La banca se ha desprendido ya de 18.400 puestos de trabajo
«Este proceso se debe a motivos productivos y organizativos, dadas las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias actuales del mercado», informó ayer Caixabank. La idea es que todo el ajuste se lleve a cabo en un solo proceso de ERE; cortar por lo sano desde el principio para que el nuevo banco eche a andar ya limpio de duplicidades. Sin embargo, la negociación con los sindicatos no se prevé sencilla. José Ignacio Goirigolzarri, presidente del grupo, ya adelantó en una entrevista con ABC que no se descartan los despidos forzosos, que todo dependerá del devenir de las conversaciones. Y todo apunta a que esa advertencia tiene visos de cumplirse.
Uno de los aspectos que invita a los sindicatos a pensar en que el planteamiento de Caixabank pasa también por los despidos forzosos está en una de las condiciones: la entidad ha repetido continuamente que el criterio principal para las salidas será el de la voluntariedad, pero por los detalles conocidos ayer, esa voluntariedad se antoja difícil de cumplir. El banco no aspira a desprenderse en su mayoría de los trabajadores más veteranos sino que dentro de su propuesta se incluye que, del total de salidas, solo la mitad podrán ser de personal de más de 50 años. «El número no deja de ser impactante. Las condiciones son bastante inaceptables. Sabemos que por debajo
La sangría laboral de la banca es imparable. La cifra total no para de crecer y los procesos de ajuste de empleo se suceden uno tras otro. Aunque el ERE de Caixabank supone el mayor golpe al empleo, prácticamente todas las entidades de tamaño relevante han acometido o están pensando en acometer salidas de trabajadores. En conjunto, desde el inicio de la crisis del Covid, la destrucción de puestos de 50 años no vamos a encontrar a más de 4.000 personas que quieran salir, no estamos dispuestos a eso», asegura Víctor Miravete, responsable del sector financiero en UGT.
Dentro del ERE se establecen cuatro grupos, con condiciones de salida distintas en función de la edad. Uno de mayores de 63 años, con 20 días por año trabajado y tope de 12 mensualidades; otro de 58 a 63 años, con igual o más de 15 años de antigüedad, que se iría con el 50% del salario pensionable con descuento del desempleo y pago del convenio de la Seguridad Social; otro de 55 a 58 años, con igual o más de 15 años de antigüedad, a salir percibiendo el 50% del salario regulador con máximo de dos anualidades; y el resto de la plantilla, con 25 días por año de trabajo podría alcanzar casi los 19.000. Solo se recuerda una cifra similar cuando en 2013, en interanual, se dejaron por el camino 18.398 empleos, con la diferencia de que entonces la crisis era de tipo financiera, cuando ahora nada tiene que ver con el sector bancario.
Todos los procesos, en parte, obedecen a causas de transformación económica, es decir, por la tendencia hacia la digitalización. Pero también trabajado con tope de 18 mensualidades.
Más allá del criterio de la voluntariedad, Caixabank plantea otro subsidiario: el de la meritocracia. Y los sindicatos tienen claro que con las condiciones propuestas, esto deberá entrar en juego, traduciéndose en despidos forzosos. Por ello, como asegura Miravete, buscarán reevaluar las condiciones del ERE, así como el volumen de bajas, que suponen más de la mitad de la plantilla que ha aportado Bankia al grupo resultante. Con todo, Caixabank informó ayer de su disponibilidad a ayudar a recolocar a los que se vean abocados a marcharse: «Se ha trasladado el compromiso de la entidad con un plan de recolocación y acompañamiento de todas las personas afectapor culpa de los tipos bajos de interés y la necesidad de ganar en eficiencia y rentabilidad, reduciendo costes.
Caixabank, por mucho, es el principal responsable de la cifra sectorial con su planteamiento de prescindir de 8.291 trabajadores. La fusión con Bankia genera muchas duplicidades y la entidad asegura verse abocada a presentar este número. Habrá que ver en qué queda la cifra final tras las negociaciones. Al banco de origen catalán le sigue Banco Santander, que tiene firmado con los representantes de los trabajadores un ERE de 3.572 personas y que ya se está ejecutando.
Ya con la rúbrica también de los sindicatos están los 1.800 trabajadores de los que pactó desprenderse