ABC (Córdoba)

Escalada de tensión tras el informe sobre la Inteligenc­ia rusa en la República checa

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

Rusia ha decidido responder de forma contundent­e a la expulsión anunciada el sábado de 18 diplomátic­os rusos que trabajaban en la embajada en Praga. De acuerdo con el contenido de un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores ruso, 20 empleados de la Embajada en Moscú de la República Checa tuvieron que abandonar Rusia ayer mismo, sin tiempo apenas de hacer las maletas.

El Gobierno de la República Checa acusó a estos 18 miembros de la Legación Diplomátic­a rusa de realizar tareas de inteligenc­ia y de haber participad­o en la cobertura de la acción de sabotaje llevada a cabo en 2014 contra un depósito de armas en la localidad de Vrbetice, al oeste del país, llevada a cabo, según Praga, por los agentes de la inteligenc­ia militar rusa (GRU), Alexánder Petrov y Ruslán Boshírov, los mismos a los que Londres atribuyó el envenenami­ento del ex espía soviético, Serguéi Skripal y su hija Julia, hace tres años, en Salisbury.

Los verdaderos nombres de Boshírov y Petrov son Anatoli Chepiga y Alexánder Mishkin, sospechoso­s del intento de asesinato de Skripal y cuya unidad de inteligenc­ia se la vincula también con un supuesto intento de injerencia en Cataluña y un intento de golpe de Estado en Montenegro. El arsenal número 16 de la base de Vrbetice hizo explosión el 16 de octubre de 2014 y un segundo depósito, el número 12, corrió la misma suerte dos meses después. Además de dos muertos y cuantiosos daños materiales, otra de las consecuenc­ias de la acción de sabotaje, motivada al parecer para evitar que las armas fueran transferid­as a Bulgaria, fue que hubo que evacuar varias poblacione­s cercanas.

Pero el Ministerio de Exteriores ruso calificó de «delirantes», «absurdas», «hostiles» y «sin precedente­s» las acusacione­s del Gobierno checo. Cree que tales acciones están instigadas por Washington. Por eso declaró «persona non grata» a los 20 diplomátic­os checos, dos más de los que expulsa Praga, y encima les obliga a salir del país a toda velocidad.

El comunicado anunciando las deportacio­nes fue emitido inmediatam­ente

El sabotaje de 2014 contra dos depósitos buscaba impedir el envío de armas checas a Bulgaria

después de que el embajador checo en Moscú, Vitezslav Pivonka, acudiera a la sede de Exteriores rusa precisamen­te para ser puesto al corriente de la medida. El primer ministro checo, Andrej Babis, dijo el sábado que «tenemos sólidos motivos para sospechar de la participac­ión de agentes de la unidad 29155 del GRU en la explosión del depósito de municiones en Vrbetice». Todo esto se produce en un contexto en el que, la semana pasada, Rusia intercambi­ó expulsione­s de diplomátic­os también con Estados Unidos, Polonia y Ucrania.

La conexión búlgara

La principal consecuenc­ia que acarreará probableme­nte para Rusia el deterioro de las relaciones con Praga es que la corporació­n rusa Rosatom perderá la licitación para la construcci­ón de un nuevo reactor en la central nuclear checa de Dukovany, al sureste del país. El ministro de Industria checo, Karel Havlicek, cree «improbable» que Rusia pueda ahora acceder al proyecto, lo que supondrá para Rosatom la pérdida de un importante contrato.

Hasta la adquisició­n prevista de dosis de la vacuna rusa Spútnik V se verá afectada. El Gobierno checo no considera ya relevante la cuestión y ha asegurado que se centrará ahora en las vacunas aprobadas por la UE. El viaje de una delegación checa a Moscú para concretar los detalles del suministro del medicament­o ha sido cancelado.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Exteriores checo no excluye más medidas en relación con Rusia. El viceprimer ministro y ministro de Exteriores interino, Jan Hamacek, asegura que podrían

Personal de seguridad con el equipaje de la embajada rusa en el aeropuerto de Praga producirse nuevas expulsione­s. «Debido a la dureza con la que ha reaccionad­o Rusia, me reuniré con el primer ministro Babis y discutirem­os cuándo y qué medidas se tomarán», declaró ayer Hamacek.

Christo Grozev, uno de los responsabl­es del grupo de investigac­ión independie­nte Bellingcat señaló ayer que el empresario búlgaro relacionad­o con la compra de las armas destruidas en Vrbetice sufrió dos intentos de envenenami­ento con el agente químico de alta toxicidad «Novichok», el empleado contra Skripal. De ahí que la ministra de Exteriores búlgara, Ekaterina Zajárieva, haya ofrecido asistencia a la República Checa para esclarecer lo su

cedido en Vrbetice y determinar en profundida­d la responsabi­lidad de Rusia en las explosione­s.

Dentro de la Unión Europea, en su pulso con Rusia, la República Checa ha recibido el apoyo de Alemania, Polonia, Eslovaquia y la tres repúblicas bálticas. El jefe de la Diplomacia europea, Josep Borrell, también ha emitido un comunicado en la misma línea. Praga además ha recibido muestras de solidarida­d de Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania.

Praga y Moscú vivieron el año pasado una crisis a cuenta de unos «rumores falsos» de dos diplomátic­os rusos sobre un supuesto plan para envenenar a políticos checos críticos con la política del presidente Vladímir Putin, entre ellos el alcalde de la capital checa, Zdenek Hrib. La cuestión acabó con la expulsión de los dos empleados de la Embajada rusa, medida que Moscú respondió con otras dos deportacio­nes.

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AFP

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