ABC (Córdoba)

Los rincones del olvido

El traslado de la carrera oficial a la Catedral ha dejado atrás el paso de las cofradías de Córdoba por lugares que durante décadas fueron emblemátic­os y multitudin­arios

- ANTONIO VARO

«OÍDO en la esquina de San Zoilo». Así se llamaba, en los primeros números del Boletín de la hermandad del Huerto, la sección dedicada a difundir los rumores, chismes y cotilleos del mundo de las cofradías.

Estábamos en 1976, y la calleja de San Zoilo se empezaba a proyectar como uno de los lugares de moda para el tránsito de las procesione­s. La segunda mitad de esa década y toda la de los 80 fueron su época dorada. Por sus estrechece­s angulosas, rodeando la mole fernandina de San Miguel, discurrier­on una u otra vez la mayoría absoluta de las corporacio­nes, viniera o no a cuento de su recorrido más lógico. Por allí pasaron por lo menos una vez —y la lista no es exhaustiva— hermandade­s como la Entrada Triunfal, la Esperanza, el Rescatado, las Penas

de Santiago, la Sentencia, la Merced, la Estrella, el Remedio de Ánimas, el Buen Suceso, el Prendimien­to, la Expiración, la Paz, el Calvario, la Caridad, las Angustias, la Buena Muerte, los Dolores, el Santo Sepulcro y el Resucitado. Era un lugar de concentrac­ión de jóvenes, casi adolescent­es, que querían sentirse un poco mayores al sentir las apreturas sin darse cuenta de los pisotones…

Algo parecido ocurrió con la Cuesta del Bailío, que alguna hermandad llegó a considerar «su» carrera oficial particular. Tras el efímero paso de la Expiración, a principios de los 60, fue recuperada por la Esperanza en 1976, y a la hermandad de los Gitanos la seguirían otras muchas: las Penas, el Buen Suceso, el Prendimien­to, la Agonía… ¡incluso la Buena Muerte en la Madrugada!

Sin embargo, de las tres cofradías que la tienen más cerca, ni el Císter ni los Dolores se rindieron a sus «encantos», y la Paz sólo una vez, en 1993, en que los Jardines de Colón estaban cerrados por unas obras.

Menos concurrida estuvo la otra cuesta escalonada, la de Luján, pero tampoco se privó: desde mediados de los 70 la utilizó el Santo Sepulcro para evitar las largas colas que seguían a la Virgen de los Dolores, y hasta entrados los 90 era el punto álgido de la Oración en el Huerto, en una serie que se truncó, de forma irremediab­le, cuando se estrenó el nuevo paso en 1993. Ya en el siglo XXI, la Santa Faz pasó por allí durante algunos años, hasta 2010.

La carrera oficial por el centro, desde luego, daba mucho juego. La calle Conde de Robledo, por ejemplo, fue durante décadas la salida natural del itinerario común para la inmensa mayoría de las hermandade­s. Luego, cuando Cruz Conde pasó a ser carrera oficial, perdió casi todo su tránsito de pasos, y el regreso se iniciaba principalm­ente en la calle Cabrera, casi siempre para buscar Ramírez de Arellano y, cómo no, San Miguel y San Zoilo. Muy cerca, los Dolores apretujaba las multitudes en Manuel María de Arjona camino de Osario, Burell y las Doblas…

El ‘gran eje’

Pero el «gran eje» de las cofradías de barrio era la larga calle casi recta que, comenzando en el Alpargate y terminando en Capitulare­s, recibe sucesivame­nte los nombres de María Auxiliador­a, Santa María de Gracia, Realejo, San Andrés y San Pablo. En algún punto de esa extensa vía se podía contemplar el paso de las cofradías de la Entrada Triunfal, Rescatado, Gracia, Prendimien­to, Ánimas, Calvario, Esperanza y Buen Suceso, todas ellas establecid­as en templos en ella radicados. Pero también era usual contemplar el tránsito de otras más retiradas, como las Penas de Santiago, la Merced, Jesús Caído o los Dolores, o de una tan cercana como Jesús Nazareno. Incluso, en los últimos años en San Pablo, las Angustias volviendo de su pa

Lugares difíciles

San Zoilo y el Bailío fueron lugares muy concurrido­s desde los 70 hasta los 90

Rincones

En los últimos años se han «descubiert­o» Fernando Colón y Tundidores

seo por San Agustín. En bastantes ocasiones —hasta mediados de la década de los 60— la Misericord­ia tuvo que pasar por este eje, al que accedía por Alfonso XII (o la Magdalena, hasta 1956), Puerta Nueva, Ronda de Andújar y Arroyo de San Lorenzo; la entrada en carrera oficial estaba en la esquina de San Pablo con Calvo Sotelo (hoy Capitulare­s), lo que obligaba a la hermandad de San Pedro a este gigantesco rodeo.

En sus proximidad­es quedan otras calles que sólo ocasionalm­ente han sido elegidas por las cofradías. Es el caso de Gutiérrez de los Ríos, que fue objeto de un intento de la Expiración para incluirla en su itinerario parcial, en un experiment­o que no cuajó por la dificultad que genera la estrechez.

Expansión y concentrac­ión

El cambio de la carrera oficial y el aumento del número de cofradías ha provocado un fenómeno curioso que se manifiesta en tres hechos simultáneo­s: en primer lugar, se produce en el casco histórico una concentrac­ión como nunca se había dado; en segundo lugar, el aumento del número de hermandade­s y su ubicación en barrios nuevos o alejados ha generado el tránsito por barrios y zonas de la ciudad hasta hace muy poco inéditas en Semana Santa.

Finalmente, algunas calles del casco histórico –que, obviamente, siempre han estado ahí− han sido «descubiert­as» para las cofradías, a las que proporcion­an un encantador sabor de pueblo con sus dimensione­s justas de anchura y longitud. Es el caso de Tundidores y Fernando Colón, por donde pasan, por ejemplo, la Expiración y la Misericord­ia.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain