El laberinto de Luis Enrique
▶ El asturiano sigue sin encontrar un equipo a su medida a menos de tres meses de la Euro
La selección española aterrizó ayer en Sevilla con el alivio de saber que el gol de Dani Olmo ante Georgia evitó un drama nacional, pero también con la cabeza llena de dudas por la mala imagen mostrada en los dos choques ya vividos en esta semana larga de concentración. Queda el duelo frente a Kosovo, imprescindible para emitir un diagnóstico final sobre los males que aquejan a España, de si lo visto hasta ahora fue un simple resfriado que se pudo controlar o si, por el contrario, se hace necesario intervenir a fondo.
Al margen de lo que consultara con la almohada en Tiflis, Luis Enrique tuvo las cinco horas de vuelo hacia la capital hispalense para reflexionar. En su primer análisis tras el partido reconoció por primera vez estar muy preocupado por el juego de su equipo, y razones tiene para estarlo. Más allá de que la clasificación para el Mundial siga en peligro (Suecia, el rival más duro, no ha fallado en sus dos primeros compromisos), la siguiente vez que se vuelvan a juntar los internacionales será para el inicio de la Eurocopa, un torneo para el que la España actual no parece preparada.
Pocos fijos
Empieza a haber urgencias con España y Luis Enrique, al igual que sus jugadores, parece atascado en mitad del laberinto. El asturiano siempre ha sido muy contundente en la defensa de sus ideas, de la forma en la que tiene que jugar la selección y en los futbolistas que debe utilizar para conseguirlo. Se ha vanagloriado de no mirar ni el DNI ni la procedencia (futbolística, se entiende), de sus convocados y de contar en cada ocasión con los mejores, más allá de jerarquías o costumbres. El problema de todo ello es cuando el interminable desfile de internacionales por Las
Luis Enrique, en Georgia
Rozas no se ve acompañado de buenos resultados. Ahí, todo se tambalea.
Desde su regreso Luis Enrique solo ha ganado cuatro partidos de diez, y en su búsqueda de la perfección ha utilizado ya a 58 jugadores, 22 de ellos debutantes. Los que repiten convocatoria tras convocatoria se pueden contar con los dedos de una mano. «En cualquier momento puede venir otro por ti», corroboraba ayer Fabián. «Eso nos hace estar más metidos. No podemos venirnos abajo en ningún momento, hay que estar siempre en nuestra mejor versión porque si no, te puedes quedar fuera».
Los puestos que no ofrecen dudas de cara a la Eurocopa son escasos. Tal vez Unai Simón, la pareja de centrales formada por Ramos y Pau Torres y poco más. El resto son todo incógnitas. Nadie sabe si Busquets está por delante de Rodri o al revés, de quiénes serán los laterales o de qué delanteros le ofrecen más garantías al seleccionador. Lo malo es que cada vez queda menos tiempo para resolverlas todas.