ABC (Córdoba)

Galpagro y CBH se fusionan para liderar los cultivos súper intensivos

▶ Ambas logran un negocio de 40 millones de euros y preparan adquisicio­nes

- L. M. R.

El sector agrícola andaluz ha registrado una operación de relevancia. Las compañías cordobesas Galpagro y CBH, especializ­adas en servicios agrícolas de alto valor añadido (como el desarrollo de fincas intensivas y súper intensivas de olivar y frutos secos), se han fusionado creando Balam Agricultur­e, una sociedad que comparten ambos al 50%. Los ingresos conjuntos de la nueva firma superan actualment­e los 40 millones de euros de negocio. El reparto igualitari­o de la nueva firma se debe a que los dos socios tienen una dimensión muy similar.

El objetivo de la suma de Galpagro y CBH es doblar esta cifra en los próximos cinco años y superar así los 80 millones de euros. En la hoja de ruta también se contempla la posibilida­d de realizar adquisicio­nes de otras empresas para alcanzar este objetivo. De hecho, ya se han estudiado algunas de las firmas que se podrían incorporar en un futuro próximo a este proyecto. Ambas compañías han crecido con la transforma­ción de fincas desde marcos de plantación tradiciona­les hacia nuevas explotacio­nes intensivas y súper intesivas. «La intensific­ación en los cultivos es el presente, y continuará­n evoluciona­ndo, convirtién­dose así en una de las mejores alternativ­as para la agricultur­a», según apuntan sus promotores. «La revolución en el campo debe continuar y para ello hay que apostar por la innovación y el desarrollo sostenible».

Galpagro y CBH son firmas de origen familiar y con sede en Córdoba. Galpagro está liderada por Silverio y Francisco Gálvez, hijos del fundador de la compañía, mientras que al frente de CBH está Máximo Cañete. La alianza empresaria­l ha supuesto «un punto de partida para una nueva compañía que es ya un referente en cultivos como el almendro, el olivar, el ajo y la matalauva».

Actualment­e, asesora y gestiona fincas en España, Portugal y el norte de África. A partir de ahora Balam contará con cuatro sedes (Córdoba, Barrax, Talavera y Portugal); dos centros de innovación tecnológic­a (Rural Innovation Hub) y «un capital humano altamente cualificad­o en continua formación».

El consejero delegado de la nueva firma es Pablo Vega, que ejercía el mismo cargo en CBH. «Hemos dado un paso adelante para generar un grupo que pueda crecer en el resto de España y en Portugal», apunta. Balam —que emplea a 350 profesiona­les— cierra el círculo para apoyar a agricultor­es e inversores «en la puesta en marcha de los cultivos, la gestión, la recolecció­n y la comerciali­zación».

Una de las metas de Balam Agricultur­e es crecer en otras comunidade­s españolas y en Portugal

El reto es alcanzar un volumen de ingresos que supere los 80 millones en 2026

Este sector es uno de los que mejor se ha comportado durante la crisis del Covid. Antes de la crisis del ladrillo hubo un primer boom en la inversión en olivar y almendro en marcos intensivos, y esta esta inversión se recuperó a partir de 2012 con mayor rapidez que en otras actividade­s. La agricultur­a tecnificad­a ha resistido la convulsión de la pandemia y «ha demostrado que es un valor seguro, con lo cual estimamos que vendrán más proyectos». El desarrollo de los cultivos de alta densidad ha venido de la mano de «family office» y grupos de inversión muy profesiona­lizados. «Este perfil de empresas requieren exactitud en los datos y rigor en la informació­n para hacer prediccion­es seguras a largo plazo», indican fuentes de Balan. Además de prestar asistencia técnica, estas compañías también detectan oportunida­des de inversión, tanto en arrendamie­nto como en compra, para atraer a nuevos operadores al sector agrario.

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