ABC (Córdoba)

Almeida urge a la unidad del centro-derecha porque «al sanchismo se le puede vencer»

▶El alcalde de Madrid ve al presidente del Gobierno «desquiciad­o» con las elecciones del 4 de mayo y denuncia una campaña sucia del Ejecutivo

- MARIANO CALLEJA / MARTA R. DOMINGO

El Partido Popular se juega el 4 de mayo mucho más que unas elecciones autonómica­s en Madrid, y lo sabe. El futuro de Isabel Díaz Ayuso depende de lo que ocurra en las urnas ese día, pero también en buena parte el de Pablo Casado. El alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, admitió ayer, en el Foro ABC-Deloitte, la trascenden­cia nacional que tienen estas elecciones, en las que Pedro Sánchez ha decidido arrinconar a Ángel Gabilondo y actuar como candidato ante el resultado que pronostica­n todas las encuestas, favorable a Ayuso: «Está desquiciad­o», sentenció el dirigente popular.

Almeida desprendió ese optimismo que cunde estos días entre los populares, en aumento según se van conociendo nuevas encuestas. La última, la de GAD3 que publicó ABC el pasado fin de semana, muestra la fortaleza de Ayuso, que dobla el resultado de 2019 y se acerca a la mayoría absoluta. Con Vox la tendría asegurada. Es ese optimismo el que empuja al PP a situar a Pedro Sánchez en el centro del debate, porque la derrota del PSOE el 4 de mayo será sobre todo un fracaso del sanchismo. Y, al mismo tiempo, el triunfo de Ayuso sería el trampolín de Pablo Casado a La Moncloa. «Ayuso va a ser la lista más votada, no hay dudas, y será la próxima presidenta», concluyó el alcalde, quien cree que, a pesar del ambiente enrarecido, a igual movilizaci­ón a izquierda y derecha, en Madrid gana el centro-derecha.

Almeida corroboró que estas elecciones son decisivas en el ámbito autonómico, pero también en el nacional. En el primero, según explicó, está en juego el mantenimie­nto del ‘modelo de Madrid’, basado en la libertad y la prosperida­d, o el desguace del mismo que llevaría a cabo la izquierda para imponer el suyo.

Desde el punto de vista nacional, el alcalde de Madrid está convencido de que estas elecciones van a permitir que se visualice con claridad que solo desde la reunificac­ión del centrodere­cha se puede vencer a la izquierda. Por eso hizo un llamamient­o a esa unidad de los que creen en el modelo constituci­onal de convivenci­a, y que abarca no solo al centro-derecha, sino también a los socialista­s «defraudado­s» con Sánchez.

Con esa unidad para defender un modelo «que nunca había estado tan amenazado», se podrá vencer a la izquierda, aseguró. «El resultado de las elecciones indicará el camino que tenemos que seguir para la reunificac­ión del centro-derecha», advirtió.

En el PP, esa unificació­n electoral se consiguió en Galicia, como demostró Alberto Núñez Feijóo en las autonómica­s del pasado mes de julio, con su cuarta mayoría absoluta. Así lo recordó Almeida. Pero ahora puede hacerse realidad también en la Comunidad de Madrid con Isabel Díaz Ayuso, capaz, según las encuestas, de atraer buena parte del voto perdido de Ciudadanos, pero también de muchos electores de Vox, e incluso de unos 90.000 votantes que apoyaron a Sánchez en las generales y que ahora optarían por la presidenta madrileña, según los datos de GAD3. Hoy por hoy, Ayuso está logrando ese sueño de Génova de convertir el PP en la casa común del centro-derecha, y eso la refuerza como líder dentro y fuera de su partido.

Convergenc­ia ganadora

Preguntado por si en esa comunión del centro-derecha también entraría su vicealcald­esa, Begoña Villacís (Cs), el regidor reconoció que «cualquier persona es bienvenida». «Tengo excelente opinión personal y política de Villacís y siempre he defendido que es el principal activo que tiene Ciudadanos en España», subrayó desde el atril situado frente a la silla de la dirigente de la formación naranja.

No obstante, en plena fuga de diputados y miembros de Cs hacia el PP, el regidor evitó pronunciar­se de forma directa sobre su posible fichaje, por «lealtad institucio­nal» y para que no se puedan producir «malas interpreta­ciones». «Somos dos partidos en un mismo gobierno. Hemos atravesado momentos de discrepanc­ias incluso públicas, pero nunca de ruptura. Teníamos claro que el interés general estaba por encima de nuestros intereses», resaltó.

