ABC (Córdoba)

Los secretos del cochifrito del restaurant­e La Kibla

Andrés Tena, jarote de cuna y convicción, traslada al plato la simple y compleja a la vez manera de cocinar el lechón frito. Una legión de adeptos, confirman su éxito

- A. MARTÍN-GÓRRIZ

Andrés Tena

Hablar de la Kibla es hablar de uno de los grandes clásicos de Santa Rosa. Este establecim­iento, situado en la calle Escultor Gómez del Río, muy cerca de Escultor Fernández Márquez y por tanto de la glorieta de Cruz de Juárez, empezó su andadura en 1993, combinando una oferta de tapeo y restaurant­e con la de cafés y alguna copa para la gente joven de la época, sobre todo universita­rios, mucho antes de que el tardeo se llamase tardeo. Su interior, con las inconfundi­bles sillas de lona propias de los directores de cine, dio un salto a la de restaurant­e más serio con una reforma radical en torno a 2007. Pero cuando camina hacia sus 30 años de labor, algo no cambia: sus platos caracterís­ticos. Su responsabl­e, Andrés Tena, ha escogido uno: el lechoncill­o frito, conocido popularmen­te como cochifrito.

Se podría hablar en la Kibla del flamenquín o de su ensaladill­a rusa. También destaca por la presa ibérica o el pulpo. Y últimament­e el chuletón de vaca pinta. «Pero mucha gente vienen buscando el cochinillo frito». Así que escogemos este plato para conocer sus secretos.

Y el secreto es fundamenta­lmente el producto. Son siempre lechones de Villanueva de Córdoba cruzados. Deben de estar entre los 10 y 12 kilos en canal. «Los más chicos ya tienen mucho hueso», afirma

Tena, natural de la localidad jarota, que en general junto a otras del Valle de los Pedroches es pródiga en la crianza de cerdos ibéricos. «Para el cochifrito se buscan cruzados porque el ibérico puro tiene demasiada grasa».

La receta aparenteme­nte es sencilla. Lo difícil es dentro de esa sencillez darle el punto justo al cochifrito, que ha de estar crujiente y tierno. El responsabl­e de la Kibla primero trocea el cochinillo. Luego lo hierve sin aderezo alguno, un mínimo de cinco minutos, a veces ocho, «siempre hay que estar pendiente». Más tarde llega el turno de la fritura, en este caso realizada en un perol tradiciona­l. Y se vuelve a repetir la operación de estar constantem­ente atentos. Es una fritura fuerte. Durante seis o siete minutos. Pero insistimos tanto como Tena lo hace, no hay nada matemático porque entre un minuto y el siguiente puede estar en un momento determinad­o el deseado punto justo.

El cochifrito de la Kibla en principio se fríe solamente con sal fina. Es decir, el cochifrito es…cochifrito puro. «A veces algunos clientes me lo piden con ajo y se lo hago». Por lo demás nada tan fácil en principio como el lechoncill­o frito y pocas cosas tan complicada­s a la postre, pues es uno de esos platos complicadí­simos de encontrar y que se queden para el recuerdo. Y La Kibla lo ha conseguido.

OJO Siempre lechones de Villanueva de Córdoba cruzados, de entre 10 y 12 kilos

Localizaci­ón

Escultor Gómez del Río, 3 Teléfono: 957 27 51 43

 ??  ?? posa en su establecim­iento situado junto a la Cruz de Juárez
posa en su establecim­iento situado junto a la Cruz de Juárez

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain