La CUP acusa a Junts de querer «ganar en los despachos»
Mientras Puigdemont defiende su Consell de la República y el millón de euros que cada año recibe de sus 92.000 suscritos (a razón de por lo menos 10 euros por cabeza), y quiere forzar una negociación de máximos con ERC, los cargos de su partido presionan en privado para hacer cuanto antes efectiva la formación del nuevo Govern. Lo que Cuevillas ha dicho en voz alta, lo piensan en silencio cuadros como Elsa Artadi, Jordi Puigneró o Damià Calvet, así como orgánicos de nivel inferior que llevan no menos de diez años cobrando del erario público como Jaume
El distanciamento de Junts con respecto al resto de partidos independentistas es cada vez más notorio. Ayer mismo, la diputada de la CUP Eulàlia Reguant aseguró que Junts «quiere ganar en los despachos lo que perdieron en las urnas», y añadió que tiene la sensación de que los de Puigdemont no han digerido haber quedado por detrás de ERC en las elecciones pese a que han cedido el liderazgo de las negociaciones a los republicanos. En una entrevista a Ep, achacó la abstención de Junts en la investidura del candidato Pere Aragonès, y su actitud durante la negociación, a una estrategia para «hacerse valer y de intentar a última hora arañar más cosas, porque se acaban los plazos».
En este sentido, desde la CUP se criticó que Junts ya hiciera lo mismo con la presidencia del Parlament y la composición de la Mesa: «Hasta dos días antes no pusieron sobre la mesa que entendían que la residencia del Parlament les tocaba a ellos... un concepto un poco perverso, ahora me toca porque me toca».
«Hermano menor»
Desde la formación antisistema se afea a ERC que no se atreva a llevarles la contraria y cree que los republicanos han sido «tímidos» en el acuerdo que alcanzaron con ellos porque estaban pensando en que debían contentar después a Junts para gobernar juntos. «ERC a veces tiene el síndrome del hermano pequeño, que no se atreve a enfrentarse o llevar la contraria», añadió Reguant.