estación como hombres libres («Libres ¿para qué?»), una solución habitacion­al para el PP sin sede de Casado y un ‘proyecto de vida en común’ (¡valiente ortegada!) para españoles que lo son porque no han podido ser otra cosa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain