Las fechas de comuniones se mantienen, abiertas a aplazarse
▶ La incertidumbre sobre el Covid afecta a banquetes y la compra de trajes
La pandemia ha dejado en el aire cualquier celebración prevista a medio plazo. Todo está condicionado por la maraña de indicadores que determinan la incidencia de la Covid en cada momento. A ello se suma las voces que vaticinan una cuarta ola, acrecentada por las nuevas cepas que amenazan con alargar ‘sine die’ esta nueva realidad.
Uno de los eventos al que azota la incertidumbre es el de las primeras comuniones. Con las fechas de celebración a la vuelta de la esquina, las dudas sobre si se debe planificar el día en el que los pequeños recibirán este sacramento tienen a los padres en vilo. Y a todo el sector que participa del rito.
Varias iglesias consultadas por ABC han confirmado que mantendrán los días elegidos en abril y mayo, si bien algunas han dado la posibilidad de posponer la celebración a septiembre. Es el caso de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza. Su párroco, Leopoldo Rivero, asegura que «tenemos grupos para mayo, pero muchos padres prefieren esperar para que los abuelos estén vacunados y puedan acudir, por lo que en septiembre también tendremos comuniones», explica.
En esta iglesia van a celebrar su Primera Comunión 105 niños y otros 14 que se quedaron sin hacerla en 2020. «Empezamos a celebrar el 17 de abril cada sábado, en dos tandas con grupos de unos 8 niños y niñas de media», explica Rivero, que señala que «sea cuando sea, lo importante es que estos pequeños se encuentren con el Señor».
Las catequesis se celebran cumpliendo con la normativa sanitaria: «Tenemos grupos burbuja, entradas y salidas escalonadas, hay una continua ventilación de los salones parroquiales, así como la distancia de seguridad entre niños. Todos llevan sus mascarillas y tenemos gel hidroalcohólico, además de desinfectar las aulas».
Diego Coca, párroco de Santa Rafaela María, en la zona de Arroyo del Moro, asegura, por su parte, que «la preocupación de los padres es muy grande, no saben qué hacer. Los intento tranquilizar: cuando llegue el momento, ya veremos lo que hacemos».
En cualquier caso, en esta iglesia se mantienen las fechas de las comuniones: serán los fines de semana de mayo, con dos grupos (de entre 12 y 14 niños) cada sábado y domingo del citado mes: en total, unos 200 niños. «La idea es, según el aforo que tengamos y como esté la cosa, si nos dejan, que por lo menos puedan acudir padres, hermanos y abuelos. Nuestro templo es grande, tiene un aforo de unas 600 personas. No habría problemas con la distancia de seguridad», señala Coca.
«Si la cosa mejora con las vacunas —sigue el cura—, igual podríamos permitir un cupo de hasta 10 personas por niño». El año pasado, tras el confinamiento, «las familias se adaptaron y celebramos las comuniones en las misas de verano a otoño. A los pequeños los pusimos de monaguillos o por grupos reducidos», explica este párroco.
«Nosotros pusimos las fechas en octubre de 2020 y esperamos no tener que suspender», relata Lola Sánchez, catequista de La Trinidad desde hace una década. «Hasta hoy nadie ha pedido cambiar el día. Tenemos celebraciones el 17 abril, 24 abril (dos turnos) y 8 de mayo, en total, 34 niños». El año pasado se pasaron todas las celebraciones a octubre, «y le dimos facilidades a los padres que no pudieran en ese mes para fijar una fecha: abrimos el calendario desde agosto», recuerda .La incertidumbre también se deja notar y mucho en las reservas de los banquetes de comunión y las compras de los trajes de los pequeños. Así lo señalan desde el Parador Arruzafa. Su director, Antonio López, apunta que «es
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