Conde-Pumpido se aparta de los recursos del ‘procés’ antes de que lo haga el Pleno
▶ Apela a la confianza en la imparcialidad del TC con la vista puesta en Estrasburgo
El magistrado Cándido Conde-Pumpido comunicó ayer al presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, su decisión de abstenerse en todos los recursos relacionados con el ‘procés’ tras haber sido recusado por la defensa de Puigdemont y los condenados por sedición por su presunta falta de imparcialidad en esta causa.
Las defensas de los líderes independentistas consideran que el ex fiscal general del Estado adelantó su postura sobre este procedimiento durante su intervención en un acto celebrado en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2017, cuando ya se había incoado la causa del ‘procés’.
Con la decisión de apartarse de las deliberaciones de estos recursos Conde-Pumpido evita que su recusación se aborde en un Pleno en el que se habría llegado a esta misma solución después del precedente de Antonio Narváez. El pasado 16 de febrero este magistrado renunció a participar en los recursos del ‘procés’ para «preservar la imagen de imparcialidad» del tribunal, pese a que no estaba de acuerdo con las insinuaciones de las defensas y presentó una batería de escritos motivando por qué su recusación debía rechazarse de plano.
Sin embargo, la decisión del Pleno de aceptar por unanimidad aquella renuncia –a la que indirectamente empujó el sector progresista encabezado precisamente por Pumpido– vinculaba ahora a todos los magistrados en esta segunda recusación, según reconocieron a ABC fuentes del propio TC. A ello se suma que la intervención del ex fiscal general es aún más explícita de lo que lo fue la de Narváez, y se produjo en un acto institucional.
Sin debate ni confrontación
De ahí que el paso que haya dado Conde-Pumpido haya creado cierto alivio en el seno del órgano, por cuanto los magistrados ya solo tendrán que aceptar esa recusación sin entrar en debates ni confrontaciones entre ellos. Entre la salida de Narváez y Pumpido de los recursos del ‘procés’ y la vacante de Fernando Valdés –que presentó su renuncia tras su implicación en un caso de presunta violencia de género–, el tribunal solo cuenta ahora con nueve de sus doce miembros para abordar estos recursos, solo uno más del quorum mínimo requerido.
Entre las palabras que han llevado a Conde-Pumpido a esta situación figura este extracto: «Lo que me preocupa es, concretamente, la pretensión de subvertir el Estado social y democrático de derecho utilizando fraudulentamente la propia bandera de la democracia. Es decir, me preocupa la utilización populista de la contraposición entre una supuesta legitimidad democrática directamente emanada del pueblo y libremente interpretada por quienes la invocan, y la legalidad, la legalidad emanada de una Constitución que –esta sí– ha sido mayoritariamente aprobada. En resumen, me preocupa que se invoque la democracia, en concreto, la democracia directa para derrocar la Constitución».
Pese a que lo que dijo el ex fiscal general no suponía a priori prejuzgar ningún asunto –teniendo en cuenta que desde 2015 el propio TC había declarado la inconstitucionalidad de las iniciativas rupturistas que salieron del Parlament–, la defensa de Puigdemont considera que Conde-Pumpido habló ahí de las imputaciones de rebelión y sedición que entonces ya pesaban sobre los expresident y consejeros huidos «apuntando a la existencia de indicios suficientes de haber incurrido el recurrente en dichos tipos penales, cuestión esta –la de la existencia o no de indicios suficientes– que, precisamente, es uno de los elementos que cumple dilucidar en los recursos de amparo». A su juicio, esa valoración priva al magistrado «del más mínimo atisbo de imparcialidad».
En su escrito al presidente del TC, Conde-Pumpido niega estar incurso «en ninguna de las causas de recusación» pero la «controversia constitucional, social y política» generada por el ‘procés’, se «impone y justifica, de forma singular, el mayor cuidado y exigencia en mantener la confianza en la imparcialidad de la actuación de este Tribunal», argumenta el magistrado.
Estrasburgo
Como telón de fondo –y como viene sucediendo en cada una de las decisiones que toma el TC en el marco de esta causa desde sus inicios– subyace la certeza de que Estrasburgo escudriña la apariencia de imparcialidad de los tribunales españoles cada vez que resuelve un asunto con derivadas políticas, como ha pasado con Otegui.