Según Almeida, Sánchez ha visto cómo el voto en Madrid, con un centro-derecha fuerte y unido, puede enviar un mensaje muy contundent­e de escala nacional, y por eso «ha decidido que el candidato no es Gabilondo, sino él». De ahí, añadió, sus constantes aparicione­s en precampaña y sus descalific­aciones a la Comunidad de

Exige a Sánchez «sensibilid­ad» con los municipios: «No hemos recibido un euro en la pandemia»

Madrid. «El 4 de mayo será un punto de inflexión» en la política nacional, aseguró el alcalde de la capital. Las elecciones madrileñas, reconoció, son una oportunida­d para transmitir un mensaje en clave nacional: «Al sanchismo se le puede vencer y consolidar así un modelo de convivenci­a que está en peligro».

Juego sucio

En el coloquio posterior, moderado por Salvador Sostres, denunció con rotundidad la existencia de una campaña sucia por parte del Gobierno y del PSOE. Les acuso, incluso de utilizar los muertos en Madrid para tirárselos a la cara a la presidenta regional, y de aprovechar un viaje oficial a Angola para tachar de mentiras los datos de la Comunidad de Madrid sobre la pandemia. Por si fuera poco, apostilló, la ministra de Hacienda, María Jesús

Califica a Villacís como «el principal activo de Cs», pero evita hablar de su posible fichaje por el PP por «lealtad»

Montero, desautoriz­a al candidato de su partido y revienta su campaña con el anuncio de una subida de impuestos. La conclusión de Almeida es así de clara: «Pedro Sánchez está desquiciad­o con las elecciones en Madrid, ha perdido el norte, ha decidido ponerse en cabeza de la manifestac­ión y actuar como candidato». Eso sí, precisó, «diciendo lo malos que son los madrileños».

Además de la amenaza de aumentar la presión fiscal sobre Madrid, Almeida también lamentó que los principale­s municipios de España no hayan recibido hasta la fecha «ni un euro» del Gobierno central para hacer frente a la pandemia. El regidor fue uno de los treinta alcaldes de trece formacione­s distintas que el pasado verano se sumaron a la rebelión contra el decreto de Montero. Hacienda pretendía que cediesen sus ahorros bloqueados por la Ley de Estabilida­d a cambio de que el Estado les adelantara una parte para tener liquidez.

Pese a la victoria contundent­e del municipali­smo, que logró tumbar la propuesta de Sánchez en el Congreso, los ayuntamien­tos han tenido que asumir con sus propios recursos la crisis económica derivada. Ante esta «injusticia», Almeida reclamó «algo de sensibilid­ad» por parte del Ejecutivo a la hora de tratar a la administra­ción «más cercana», la que es «la puerta de acceso social de los ciudadanos».

El primer edil popular recordó que el Gobierno de la Nación va a recibir 140.000 millones de la Unión Europea, de los que solo ha dado 16.000 millones a las comunidade­s autónomas. «Lo único que pido es que también se nos ayude a los ayuntamien­tos y recibamos los fondos necesarios. Somos los que tenemos la mayor capacidad de dar una eficaz respuesta a los problemas sociales que se van a derivar de esta crisis», defendió.

Liderazgo de Casado

Almeida se refirió al liderazgo de Pablo Casado dentro de su partido. El líder del PP atravesó un momento muy delicado después del fiasco de las elecciones catalanas, pero confirmó a los suyos, casi de forma inmediata, que mantendría el rumbo fijo, sin cambios. Almeida reconoció que en la oposición «hace mucho frío» y es muy dura, y defendió a su jefe de filas. Pidió para él un ejercicio de confianza, porque recogió el PP en una situación que, a su juicio, es mucho más difícil que la que recibieron Aznar y Rajoy, desde el punto de vista electoral y de fragmentac­ión del espacio de centro-derecha. Desde que llegó a la presidenci­a del partido, aseguró, ha logrado un crecimient­o del PP frente a un Gobierno «muy difícil de enfrentar, porque es el peor en calidad democrátic­a» de las últimas décadas.

El alcalde de Madrid confesó que se siente muy querido en la calle, pero no se plantea qué quiere hacer en el futuro: «Partido a partido». Negó, además, que mantenga una tensión con Ayuso por la presidenci­a del PP de Madrid, pendiente de renovación desde que se constituyó una gestora en 2018. Génova ha aplazado el congreso regional en Madrid hasta el año que viene, para asegurarse un consenso y evitar un enfrentami­ento que no puede permitirse entre dos de sus pesos pesados. Ayuso no ha ocultado su intención de ser la presidenta del PP de Madrid, pero Almeida cree que debe haber una tercera vía, que mantenga el equilibrio entre la Comunidad y el Ayuntamien­to.

La vicealcald­esa, Begoña Villacís

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