Puy Du Fou España lanza al ruedo a Lope de Vega y a El Cid en su estreno
▶La compañía francesa abre las puertas con cuatro nuevos espectáculos del parque temático diurno, que espera atraer un millón de visitantes
Una escena de ‘A pluma y espada’
En la entrada del parque no está Marty McFly ni ningún robot enviado por John Connor al pasado, ni siquiera algún representante del Ministerio del Tiempo. La gente de Puy du Fou usa herramientas para regresar al pasado menos sofisticadas, más artesanales, pero igual de efectivas que un centenar de DeLorean. Como todo buen mago, los creativos del parque situado a las afueras de Toledo van añadiendo pistas de lo que está por venir, in crescendo, hasta que rompe la música de tonos épicos y salen los viajeros de otra época. O más bien, de unas cuantas.
Tras el éxito de su espectáculo nocturno ‘El sueño de Toledo’, la compañía francesa abrió esta semana en la capital manchega las puertas del parque temático diurno, que espera atraer un millón de visitantes en pocos años. Desde marzo hasta principios de noviembre, cualquier amante de la Historia puede acceder (si las limitaciones de cada comunidad lo permiten) al parque por un precio de 27 euros la entrada general y otros 24 euros si, además, se quiere asistir por las noches de los fines de semana a ‘El sueño de Toledo’.
Sin rigor, pero con épica
A imagen y semejanza de su versión gala, el parque toledano está concebido como una experiencia inmersiva donde el visitante se mezcla con la naturaleza y la Historia. El herrero anda entretenido con la fragua; los maestros de caligrafía con los pergaminos... Nada es de cartón piedra, y nada está ahí simplemente de adorno. El cuidado por los detalles es lo que hace diferente a este grupo francés del resto de parques temáticos.
Cuatro aldeas, el Askar andalusí, la Puebla Real, la Venta de Isidro y el Arrabal, ‘El último cantar’
con exhibiciones de artesanía y lugares de restauración dedicados a distintas culturas, son la antesala de los cuatro espectáculos, tres en interior y dos exteriores, que dan el pistoletazo de salida al parque en sí.
Cada uno de estos espectáculos dura alrededor de 30 minutos, con varias funciones al día dependiendo del número de espectadores que haya en ese momento dentro del parque. El visitante puede organizar su propio itinerario y asistir en el orden que quiera a los cuatro eventos.
El primero de los nuevos espectáculos se titula ‘El último cantar’ y representa bajo el techo de un enorme castillo la vida de El Cid Campeador, un personaje siempre entre el mito y la Historia. Una grada giratoria, con una capacidad de acoger a 2.050 personas, es el recurso narrativo para contar las peripecias del castellano a través de siete escenarios que repasan desde su juventud a su muerte en Valencia.
Decía Lope de Vega, el de carne y hueso, que había que ir a Toledo a conocer a la «gente noble, entendimientos ra
ros, damas siempre hermosas...». No está claro en qué categoría entraría el homenaje toledano que le dedica Puy Du Fou España, ‘A pluma y espada’, pero seguro que el aparatoso ego del poeta, soldado y aventurero hubiera quedado bien saciado con este espectáculo de interior. Esta aventura de espadachines y pícaros recorre en un tono ligero escenarios tan variopintos como la Armada Invencible o la Plaza de Zocodover.
Homenaje a España
El tercer espectáculo novedoso es la gran aventura de Cristóbal Colón, bajo el título «Allende de la mar océana», con un viaje inmersivo por la historia del navegante y su travesía al Nuevo Mundo. Un trayecto a pie por escenarios, actores y efectos especiales que permiten al caminante vivir de cerca la entrevista del descubridor con la Reina Isabel la Católica, su paso por la taberna del Puerto de Palos, su navegación en la Nao Santa María y hasta su llegada a América, donde le está esperando un soleado Caribe en la Mancha.
‘Cetrería de reyes’ es el nombre del espectáculo al aire libre. Una exhibición aérea para 2.500 espectadores inspirada en el Califato de Córdoba y concebida como un choque amistoso entre la tradición musulmana y la tradición cristiana de cetrería. 200 aves sobrevuelan el espectáculo más integrado en la naturaleza, con los montes toledanos a modo de postal de fondo y la lluvia o el sol, si toca, recordando al visitante que todo es muy real.