ABC (Córdoba)

Varane, para hacer caja

▶ Pide más dinero para renovar y el Madrid, que no acepta, calibra su posible venta para ingresar 70 millones

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

El enigma Varane. Íntimo, privado, de pocas palabras, eficiente y callado, el francés no descubre sus cartas ante el futuro, pero ese silencio habla. Es lo que siente el Real Madrid ante el hermetismo del futbolista, que acaba contrato el próximo año y no demuestra tener ansia por firmar su continuida­d en la empresa.

Es un jugador que vino muy joven, no tenía caché y se lo forjó a lo largo de diez años. Zidane aconsejó su contrataci­ón, Mourinho la refrendó y el acierto fue mayúsculo. Solo costó once millones. Diez años más tarde, consagrado, campeón de todo, el club le ha ofrecido renovar por cuatro temporadas más, hasta 2026, con una reducción salarial del diez por ciento el primer año, una petición solicitada a todo el plantel. El jugador sí sabe y no contesta. No está de acuerdo en cobrar menos. Quiere más.

Las conversaci­ones entre la entidad y el defensa son un Guadiana. Sus agentes, la empresa CAA Base Ltd, que controla 300 deportista­s de todo el mundo y que colabora con la sociedad Gestifute de Jorge Mendes en algunas operacione­s conjuntas, ha endurecido el diálogo. El Real Madrid cree que ‘Rafa’ (Raphael se llama) no presiona para renovar porque desea marcharse, cambiar de Liga, después de conseguirl­o todo en el Real Madrid. La Premier siempre le atrajo. El Manchester United ha vuelto a llamar a su puerta tres años después del primer intento. El Liverpool es la segunda opción.

Molesto con las críticas

El Real Madrid se topa con el deseo del francés de percibir más dinero cada temporada mientras pide a Ramos y a toda la plantilla que admitan rebajarse el salario un diez por ciento. En estas condicione­s, si Varane no acepta esa rebaja el primer año, es imposible renovar y la entidad piensa ya en el traspaso. Es una diferencia de concepto, además de económica. El central opina que se merece ganar más tras tantos años de triunfos.

A punto de cumplir los 28 años, el defensa tiene una espina clavada por las críticas sufridas tras el partido frente al Manchester City el pasado verano. Opina que se fue injusto con él, que ha ganado tantos títulos en el Real Madrid. Desde entonces, el central no está a gusto con el exterior. Dentro, en la casa, es querido y respetado por todos, por su profesiona­lidad y seriedad. Pero los ataques externos hicieron mella en él. Siente rabia. Opina que al Real Madrid se le critica exagerada y duramente por todo, porque es el club que ‘vende’. Y no lo acepta ese fusilamien­to ventajista. Esas sensacione­s internas se suman a su deseo de renovar con un aumento de sueldo. Piensa que se lo ha ganado por rendimient­o. Pero el Real Madrid solicita a todos sus profesiona­les una reducción salarial del diez por ciento en su lucha económica contra la pandemia, que ha hecho perder a la empresa más de 300 millones de euros en ingresos que nunca llegarán.

En estas condicione­s no es fácil alcanzar un acuerdo con Varane. Y la entidad comienza a pensar en hacer caja con un traspaso del francés, porque no permitirá que se vaya libre en quince meses. La casa blanca comenzó el curso con 91 millones de déficit, una cifra que ya ha reducido a 50 millones gracias a la Champions y a múltiples ajustes económicos. La transferen­cia de Varane cubriría esos números rojos del año, pues su precio final oscilará entre los 60 y los 70 millones. El club quiere renovarle, pero no ve una reciprocid­ad de comportami­ento. Hay posturas que lo dicen todo.

Negociació­n independie­nte

El esperado fichaje de Alaba cubriría su marcha. Ahora falta saber qué hará Ramos, que aún no ha respondido a la propuesta de renovación. Y el club cuenta con Nacho, que ha resurgido en la treintena y puede renovar su contrato, que también finaliza en 2022.

El ‘stand by’ de Sergio Ramos ha afectado a la negociació­n con Varane, pues si el capitán se fuera, el club contaría en principio con el francés. Sin embargo, el galo no quiere esperar a ver lo que sucede con el sevillano. No se considera segundo plato y no desea depender de nadie.

En este espectro tan difícil, Varane pide más dinero y contrasta con las condicione­s que el club pone a Ramos, una reducción salarial del diez por ciento durante un año que debe ser general para las plantillas del primer equipo, del Castilla, del Real Madrid de baloncesto y para los altos ejecutivos de la casa. Muchos jugadores la han firmado a escala particular. El primero, Casemiro.

Todo es un enigma. Los apoderados del francés no tienen prisa. Y se acerca el verano. El club blanco sabe que debe vender en agosto si no hay pacto con el central. No puede esperar más. En esta situación, lo inteligent­e es hacer caja, que hace mucha falta.

Sus representa­ntes marcan distancia

El club blanco desea renovarle, pero el jugador y sus apoderados han respondido con el mutismo

Una difícil situación

La entidad madridista no puede ofrecerle un aumento de sueldo mientras pide a Sergio Ramos que se lo baje

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AFP Varane, en el estadio Di Stéfano durante un partido de la Champions

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